Léon Marchand, ídolo de la delegación local en París 2024
Ganó de manera contundente los 400 metros estilos, los 200 metros pecho y los 200 metros mariposa, todos con récord olímpico. Es la figura de los Juegos.
Luis Guillermo Ordoñez
Cada edición de los Juegos Olímpicos es una oportunidad para que las figuras locales se conviertan en estrellas mundiales. En los países organizadores promocionan el evento con sus atletas más destacados esperando que suban a lo más alto del podio. Por eso, en la mayoría de vallas publicitarias en París y los canales de televisión franceses se ve constantemente el rostro de Léon Marchand, un nadador de 22 años que desde hace dos semanas es el centro de todas las miradas.
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Cada edición de los Juegos Olímpicos es una oportunidad para que las figuras locales se conviertan en estrellas mundiales. En los países organizadores promocionan el evento con sus atletas más destacados esperando que suban a lo más alto del podio. Por eso, en la mayoría de vallas publicitarias en París y los canales de televisión franceses se ve constantemente el rostro de Léon Marchand, un nadador de 22 años que desde hace dos semanas es el centro de todas las miradas.
La presión y la gran expectativa que había generado no le pesaron y en su primera actuación en la Arena La Defense, ante cerca de 15.000 espectadores, ganó la prueba de los 400 metros estilos, con nuevo récord olímpico y la segunda marca de todos los tiempos, superada solamente por la que él mismo había impuesto en Fukuoka, Japón, en 2023 y que pulverizó el único récord que tenía vigente un tal Michael Phelps, el mejor nadador de la historia, ganador de 28 medallas olímpicas, 23 de ellas doradas.
A pesar de su popularidad, Marchand es un hombre sencillo y tranquilo. En la mañana, antes de su hazaña, compartió piscina con los colombianos Stefanía Gómez y Anthony Rincón, incluso estuvo con ellos en la zona mixta y atendió a los medios internacionales con cordialidad. Hasta se tomó algunas fotos con unos periodistas latinoamericanos antes de que el jefe de prensa de su delegación se lo llevara.
Ya es un ícono de la natación, pero su mayor virtud parece ser la madurez con la que ha asumido el éxito. “Para Léon la natación no es toda su vida. Forma parte de su vida, pero no es toda su vida”, explicó el preparador mental Thomas Sammut, quien trabaja con Marchand desde hace cuatro años. “Trata de mantener un equilibrio entre sus estudios, el deporte, sus amigos y su familia, que todos esos factores convivan en armonía, porque si uno predomina sobre los demás se crea un desequilibrio y eso no es bueno para un atleta de alto nivel”, agregó en una entrevista a RMC sport.
Marchand trabaja hace tiempo en Estados Unidos con Bob Bowman, quien fuera el entrenador de Phelps durante su exitosa carrera, por lo que pocos dudan en señalarlo como el heredero del Tiburón de Baltimore.
Sin embargo, su gesta en París sigue creciendo. Léon se colgó este miércoles dos roso más, los de los 200 metros libres y los 200 mariposa, algo inédito hasta ahora. Lo hizo nadando dos finales con poco más de una hora y media de diferencia. Le quedan ahora dos relevos.
“Quiero aprovechar esa energía que me da el público. Es una ventaja poder nadar en casa delante de toda Francia y sería una verdadera lástima no aprovecharlo”, dijo Marchand, quien, a pesar de su timidez, parece cada vez más cómodo frente a las cámaras.
Habla con naturalidad, destaca las virtudes de sus rivales y es cuidadoso a la hora de ponerse metas y compararse con los mejores de la historia. “Quiero ganar una carrera a la vez. Lograr un oro en los Juegos era un sueño. Ahora tengo cuatro oportunidades para conseguir uno nuevo. Si lo logro, fabuloso, si no, si fracaso, tampoco sería tan grave, sería algo que forme parte de mi carrera, pero no será algo que defina mi vida”, dijo.
Así quiera sentirse uno más de los 573 deportistas franceses en las justas, Léon Marchand es especial. Su popularidad le impide hospedarse en la Villa con sus compañeros y llevar una vida normal, porque siempre hay una cámara buscándolo y alguien pidiendo una foto o un autógrafo.
La “leonmanía” se desató esta semana, pero hace tiempo se está gestando. El nadador de 22 años, nacido en Toulouse, ya ha ganado cinco títulos mundiales. En los Olímpicos de Tokio disputó una final y de ahí en adelante su carrera se catapultó. En los Mundiales de Budapest 2022 logró los oros en los 200 y 400 metros estilos y una plata en los 200 mariposa. El año pasado, en Japón, ganó esas tres pruebas.
En los alrededores de la Arena La Defensa, un estadio convertido en complejo acuático para las justas, los niños caminan con sus padres hacia el metro hablando de las hazañas de Léon Marchand, no de los goles de Kylian Mbappé o Antoine Griezmann, lo normal incluso en un país con mucha mayor cultura deportiva que la nuestra.
También aquí los “otros deportes” tienen sus temporadas, sus momentos de gloria. Durante los Juegos Olímpicos, la gimnasia, la natación y el atletismo, con algunos más, serán los reyes y coronarán héroes diferentes a los que durante el resto del año dominan las portadas de los diarios y los titulares de los noticieros de televisión.
En Francia, Léon Marchand es el hombre del momento, el motivo por el que muchos niños sueñan con ser nadadores y ser como él.
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