¡Lo impredecible del béisbol!: Los Cascabeles de Arizona jugarán la Serie Mundial
Contra todos los pronósticos, la novena de Phoenix, es la nueva campeona de la Liga Nacional. Eliminó a los Filis de Filadelfia.
Antonio Andraus Burgos
Hay dos cosas que difícilmente tienen explicaciones en la vida, que hacen parte del diario vivir. Diríamos nosotros, que en vez de dos, son tres. Las bolas con que se juega el béisbol son redondas pero vienen en cajitas cuadradas. LLas pizzas se elaboran por lo regular en formas redondas, se cortan en triángulos y se empacan en cajas cuadradas. Y la tercera: las predicciones o pronósticos en el béisbol no tienen validez alguna.
Si no, por favor, el que pueda, que nos lo explique. El pasado 12 de agosto, los Cascabeles de Arizona no contaban siquiera con el catorce (14) por ciento, en sus posibilidades de llegar a las finales de la Liga Nacional; y con menos del uno (1) por ciento — sí, con menos del uno por ciento —, para disputar la Serie Mundial este 2023.
En ese momento, la novena tenía registro de 57 ganados y 59 perdidos. Antes de empezar septiembre, todo había cambiado. Sumaron 12 triunfos, para llegar a 69, y apenas contabilizaron 6 derrotas en el lapso. El 15 de septiembre, ya contabilizaban 77 ganados y 72 perdidos, y aun cuando estaban a 13.5 juegos del primer lugar, ocupados por los poderosos Dodgers de Los Ángeles, la novena tenía como meta, alcanzar una casilla del comodín para llegar a la postemporada.
‘’Vamos por más’'
‘’Y eso fue exactamente lo que hicimos’', dijo un sonriente Corey Lovullo, el capataz del equipo que nunca se dio por vencido con su grupo de peloteros, que jugando un béisbol ‘”de la vieja era’', como le dicen, empezó a dar resultados, ¡y qué resultados señores!
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El 30 de septiembre, su sueño, su meta era una realidad: con 84 triunfos y 77 derrotas, empatados con los Marlins de Miami, capturaron el último comodín de la Liga Nacional, para ingresar a la vuelta de la postemporada.
Totalmente bañado en champaña en el vestíbulo de la casa de visitantes del ‘Citizens Bank Park’ de Filadelfia, Lovullo exclamó frente a su puñado de peloteros: ‘’nunca nos entregamos, nunca nos rendimos. Y aquí estamos, muchachos. Ahora vamos por más’.
Acababan de derrotar en el séptimo y último juego de la serie por el campeonato de la liga, nada más y nada menos que a los Filis en su propio estadio, doblegándolos 4 carreras por 2; después de haberlos superado en el sexto compromiso, una noche antes, 5 carreras por 1, para igualar la final, a 3 triunfos por equipo.
Los Filis eran favoritos, antes de comenzar la ronda por el título, con un setenta y tres (73) por ciento sobre los Cascabeles, que llegaron a estar 2-0 en la ronda y terminaron abajo, 3 y 2, cuando concluyeron los 3 partidos en el ‘Chase Field’, de Arizona.
Los dos últimos
De regreso al estadio de Filadelfia, en donde los Cascabeles perdieron los dos primeros encuentros, para estar ‘vivos’ tenían que ganar el sexto y, para pensar en el título del circuito, pues vencer en el séptimo.
Y lo hicieron. Jugando el béisbol ‘pequeño’, el béisbol ‘viejo’, ese ya desechado por la modernidad. Tocando la pelota para avanzar a los corredores, robando bases, buscando los batazos de sacrificio para producir carreras, y avanzar en la circulación sobre las almohadillas, cuando es menester. En fin, jugar el béisbol de la vieja era.
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Una formidable labor de Merryll Kelly y cuadrangulares de Tommy Pham y del cubano Lourdes Gurriel Jr. le dieron el triunfo a los Cascabeles frente a los Filis, 5 carreras por 1, en el sexto, en donde el dominicano Ketel Marte conectó un doble y Evan Longoria un triple, pero además, se estafaron 4 bases — si señores, 4 bases se robaron —, para forzar a jugar el séptimo partido y definir al campeón de la Liga Nacional.
La noche de Corbin
Y en el séptimo, volvieron a desafiar el reconocido brazo del receptor J.T. Realmuto, para sumar otras 4 bases robadas, dos de ellas de Corbin Carroll, quien no estuvo muy atrevido en ejecutar esas acciones en los cuatro primeros juegos.
Pero este séptimo partido, fue una gran noche para Corbin Carroll. Conectó 3 indiscutibles, remolcó 2 carreras, anotó otras 2 y se estafó 2 bases en el juego.
El venezolano Gabriel Moreno impulsó una carrera y Christian Walker trajo la otra anotación, para redondear las 4 que definieron el juego, doblegando a los Filis, 4 por 2, con el indiscutible apoyo de Kevin Ginkel, como relevista, quien abanicó a 3 bateadores de los 5 que enfrentó; y a la encomiable tarea de cierre del taponero, Paul Sewald, salvando su sexto partido de la postemporada, dominando a los 3 bateadores finales del partido.
El Más Valioso
El dominicano y segunda base de los Cascabeles, Ketel Marte, fue escogido ‘’Jugador Más Valioso’' en la serie por el campeonato de la Liga Nacional, y nadie lo puso en duda apenas concluyó el séptimo partido.
Fue el mejor bateador de la final, con 387, conectando 12 indiscutibles en 37 turnos, con 4 dobles y 1 triple; 3 carreras remolcadas y 1 anotada, con 1 base estafada. Pero además, tiene en este momento el registro de 16 partidos de postemporada conectando imparables. Y tiene por delante, por lo menos, 4 encuentros más para establecer una marca de quilates.
En determinados momentos, cuando Corbin Carroll dejó de ser el inspirador del equipo, Ketel se echó encima la responsabilidad de no dejar ‘apagar’ el entusiasmo de la novena, y siempre estuvo alentando a sus compañeros, para mantener ‘vivas’ las esperanzas de llegar a donde están ahora, cuando nadie creía en ellos.
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Los pronósticos así lo indicaban a mediados de agosto. Pero ahora, sobre el final de octubre, todo ha cambiado. Los Cascabeles echaron por el piso los pronósticos de los apostadores, dejaron por el suelo las creencias de los expertos y convirtieron en predecible lo impredecible.
Eliminaron a los Cerveceros de Milwaukee en su casa, con 2 triunfos sin derrotas, en la vuelta del comodín; vapulearon a los poderosos Dodgers de Los Ángeles, con 3 victorias sin reveses, en la fase de la ronda divisional; y vencieron a los favoritos Filis de Filadelfia, con 4 ganados y 3 perdidos, en las serie por el campeonato de la Liga Nacional.
Y ahora están, por primera vez desde hace más dos décadas, en la Serie Mundial, que disputarán frente a los Vigilantes de Texas, empezando el próximo viernes. Las cosas impredecibles del béisbol, a veces se convierten en predecibles cuando se juega mejor.
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Hay dos cosas que difícilmente tienen explicaciones en la vida, que hacen parte del diario vivir. Diríamos nosotros, que en vez de dos, son tres. Las bolas con que se juega el béisbol son redondas pero vienen en cajitas cuadradas. LLas pizzas se elaboran por lo regular en formas redondas, se cortan en triángulos y se empacan en cajas cuadradas. Y la tercera: las predicciones o pronósticos en el béisbol no tienen validez alguna.
Si no, por favor, el que pueda, que nos lo explique. El pasado 12 de agosto, los Cascabeles de Arizona no contaban siquiera con el catorce (14) por ciento, en sus posibilidades de llegar a las finales de la Liga Nacional; y con menos del uno (1) por ciento — sí, con menos del uno por ciento —, para disputar la Serie Mundial este 2023.
En ese momento, la novena tenía registro de 57 ganados y 59 perdidos. Antes de empezar septiembre, todo había cambiado. Sumaron 12 triunfos, para llegar a 69, y apenas contabilizaron 6 derrotas en el lapso. El 15 de septiembre, ya contabilizaban 77 ganados y 72 perdidos, y aun cuando estaban a 13.5 juegos del primer lugar, ocupados por los poderosos Dodgers de Los Ángeles, la novena tenía como meta, alcanzar una casilla del comodín para llegar a la postemporada.
‘’Vamos por más’'
‘’Y eso fue exactamente lo que hicimos’', dijo un sonriente Corey Lovullo, el capataz del equipo que nunca se dio por vencido con su grupo de peloteros, que jugando un béisbol ‘”de la vieja era’', como le dicen, empezó a dar resultados, ¡y qué resultados señores!
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El 30 de septiembre, su sueño, su meta era una realidad: con 84 triunfos y 77 derrotas, empatados con los Marlins de Miami, capturaron el último comodín de la Liga Nacional, para ingresar a la vuelta de la postemporada.
Totalmente bañado en champaña en el vestíbulo de la casa de visitantes del ‘Citizens Bank Park’ de Filadelfia, Lovullo exclamó frente a su puñado de peloteros: ‘’nunca nos entregamos, nunca nos rendimos. Y aquí estamos, muchachos. Ahora vamos por más’.
Acababan de derrotar en el séptimo y último juego de la serie por el campeonato de la liga, nada más y nada menos que a los Filis en su propio estadio, doblegándolos 4 carreras por 2; después de haberlos superado en el sexto compromiso, una noche antes, 5 carreras por 1, para igualar la final, a 3 triunfos por equipo.
Los Filis eran favoritos, antes de comenzar la ronda por el título, con un setenta y tres (73) por ciento sobre los Cascabeles, que llegaron a estar 2-0 en la ronda y terminaron abajo, 3 y 2, cuando concluyeron los 3 partidos en el ‘Chase Field’, de Arizona.
Los dos últimos
De regreso al estadio de Filadelfia, en donde los Cascabeles perdieron los dos primeros encuentros, para estar ‘vivos’ tenían que ganar el sexto y, para pensar en el título del circuito, pues vencer en el séptimo.
Y lo hicieron. Jugando el béisbol ‘pequeño’, el béisbol ‘viejo’, ese ya desechado por la modernidad. Tocando la pelota para avanzar a los corredores, robando bases, buscando los batazos de sacrificio para producir carreras, y avanzar en la circulación sobre las almohadillas, cuando es menester. En fin, jugar el béisbol de la vieja era.
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Una formidable labor de Merryll Kelly y cuadrangulares de Tommy Pham y del cubano Lourdes Gurriel Jr. le dieron el triunfo a los Cascabeles frente a los Filis, 5 carreras por 1, en el sexto, en donde el dominicano Ketel Marte conectó un doble y Evan Longoria un triple, pero además, se estafaron 4 bases — si señores, 4 bases se robaron —, para forzar a jugar el séptimo partido y definir al campeón de la Liga Nacional.
La noche de Corbin
Y en el séptimo, volvieron a desafiar el reconocido brazo del receptor J.T. Realmuto, para sumar otras 4 bases robadas, dos de ellas de Corbin Carroll, quien no estuvo muy atrevido en ejecutar esas acciones en los cuatro primeros juegos.
Pero este séptimo partido, fue una gran noche para Corbin Carroll. Conectó 3 indiscutibles, remolcó 2 carreras, anotó otras 2 y se estafó 2 bases en el juego.
El venezolano Gabriel Moreno impulsó una carrera y Christian Walker trajo la otra anotación, para redondear las 4 que definieron el juego, doblegando a los Filis, 4 por 2, con el indiscutible apoyo de Kevin Ginkel, como relevista, quien abanicó a 3 bateadores de los 5 que enfrentó; y a la encomiable tarea de cierre del taponero, Paul Sewald, salvando su sexto partido de la postemporada, dominando a los 3 bateadores finales del partido.
El Más Valioso
El dominicano y segunda base de los Cascabeles, Ketel Marte, fue escogido ‘’Jugador Más Valioso’' en la serie por el campeonato de la Liga Nacional, y nadie lo puso en duda apenas concluyó el séptimo partido.
Fue el mejor bateador de la final, con 387, conectando 12 indiscutibles en 37 turnos, con 4 dobles y 1 triple; 3 carreras remolcadas y 1 anotada, con 1 base estafada. Pero además, tiene en este momento el registro de 16 partidos de postemporada conectando imparables. Y tiene por delante, por lo menos, 4 encuentros más para establecer una marca de quilates.
En determinados momentos, cuando Corbin Carroll dejó de ser el inspirador del equipo, Ketel se echó encima la responsabilidad de no dejar ‘apagar’ el entusiasmo de la novena, y siempre estuvo alentando a sus compañeros, para mantener ‘vivas’ las esperanzas de llegar a donde están ahora, cuando nadie creía en ellos.
Lo invitamos a leer: Juegos Panamericanos 2023: los sueños olímpicos de Mariana Pajón, la reina del BMX
Los pronósticos así lo indicaban a mediados de agosto. Pero ahora, sobre el final de octubre, todo ha cambiado. Los Cascabeles echaron por el piso los pronósticos de los apostadores, dejaron por el suelo las creencias de los expertos y convirtieron en predecible lo impredecible.
Eliminaron a los Cerveceros de Milwaukee en su casa, con 2 triunfos sin derrotas, en la vuelta del comodín; vapulearon a los poderosos Dodgers de Los Ángeles, con 3 victorias sin reveses, en la fase de la ronda divisional; y vencieron a los favoritos Filis de Filadelfia, con 4 ganados y 3 perdidos, en las serie por el campeonato de la Liga Nacional.
Y ahora están, por primera vez desde hace más dos décadas, en la Serie Mundial, que disputarán frente a los Vigilantes de Texas, empezando el próximo viernes. Las cosas impredecibles del béisbol, a veces se convierten en predecibles cuando se juega mejor.
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