Los herederos de Ingrit Valencia y Óscar Escandón forjan su camino en el boxeo
El hijo de la medallista olímpica y el sobrino del campeón mundial hacen parte de la delegación del Tolima que participa en los I Juegos Nacionales Juveniles del Eje Cafetero.
Jesús de la Hoz
En el Coliseo Ingrit Valencia, en Ibagué, hay un espacio dedicado al pugilista Óscar Escandón, a sus combates, triunfos y memorias. En este escenario se reflejan los dos boxeadores más importantes de esta tierra, los que con sus hazañas no solo hicieron que el Tolima sonara con orgullo, sino que inspiraron a toda una nación. Pero su legado va más allá de los escenarios y espacios dispuestos a recordar sus nombres, ahora se ve reflejado en la generación que los sigue.
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En el Coliseo Ingrit Valencia, en Ibagué, hay un espacio dedicado al pugilista Óscar Escandón, a sus combates, triunfos y memorias. En este escenario se reflejan los dos boxeadores más importantes de esta tierra, los que con sus hazañas no solo hicieron que el Tolima sonara con orgullo, sino que inspiraron a toda una nación. Pero su legado va más allá de los escenarios y espacios dispuestos a recordar sus nombres, ahora se ve reflejado en la generación que los sigue.
Jhojan Aguirre, hijo de Ingrit Valencia, y Johan Escandón, sobrino de Óscar Escandón, llevan en sus hombros una herencia de lucha, sacrificio y determinación, un camino que han decidido tomar, no solo siguiendo los pasos de estos dos referentes del boxeo nacional, sino también con el firme propósito de superar sus logros, de desmarcarse de esos grandes nombres y empezar a labrar un camino propio, construyendo una identidad en el ring que no dependa de sus lazos familiares, sino de su esfuerzo personal.
Ambos están participando en los I Juegos Nacionales Juveniles, una oportunidad única para demostrar que son dignos herederos del legado de sus familiares y, también, para que esos sueños que se empezaron a construir desde que eran niños, empiecen a materializarse. Cada golpe que lanzan y cada paso que dan en esta competencia representa la culminación de años de trabajo y dedicación, de incontables madrugadas de entrenamiento y sacrificios.
Ese anhelo de construir una carrera a partir del boxeo para ambos tuvo una influencia clara. Para Jhojan Aguirre fue ver a su mamá encima del cuadrilátero, lo que lo llevaba a tener emociones encontradas: por una parte, el orgullo de verla triunfar, por el otro, la preocupación porque le pasara algo. Sin embargo, la experiencia de Ingrit Valencia y su sagacidad le dejaron una gran enseñanza: una buena defensa es el principal paso para construir una carrera sólida en el boxeo.
Parte de su preparación la realizó con su mamá, a quien también le aprendió diferentes secretos que no conocía. “Me enseñó la importancia de mantener la concentración, el momento de respirar, mantener los tiempos en el ring, porque, como sabemos, en el boxeo son tres minutos de asalto, uno descanso y en esos minutos tengo que saber regular la respiración, mi ritmo cardiaco y tener claro el momento en el que debo lanzar golpes con potencia”, explica.
Escandón, tras los pasos de un campeón mundial de boxeo
Por otra parte, para Johan Escandón todo comenzó en los Juegos Nacionales de Ibagué en 2015, al ver a su tío Miguel participando en el torneo de boxeo. Fue allí donde nació un cariño profundo por el deporte y el momento en el que decidió seguir los pasos de sus tíos. Fue con su abuelo, Luis Alfonso Escandón, con quien lanzó sus primeros golpes y empezó a ganar herramientas para pararse dentro de un cuadrilátero de boxeo.
Así mismo sus tíos, Miguel y Óscar, el primero medalla de plata en los Juegos Nacionales, el otro campeón mundial en peso supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), se convirtieron en sus formadores. “Mi abuelo fue quien me dio las indicaciones de cómo lanzar golpes, de la importancia del movimiento de mis pies dentro del ring. Por otro lado, mis tíos también han influido, me han llevado a un boxeo diferente, que no todo es tirar trompadas, sino hay que ser muy inteligente y tener una estrategia clara”, precisó.
Ambos jóvenes, con trayectorias marcadas por la historia de sus familiares, llegan a este evento nacional no solo para competir, sino para probar que su generación tiene mucho que aportar al boxeo colombiano. Los I Juegos Nacionales Juveniles se convierten, así, en el escenario donde dos historias, distintas pero entrelazadas por el amor al boxeo, comienzan a florecer, impulsadas por la responsabilidad de un legado, pero con el deseo de forjar su propio camino.
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