Los 40 años de LeBron James, el rey que mira el ocaso de su legado
El basquetbolista celebra este lunes su cumpleaños número 40. Son pocos los deportistas que con esa edad han logrado mantenerse en la élite y, para la estrella de los Lakers, ya son 22 temporadas compitiendo al más alto nivel. El momento de dejar el básquet se acerca, aunque él mismo le teme al final que se siente a la vuelta de la esquina.
Fernando Camilo Garzón
Hace 40 años, cuando nació LeBron James en Akron —pequeña ciudad de casi 200.000 habitantes en Ohio, Estados Unidos—, el mundo se despedía de un año icónico para el deporte. Fue la temporada de los Olímpicos de Los Ángeles, unos Juegos marcados por la Guerra Fría y el sabotaje de los países del bloque soviético. En París, con un Platini pletórico, Francia le ganó a España la Eurocopa, mientras en la NBA, los Celtics de Boston vencieron a Los Ángeles Lakers en la primera de las tres finales que jugaron en cuatro años. Era la época —bonitos tiempos aquellos— en la que de un lado estaban Magic Johnson con Kareem Abdul-Jabbar y del otro estaba Larry Bird. Tres leyendas que marcaron una era e inspiraron, junto a un tal Michael Jordan, los incipientes sueños del otro jugador legendario que abrió los ojos el 30 de diciembre de 1984.
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Hace 40 años, cuando nació LeBron James en Akron —pequeña ciudad de casi 200.000 habitantes en Ohio, Estados Unidos—, el mundo se despedía de un año icónico para el deporte. Fue la temporada de los Olímpicos de Los Ángeles, unos Juegos marcados por la Guerra Fría y el sabotaje de los países del bloque soviético. En París, con un Platini pletórico, Francia le ganó a España la Eurocopa, mientras en la NBA, los Celtics de Boston vencieron a Los Ángeles Lakers en la primera de las tres finales que jugaron en cuatro años. Era la época —bonitos tiempos aquellos— en la que de un lado estaban Magic Johnson con Kareem Abdul-Jabbar y del otro estaba Larry Bird. Tres leyendas que marcaron una era e inspiraron, junto a un tal Michael Jordan, los incipientes sueños del otro jugador legendario que abrió los ojos el 30 de diciembre de 1984.
Diecinueve años después, James, que ya había descartado su futuro en el fútbol americano por amor a la pelota naranja, era llamado “el elegido”. Tras dejar boquiabiertos a todos los cazatalentos de la liga norteamericana, firmó con los Cavaliers de Cleveland —tras años de solitaria lucha junto a su mamá, responsable de sacarlo adelante— y debutó un 29 de octubre en la NBA. Ese 2003 quedará marcado para siempre como la fecha en la que uno de los mejores basquetbolistas de todos los tiempos empezó su legado.
Desde entonces, hace 21 años y 22 temporadas, el deporte mundial no se ha entendido sin ese nombre: LeBron James, que pasó de ser el elegido a ser el Rey (The King). Generaciones enteras no conocen un mundo sin él compitiendo en una cancha. Son dos décadas ininterrumpidas y con escasas lesiones en la élite del baloncesto, siendo uno de los atletas más icónicos del planeta y con números insuperables que lo ponen en el olimpo de los más grandes.
Los históricos números de LeBron James, una leyenda de 40 años
En la NBA, es el jugador que más puntos y minutos ha jugado en la historia. Con tres equipos, en Miami, Cleveland y Los Ángeles, conquistó cuatro anillos y con Estados Unidos logró tres oros olímpicos. Ha sido cuatro veces MVP (Jugador Más Valioso, por las siglas en inglés) de la temporada regular y otras cuatro de las finales. Sus estadísticas, en las 22 campañas, son bestiales; con registro de más de 1.500 partidos jugados, promedia, por partido, 37,9 minutos, 50,6 % de efectividad en sus tiros, 34,8 en triples, 76,7 en tiros libres, 7,5 en rebotes, 7,4 en asistencias y 27,1 puntos.
No son muchos los deportistas de 40 años en la historia que se mantengan en la cima. Muchos superaron esa barrera. Para poner un ejemplo, hace poco, Romario (con 58 años) volvió a jugar en el América de Río de Janeiro. Sin embargo, el caso del King James es casi único, pues al llegar a la cuarta década de su vida sigue siendo uno de los mejores jugadores de baloncesto del planeta.
Tal vez, el caso más icónico del club de los 40 es el de Tom Brady, leyenda del fútbol americano, que con 43 años logró su séptimo Super Bowl. Sin embargo, su caso no es único. Por ejemplo, en el boxeo, George Foreman logró ser campeón del mundo en 1994, con 45 años, gesta parecida a la de Manny Pacquiao, que tenía 40 años cuando se hizo, en julio de 2019, con el título AMB del peso wélter. En los Olímpicos de Sídney 2000, la jamaiquina Merlene Ottey, cumplidos los 40, hizo bronce en los 100 metros y plata en los 4 x 100. Y este año, sin ir más lejos, el luchador cubano Miajín López, con casi 42 años, se convirtió en el primer deportista en colgarse cinco medallas de oro olímpicas consecutivas en una misma prueba individual.
LeBron James, que hoy llega a sus 40, se unirá a ese club de deportistas longevos, con la ambición de lograr algún título más que agigante su leyenda. Este año, a sus 39, logró el oro olímpico en París y, el año pasado, levantó la copa de la NBA en su primera edición. Seguir levantando un título por año a esa edad es el verdadero significado de vigencia.
El sueño máximo del rey, los últimos pasos de LeBron James
Sin embargo, más allá de los trofeos, el Rey confesó, después de los Olímpicos, que el último gran sueño de su carrera era poder compartir cancha con su hijo, Bronny James. El mismo niño que lo acompañó en sus primeros partidos, que él todavía cargaba en brazos cuando logró su primer anillo de la NBA, en 2007, con Miami Heat, llegó a ser profesional esta temporada para jugar con su papá en Los Ángeles Lakers. Y tras cumplir ese anhelo, el más grande de su vida, LeBron James confesó que ya está listo para decir adiós.
Por eso, en los Juegos Olímpicos, el Rey convocó a sus mejores vasallos: Stephen Curry y Kevin Durant, una última reunión de los grandes de la generación que él lideró. Sabe que el final está cerca. En junio firmó la renovación con los Lakers por dos años, pero con la segunda temporada del contrato en suspenso. El Rey mira en el horizonte el ocaso de su legado. Es uno de los mejores de todos los tiempos que, a sus 40 años, está haciendo sus últimas cestas en la pista.
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