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14,48 metros. Ese fue el último salto de Caterine Ibargüen en 2017. Con esa marca fue tercera en la final de la Liga de Diamante, tan solo 18 días después de haberse quedado con la medalla de plata en el Mundial de Atletismo que se disputó en Londres. Su temporada terminó antes de lo esperado: una lesión muscular evitó que participara en los Juegos Bolivarianos, en Santa Marta, en noviembre pasado. Sin embargo, después del descanso de final de año, el 2018 lo comenzó enfocada, sumergida en el programa de trabajo en el que tiene como principal objetivo los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se llevarán a cabo en Barranquilla.
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Su preparación la realiza en San Juan (Puerto Rico), ciudad en la que se ha concentrado desde 2008, cuando se unió al entrenador cubano Ubaldo Duany, después de que la colombiana no clasificara en la modalidad de salto alto para los Juegos Olímpicos de Pekín. Ese ha sido su cuartel general en los últimos años. En ese lugar ha preparado sus grandes gestas en el salto triple, rama del atletismo en la que ha brillado con luz propia y con la que tocó el cielo con las manos: medalla de oro y de plata en los Juegos Olímpicos; dos medallas de oro, una de plata y una de bronce en los Mundiales de Atletismo y cuatro títulos consecutivos de la Liga Diamante.
Con fuego en los ojos y con el anhelo de volver a competir, cerró su puesta a punto en el estadio Sixto Escobar, ubicado en el parque del Tercer Milenio, a orillas del Mar Caribe en la capital puertorriqueña. Siempre acompañada por un calor abrasador y por la brisa del océano, sus entrenamientos se dividieron en dos jornadas. “En la mañana nos centramos en la rutina de sus saltos; en la tarde hicimos musculación en el gimnasio”, le dijo a El Espectador Duany, quien también confirmó que después de terminar la etapa acumulativa a finales de marzo, entraron en una de transferencia en la que tendrán competencias preparatorias dentro de su programa.
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El Grand Prix de Atletismo en Medellín, ciudad a la que llegó este jueves, es su primera competencia de la temporada. Será la única que tendrá previa al debut en la Liga de Diamante, que será en Shanghái (China) el próximo 12 de mayo. También estará presente en las pruebas correspondientes a este evento que se disputarán en Oslo (Noruega), París (Francia) y Rabat (Marruecos). “Se sumarán algunas competencias que tendremos como preparación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que será el objetivo principal de Caterine Ibargüen para el 2018”, afirmó el entrenador cubano.
No obstante, aún no está claro si la atleta antioqueña estará en los Juegos Suramericanos que se llevarán a cabo en Cochabamba (Bolivia). Es un tema que están cuadrando con el mánager debido a que las competencias de atletismo en estas justas se llevarán a cabo del 5 al 8 de junio y se cruzarían con la participación en la segunda parada de la Liga de Diamante, que será en Oslo. “Vamos a ver si le hacemos unas modificaciones al programa para estar presentes en ese evento. Aunque estamos tratando de participar en toda la Liga Diamante, que para este año tendrá cinco pruebas”, explicó Duany, quien además dejó claro que aún no han seleccionado las participaciones complementarias.
En esta etapa preparatoria para buscar un cupo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la intensidad del entrenamiento de Ibargüen es reducida. El salto triple es una prueba de alto impacto y a sus 33 años se puede ver reflejado en molestias musculares, razón por la que cada movimiento se planifica minuciosamente. “Ya no tenemos espacio para poder decir que podemos planificar 10 saltos de más. Si son cinco, no podemos pasarnos. Tenemos que hacer los incrementos graduales de las cargas como las tenemos estipuladas”, manifestó el cubano.
El programa que tienen Caterine Ibargüen y Ubaldo Duany está bien planificado y estructurado. En los últimos seis años se han mantenido en un promedio entre 14,80 y 14,85 metros cada temporada y para poder conservar ese nivel, la atleta debe hacer una recuperación adecuada, para que sus músculos y huesos descansen de la exigencia que tiene. A partir de mañana comienza un camino largo y espinoso, que tiene como objetivo repetir el podio en los Juegos Olímpicos de Tokio.
jdelahoz@elespectador.com