Los Olímpicos buscan seducir a las nuevas generaciones

Aunque la mayoría de las tradiciones se mantienen, los Juegos Olímpicos intentan adaptarse paulatinamente a la modernidad y a los cambios de mentalidad de la población mundial. Su lema dejó de ser más rápido, más alto, más fuerte, para complementarse con conceptos como inclusión y equidad: Stronger together (Más fuertes juntos), un mensaje con gran contenido social.

Aunque la mayoría de las tradiciones se mantienen, los Juegos Olímpicos intentan adaptarse paulatinamente a la modernidad y a los cambios de mentalidad de la población mundial. Su lema dejó de ser más rápido, más alto, más fuerte, para complementarse con conceptos como inclusión y equidad: Stronger together (Más fuertes juntos), un mensaje con gran contenido social.

Y en el aspecto puramente deportivo también han tenido que evolucionar e implementar disciplinas novedosas que atraigan a las nuevas generaciones y generen mayor audiencia. Fue así como llegó en 2008 el bicicrós, modalidad que le ha dado cuatro medallas a Colombia y que se ha consolidado en el programa de los Juegos de Verano.

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Y en Tokio 2020 también habrá novedades con la introducción del surf, la escalada, el baloncesto 3x3 y el skateboard, que han tenido enorme desarrollo y difusión en los últimos años.

Pero habrá modificaciones para todos los gustos, porque el karate tendrá una aparición ocasional para dar gusto a las tradiciones deportivas orientales, mientras que el béisbol, cuya práctica se sigue expandiendo y ha dejado de ser una disciplina de nicho, regresará 12 años después de su última presencia en el evento.

Se ha buscado, igualmente, equiparar la participación entre hombres y mujeres, razón por la cual se han implementado nuevas categorías en la rama femenina en algunos deportes de combate, lo que ha significado, para compensar, reducir las masculinas. Eso, por ejemplo, afectó al boxeador colombiano Yuberjen Martínez, quien tuvo que subir de peso y de división, pues la suya se canceló.

El surf, esperado por todos

Probablemente la mayor novedad será el surf, aunque las olas en la playa de Tsurigasaki, al sureste de la capital japonesa, pueden decepcionar a aquellos que esperan algo comparable a las de Hawái o Tahití, donde se disputará esta misma prueba en París 2024.

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Sin embargo, la lucha por el oro se anuncia apasionante entre los brasileños Italo Ferreira y Gabriel Medina, y el estadounidense John John Florence, favoritos en categoría masculina, y el duelo entre las australianas Stephanie Gilmore y Sally Fitzgibbons, y las estadounidenses Carissa Moore y Caroline Marks en la femenina.

La escalada también será un gran atractivo, especialmente porque significa un importante espectáculo para la televisión. Los atletas competirán en tres pruebas diferentes: la escalada de dificultad, de velocidad y el muro. La clasificación final quedará determinada por los resultados combinados en las tres pruebas, un experimento que promete grandes emociones.

El checo Adam Ondra es el gran favorito en categoría masculina, pese a que tendrá duros rivales como el canadiense Sean McColl, el austriaco Jakob Schubert y el japonés Tomoa Narasaki. En el cuadro femenino se espera un duelo entre la actual dominadora de la escalada, la eslovena de 20 años Janja Garnbret y la japonesa Akiyo Noguchi, quien a sus 30 años espera poner el colofón a su rico palmarés con un oro olímpico.

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Para el karate podría ser debut y despedida de una vez. A menudo considerado como una disciplina parecida al judo, también formará parte del programa de Tokio, pero ya fue descartado por los organizadores de París 2024, que prefirieron darle una oportunidad al breakdance.

Arte marcial originario del archipiélago de Okinawa (sudoeste de Japón), cuando la región era aún un reino independiente con el nombre de Ryukyu, el karate versión olímpica tendrá dos variantes: kata (golpes coreográficos en el vacío) y el kumite (lucha entre dos rivales, pero en el que los ataques son muy controlados y limitados).

El japonés Ryo Kiyuna, originario de Okinawa, será uno de los favoritos en kata, pues es triple campeón del mundo, mientras que el brasileño Douglas Santos Brose se presenta como su principal rival.

Regresan el béisbol y el sóftbol

El béisbol y el sóftbol femenino regresan a los Juegos de los que fueron apartados desde Pekín 2008, y el torneo masculino se presenta muy abierto, con solo seis equipos participantes, entre ellos Japón, que tendrá a su gran estrella Shohei Ohtani y el fervor del público, apasionado de este deporte. Corea del Sur, último campeón olímpico, buscará retener la corona.

En cuanto al sóftbol, cuyas reglas son similares a las del béisbol, aunque en una cancha más pequeña, su versión olímpica queda reservada para equipos femeninos.

Las estadounidenses son consideradas las grandes candidatas al título.

Skateboard y un colombiano

Otro deporte muy de moda entre los jóvenes de todas las regiones del mundo es el skateboard, que se dividirá en dos competiciones: la rampa, es decir, un recorrido que combina una cúpula y una variedad de curvas complejas, y el street, un trazado con escaleras, bordillos y pendientes.

Cada skater compite individualmente y usa cada sección para demostrar una serie de habilidades o trucos que son puntuados por los jueces.

En mujeres, el oro podría ser para una adolescente, la actual campeona del mundo, la japonesa Misugu Okamoto, que solo tiene 13 años, mientras que su principal rival, Sky Brown, que representa a Gran Bretaña, tiene apenas 11 años.

En la rama masculina el gran favorito es el norteamericano Nyjah Huston, todo un “veterano”, con 25 años y cuatro títulos mundiales. Y es precisamente en esta especialidad que Colombia tendrá a un representante. Se trata de Luis Jhancarlos González Ortiz, un bogotano nacido el 14 de marzo de 1997, a quien, según su madre, Sandra González, “la tabla le salvó la vida”.

Jhanka, como le dicen, era un niño hiperactivo e inquieto que se la pasaba haciendo diabluras en el barrio El Socorro, en la localidad de Kennedy, al suroccidente de la capital. Tanto, que a su madre le aconsejaron medicarlo para que se calmara, pero por fortuna ella no hizo caso.

Creció con limitaciones económicas, pero una buena guía en casa. Y cuando tenía como 10 años encontró su lugar en el mundo, sobre una patineta. Se la pidió tanto a doña Sandra, que ella se la regaló para una Navidad, a pesar de que pensaba que el pequeño podría lastimarse, pues era amante de la adrenalina y se la pasaba haciendo piruetas en bicicletas y triciclos.

Desde su primer contacto con el novedoso juguete, Jhancarlos supo que eso era lo suyo y pasó días y noches enteras en el parque del barrio saltando contra banquillos, barandas y paredes para aprender trucos. Se fue metiendo en ese mundo y comenzó a participar en competencias por toda la ciudad. Se hizo famoso entre los amantes de esta disciplina hasta que fue reclutado por Felipe Agudelo, quien lo vinculó al equipo On Board, una tienda especializada que mercadea apoyando a deportistas. Y le cambió la vida. De su mano pudo aprovechar su talento y foguearse internacionalmente, hasta vivir de lo que es su pasión, pues ha logrado algunos patrocinios importantes.

Cuando se supo que su deporte sería olímpico, Felipe y Jhancarlos se fijaron como objetivo clasificar a Tokio y seguirles marcando el camino a los skaters del futuro. Hoy, uno en Japón y el otro en Bogotá, cumplirán su sueño.