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Luz Karime Garzón: los valores no se negocian

“Todos debemos tener un maravilloso equipo en la vida”, afirma la multicampeona mundial de patinaje, que quiere inspirar a personas cuya existencia está rodeada de dificultades.

Sebastián Arenas
12 de diciembre de 2021 - 02:00 a. m.
Luz Karime Garzón fue tercera en el galardón a la mejor deportista del año en la ceremonia de El Espectador.  / Nelson Sierra G.
Luz Karime Garzón fue tercera en el galardón a la mejor deportista del año en la ceremonia de El Espectador. / Nelson Sierra G.
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Cada domingo, Luz Karime Garzón se sienta a dibujar pensando en productos para la tienda deportiva que lleva su nombre. También, junto a su prometida, se plantean las motivaciones de la semana venidera y viajan a municipios cercanos a Bogotá, ciudad donde viven, para olvidarse un poco del patinaje. A la multicampeona mundial le gusta conocer restaurantes y lugares donde el verde de la naturaleza la rodee y le dé calma.

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La preponderancia que debe darle a la vida familiar la aprendió desde niña, cuando las dificultades económicas agobiaban en la casa donde creció, en el barrio Comfandi, en Cali. “Empezamos desde abajo, con las uñas”, recordó la mujer a la que hace quince años le tocaba trasladarse hasta el Centro Deportivo Luz Mery Tristán para entrenar con su hermano Bryan Garzón, gracias a quien obtuvieron allí una beca conjunta.

En muchas ocasiones no había dinero para los buses hasta las prácticas y a Saulo Garzón, papá de Luz Karime y Bryan, le tocaba realizar rifas para juntarlo. “Mis papás siempre vieron el deporte como un estilo de vida, como una forma de salir adelante, entonces me apoyaron. Eso es importante cuando uno está tan chiquita. Ahí empezó todo este sueño y este camino al éxito”, rememoró la persona que a los catorce años se dio cuenta de que el trabajo realizado la había llevado a convertirse en una promesa importante del deporte colombiano.

Luz Karime comenzó a ganar competencias con mucha más constancia y fue dejando de a poco el otro deporte que le gustaba: el fútbol. Era goleadora y ganó torneos con el colegio Mayor Alférez Real. “Era delantera, me gustaba ir a la matazón. De hecho, cuando cursaba sexto de primaria me invitaron a unirme al equipo que conformaban las estudiantes de noveno, pero hubo un momento en el que tuve que decidir no jugar más porque me podía lesionar y ya estaba enfocada en el patinaje, que era mi mayor motivación y lo que quería como profesión. No me arrepiento porque he tenido una carrera muy linda, que me ha dado triunfos y un mejor estilo de vida”.

La hija de Saulo Garzón y Érica Arboleda también disfrutaba viendo los partidos del Deportivo Cali, club del que era hincha en su adolescencia, cuando despegó una carrera de patinadora que, por ahora, ha tenido su cumbre en el reciente Mundial celebrado en Ibagué, donde fue una de las máximas figuras, llenando su pecho de medallas doradas. Para llegar en buena condición a ese certamen tuvo que superar una hernia discal que le trató el cirujano Jorge Felipe Ramírez, a quien le dedicó parte de sus victorias.

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“Detrás de una campeona mundial hay un gran equipo de trabajo, que es muy importante para llegar al éxito. Todos debemos tener un maravilloso equipo en la vida. Agradezco a todas esas personitas que han estado detrás de mis medallas”, recalcó Garzón, que con sus múltiples consagraciones en Ibagué se ganó el cupo para los Juegos Mundiales que se desarrollarán en julio de 2022 en Estados Unidos y que participará en competencias europeas para conocer el desempeño de sus rivales.

Luego de subir al tercer escalón del podio en la ceremonia del Deportista del Año de El Espectador, la patinadora caleña comenzó su pretemporada, que es clave para tener un desempeño excelente en el siguiente año, en la que no dejará de orar antes de rodar. Tampoco de escuchar las canciones de Adele y de llamar a su mamá y su papá previo a ponerse los guantes que tiene reservados únicamente para competir.

Y las proyecciones de Luz Karime no son únicamente respecto a las competencias más próximas. Es consciente de que en algún momento su carrera deportiva culminará y debe dejar un legado, aprovechando su experiencia en el deporte profesional para impulsar la existencia de otros seres que también anhelan el éxito.

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“Quiero ser inspiración para más deportistas, para esas personas que vienen de abajo hacia arriba y puedan lograr sus sueños. Quiero que más adelante me puedan decir: ‘Luzka, fuiste mi motivación para ser campeona mundial’. Y no solamente campeona mundial del deporte, sino de la vida. Quiero poder crecer hasta donde Dios me lo permita, ser ejemplo y más adelante poder contarles a más personas acerca de todas estas bendiciones que he podido lograr por medio del deporte”, explicó.

Luz Karime Garzón Arboleda seguirá en las pistas mientras sus adentros sigan colmándose de esa pasión que le nació al ponerse sus primeros patines. Ahí continuará promoviendo los valores familiares que le inculcaron, que no se negocian. Que no dependen de un oro o una eliminación.

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