Luis Almanza: “En San Andrés, el baloncesto es sagrado”
El alero es una de las figuras de Caribbean Storm Islands, locales y líderes de la Liga Colombiana de Baloncesto que se desarrolla en la isla.
Fernando Camilo Garzón
Luis Almanza nunca olvidará el día en el que se enteró de la muerte de su madre, por causa de un paro respiratorio. Era un adolescente, tenía 16 años, y esa pérdida fue un antes y un después en su vida. Un hecho que lo marcó y le dejó claro que, a partir de ahí, quería jugar baloncesto en honor a su mamá. Jugar para alguien que jamás podría verlo triunfar.
Como su padrastro también murió al poco tiempo, su hermana tuvo que encargarse de sacarlo adelante. Su papá no estaba porque tenía una relación lejana con la familia, ya que él vivía en Colombia y ellos en Venezuela, el país del que es oriundo una de las actuales estrellas de Caribbean Storm Islands en la Liga WPlay de Baloncesto.
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Almanza tiene diferentes raíces. Su madre era dominicana y su padre es colombiano, de un municipio del Atlántico que se llama Repelón. Por eso, vivió su infancia entre Colombia y Venezuela, en aquellas épocas en las que prefería el fútbol por encima del baloncesto. La pelota naranja siempre estuvo ahí, aunque fue a los 16 años cuando empezó a interesarle en serio. Y fue entonces cuando su mamá se enfermó: “Era una negrita terca, así le decía yo. Nunca quería ir al médico porque decía que la iban a terminar de enfermar. Y ella sufría de muchas cosas que poco a poco hicieron que su condición empeorara”. Almanza, que había encontrado en el baloncesto una vía de escape para no irse por malos caminos, estaba centrado en sus estudios y ya proyectaba para su futuro ser deportista profesional.
De la nada llegó el golpe, en plena preparación. Diez días antes de jugar su primer partido en un torneo oficial, su mamá falleció. Y nunca lo vio jugar. “Cualquiera habría tirado la toalla, pero yo entendí que desde ese momento debía trabajar más fuerte si quería salir adelante y cumplir nuestrosueño”.
Más: Tomás Díaz: “Titanes va por el pentacampeonato”
El peor remordimiento de Luis Almanza es que su mamá nunca haya visto su progresión y lo que llegó a ser. Que fuera una especie de testigo invisible, pero omnipresente. Una ausencia que todavía le pesa. Agradece, eso sí, que el devenir de los años y el baloncesto lo acercaron a su papá, que se volvió su mayor fanático.
Su carrera la empezó en Gigantes de Guayana, de Venezuela, y en 2014 llegó a Águilas de Tunja, gracias al también baloncestista Fernando Lucena, a quien considera su hermano. Era un riesgo porque acá no lo conocían y Lucena tuvo que poner el pecho por él ante el entrenador del equipo, Guillermo Moreno. “Él nos dijo: si a Almanza le va mal, se tienen que ir los dos”. No obstante, eso nunca sucedió y, al contrario, el alero se afianzó en el baloncesto colombiano a tal grado que fue el mismo Moreno, junto al estratega Tomás Díaz, quien le propuso que tramitara su doble nacionalidad para representar a la selección nacional.
Tras un largo recorrido en el baloncesto colombiano, Luis Almanza, de 30 años, destaca el crecimiento de los últimos años del campeonato y en especial la reorganización de la liga cuando parecía que el futuro de muchos jugadores quedaba en el limbo. Y sobre la actual temporada, es consciente de que Titanes es el gran favorito, pero advierte que Caribbean Storm le competirá cabeza a cabeza, como lo demostró en el inicio del torneo con una sorpresiva victoria frente a los actuales tetracampeones. “Somos locales y acá, para la gente de San Andrés, el baloncesto es sagrado. El público apoya y quiere al equipo. Los niños ven en nosotros un ejemplo, así que el hecho de que la liga esté en la isla nos impulsa a querer ganar el título”.
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Por ahora, el torneo recién inicia y Luis Almanza ya se proyecta como uno de los jugadores más importantes de la competición. Además, su reciente llamado a la selección para la ronda clasificatoria al mundial lo alienta a seguir mejorando: “Yo estoy muy agradecido con Colombia por todo lo que me ha dado. Entregaré todo de mí, una vez más, para representar al país y, sobre todo, para que mi mamá me siga viendo, esté donde esté, y se sienta orgullosa de su hijo”.
Luis Almanza nunca olvidará el día en el que se enteró de la muerte de su madre, por causa de un paro respiratorio. Era un adolescente, tenía 16 años, y esa pérdida fue un antes y un después en su vida. Un hecho que lo marcó y le dejó claro que, a partir de ahí, quería jugar baloncesto en honor a su mamá. Jugar para alguien que jamás podría verlo triunfar.
Como su padrastro también murió al poco tiempo, su hermana tuvo que encargarse de sacarlo adelante. Su papá no estaba porque tenía una relación lejana con la familia, ya que él vivía en Colombia y ellos en Venezuela, el país del que es oriundo una de las actuales estrellas de Caribbean Storm Islands en la Liga WPlay de Baloncesto.
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Almanza tiene diferentes raíces. Su madre era dominicana y su padre es colombiano, de un municipio del Atlántico que se llama Repelón. Por eso, vivió su infancia entre Colombia y Venezuela, en aquellas épocas en las que prefería el fútbol por encima del baloncesto. La pelota naranja siempre estuvo ahí, aunque fue a los 16 años cuando empezó a interesarle en serio. Y fue entonces cuando su mamá se enfermó: “Era una negrita terca, así le decía yo. Nunca quería ir al médico porque decía que la iban a terminar de enfermar. Y ella sufría de muchas cosas que poco a poco hicieron que su condición empeorara”. Almanza, que había encontrado en el baloncesto una vía de escape para no irse por malos caminos, estaba centrado en sus estudios y ya proyectaba para su futuro ser deportista profesional.
De la nada llegó el golpe, en plena preparación. Diez días antes de jugar su primer partido en un torneo oficial, su mamá falleció. Y nunca lo vio jugar. “Cualquiera habría tirado la toalla, pero yo entendí que desde ese momento debía trabajar más fuerte si quería salir adelante y cumplir nuestrosueño”.
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El peor remordimiento de Luis Almanza es que su mamá nunca haya visto su progresión y lo que llegó a ser. Que fuera una especie de testigo invisible, pero omnipresente. Una ausencia que todavía le pesa. Agradece, eso sí, que el devenir de los años y el baloncesto lo acercaron a su papá, que se volvió su mayor fanático.
Su carrera la empezó en Gigantes de Guayana, de Venezuela, y en 2014 llegó a Águilas de Tunja, gracias al también baloncestista Fernando Lucena, a quien considera su hermano. Era un riesgo porque acá no lo conocían y Lucena tuvo que poner el pecho por él ante el entrenador del equipo, Guillermo Moreno. “Él nos dijo: si a Almanza le va mal, se tienen que ir los dos”. No obstante, eso nunca sucedió y, al contrario, el alero se afianzó en el baloncesto colombiano a tal grado que fue el mismo Moreno, junto al estratega Tomás Díaz, quien le propuso que tramitara su doble nacionalidad para representar a la selección nacional.
Tras un largo recorrido en el baloncesto colombiano, Luis Almanza, de 30 años, destaca el crecimiento de los últimos años del campeonato y en especial la reorganización de la liga cuando parecía que el futuro de muchos jugadores quedaba en el limbo. Y sobre la actual temporada, es consciente de que Titanes es el gran favorito, pero advierte que Caribbean Storm le competirá cabeza a cabeza, como lo demostró en el inicio del torneo con una sorpresiva victoria frente a los actuales tetracampeones. “Somos locales y acá, para la gente de San Andrés, el baloncesto es sagrado. El público apoya y quiere al equipo. Los niños ven en nosotros un ejemplo, así que el hecho de que la liga esté en la isla nos impulsa a querer ganar el título”.
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