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Los Warriors ganaron el juego cinco y están a una victoria del anillo de la NBA

Golden State derrotó a los Boston Celtics en el regreso de la serie de la final en San Francisco. Partidazo, el mejor de la llave hasta el momento, que pudo haber sido decisivo para definir al campeón.

Fernando Camilo Garzón
14 de junio de 2022 - 12:00 p. m.
Andrew Wiggins fue el mejor del partido con 26 puntos / AFP
Andrew Wiggins fue el mejor del partido con 26 puntos / AFP
Foto: Getty Images via AFP - POOL

El mejor partido en lo que va de las finales de la NBA se lo llevó Golden State Warriors. Los de San Francisco, nuevamente en casa, superaron por 104-94 a los Celtics de Boston y tomaron la ventaja en la llave, que ganan parcialmente por 3-2. Una victoria más, en el sexto juego, que jugarán fuera de la Bahía, les garantizará un nuevo campeonato en la liga norteamericana de baloncesto.

Fue un partido intenso; de reacciones, errores no forzados en los dos equipos y, como es costumbre, muchísimos puntos desde el perímetro.

Y hubo dos claves importantes en la victoria de los Warriors. Por un lado, el equipo supo responder a la marca asfixiante de Boston a Stephen Curry, que tuvo sus peores registros de toda la serie, y encontraron en figuras como Andrew Wiggins, Klay Thompson y Draymond Green sus principales baluartes para conseguir su tercera victoria.

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Y, por el otro lado, Golden State supo aguantar el embate de los Celtics en el segundo tiempo, que tras ser arrasados en la primera mitad por los Warriors, en el tercer cuarto, fueron un huracán en el maderamen. Sin embargo, los de Steve Kerr mostraron su casta y la experiencia en el cuarto definitivo y se impusieron a los Celtics, que perdieron el libreto en los minutos finales y dejaron escapar a sus rivales en el tanteador.

De esta manera, el equipo de la Bahía tomó la ventaja, que podría ser definitiva, ya que, en el 73% de los casos, los equipos que se pusieron 3-2 en llaves igualadas 2-2 en la final se coronaron campeones.

La intensidad de Green y el nivel de Wiggins

El inicio del partido en San Francisco fue una demostración de intenciones. Golden State salió a comerse a Boston, que hizo un excelente trabajo aislando a Curry, pero no pudo contener a las demás estrellas de la Bahía.

Por ejemplo, Draymond Green, que estuvo agresivo, intenso y determinante e impulsó los primeros minutos de los Warrirors. El cerco defensivo de los de San Francisco fue casi perfecto y secó a los Celtics, que vieron como los locales empezaron a alejarse en el marcador.

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Boston parecía no estar en su día, clave en la lucha por el título para evitar la presión del juego seis, en el que la victoria ya es una obligación para seguir en carrera por el anillo. Los Celtics se toparon con unos Warriors que lograron superar la dependencia de su mayor estrella. Boston, desconcentrado, cometió demasiados fallos en ofensiva que les costaron varios puntos en su pintura. Y esos errores fueron muy caros.

Al final del tercer cuarto, Golden State vencía a Boston por 51-39. Andrew Wiggins, a esa altura, con 16 puntos, siete rebotes y una asistencia, guiaba a los de San Francisco. Así como también lo hacía Green, con ocho puntos, cuatro rebotes y tres asistencias.

A los Celtics no les alcanzó ni con la noche estelar de Tatum

Sin embargo, a pesar de la superioridad demostrada por Golden State, los Celtics ya han comprobado en la serie que no es nada fácil derrumbarlos. Como recuerdo quedó marcado en la memoria de los Warriors el juego uno, en el que fueron ampliamente superiores, pero perdieron un partido increíble en el que llegaron a tener una ventaja de 14 puntos.

Y parecía que la noche se cernía de nuevo sobre la Bahía. La superioridad de los Warriors desapareció en el tercer cuarto y los Celtics revivieron para pasar adelante en el marcador por algunos tramos.

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El impulso a los de Boston se lo dio Jayson Tataum, que, enloquecido desde la línea de tres, se llevó el equipo al hombro e igualó un juego que parecía decantado.

No obstante, en la última jugada del partido, Jordan Poole volvió a repetir la locura del juego dos y metió un triple lejano sobre la chicharra con el que el estadio se vino abajo y fue un nuevo envión para los locales.

En el último cuarto, Golden State volvió a afinar las cuerdas. Aparecieron los errores de Boston nuevamente y la levantada del tercer cuarto quedó casi como un espejismo.

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Wiggins, el mejor de la noche, culminó su faena con 13 rebotes y 26 puntos. Green confirmó que cuando está bien los Warriors generalmente ganan, y Thompson apareció en la noche más pálida de Curry, que no metió ni un solo triple en todo el juego y terminó solo con 16 puntos.

El jueves, en el juego seis, podría haber campeón. Los Warriors son favoritos, llegan con confianza. No obstante, los Celtics son un equipo terco, que se resistirá a perder e intentará todo lo que esté a su alcance para llevar la llave hasta el séptimo juego el domingo.

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