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El levantamiento de pesas es estrategia y la fuerza pura. Un pesista debe saber cuánto puede alzar y además el entrenador busca la manera de acabar mental y físicamente a sus contrincantes. El lunes lo quiso hacer Eko Yuli Irawan contra Oscar Figueroa al intentar levantar 179kg en envión, pero no pudo. Hay ocasiones en las que no todo sale como se planea. Pero por parte del colombiano todo salió a la perfección. Levantó más que el resto y logró la segunda presea dorada en la historia de este deporte para el país. (Lea también: Óscar Figueroa, primera medalla de oro para Colombia en Río 2016)
En Sídney 2000 inició la gloria colombiana en el levantamiento de pesas. Y de qué manera. Con un oro. María Isabel Urrutia llegó con grandes posibilidades y lo ratificó. Se impuso en los 75 kilogramos y le dio al país la primera presa dorada de su historia. (Vea también: Así se forjaron las lágrimas doradas de Óscar Figueroa)
En Grecia, donde iniciaron los Juegos actuales en 1896, la bandera tricolor reflejó un bronce. Fue en Atenas 2004 cuando Mabel Mosquera conquistó la categoría de los 53 kilogramos. Tenía 35 años, por lo que fue una sorpresa su despliegue físico. (Óscar Figueroa, premio a la vehemencia)
Diego Salazar siguió la racha vencedora de Colombia en la disciplina a la cual pocos se dedican, y otros menos triunfan. En los 62 kilogramos se quedó con la medalla de plata. Fue uno de los dos metales que alcanzó la delegación cafetera en Pekín 2008. La otra terminó siendo de bronce, propiedad de Jackeline Rentería en lucha.
El genio de las pesas, Óscar Figueroa, empezó a darse a conocer como un exitoso del deporte en Londres 2012. Ganó plata en los 62 kilogramos. Este lunes, en la misma categoría, hizo realidad su sueño mayor, ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Río 2016 es testigo de su proeza. Primer colombiano en colgarse dos medallas. Para la historia y la eternidad.