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“Yo también quiero levantar el palito”, le dijo alguna vez en su infancia Manuela Andrea Berrío Zuluaga su madre, Leidy Zuluaga, quien era pesista y en ese momento se encontraba entrenando en un gimnasio. La pequeña observaba las prácticas de su mamá y de su papá, Róger Berrío, quien también desempeñó esta disciplina de manera profesional.
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Cuando Manuela conoció la halterofilia, no le llamó la atención. Pero a Leidy y Róger les tocaba llevársela a las concentraciones de las selecciones de Colombia y le fueron enseñando de a poco a su hija que el levantamiento de pesas tiene su encanto. “Cuando me retiré como deportista empecé a enseñarles a niñas de una institución todo lo que era esta disciplina mediante juegos, y ahí ella se fue enganchando”, cuenta hoy en día la madre de Manuela.
Después de que la niña soñadora comprendió el amor de su papá y su mamá por las pesas, comenzó a ser reconocida en su colegio por su fortaleza para este deporte. Ya lleva 12 años practicándolo y enorgulleciendo a Leidy, quien, además de inculcarle los valores en la relación madre e hija, es su entrenadora.
“No es una tarea fácil, porque se mezclan esos roles. Debo sacar la fuerza interior que tengo para potenciarla a ella, para que logre sus metas en este deporte, que es bastante fuerte y exigente. Por otro lado está el sentimiento de mamá, de que no se vaya a lastimar, que haga bien los movimientos y no pierda esa feminidad que la caracteriza. En casa soy la mamá que le exige que haga sus quehaceres, que lleguemos al gimnasio y sea la misma persona que le exige que haga los entrenamientos, aunque esté cansada, aunque no quiera, es difícil. Pero Dios nos ha dado las herramientas para lograrlo”, profundizó Leidy.
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Y ese trabajo se ha visto reflejado en los triunfos de Manuela, quien en 2019 compitió en sus primeros Juegos Nacionales y conquistó tres medallas de oro en los 45 kilogramos. Fueron preseas especiales, porque las obtuvo en Cartagena, una ciudad a la que le tiene un cariño especial, porque ahí nació su padre. Ama a Antioquia, pues nació en Itagüí, y al Valle del Cauca, porque es el departamento en el que se crió y por el que compite.
No obstante, este miércoles Manuela Berrío compitió por toda Colombia en el Mundial de Levantamiento de Pesas que se celebra en Taskent (Uzbekistán) y los discos rojos y verdes se sostuvieron en el aire gracias a su esfuerzo. Y se quedó con un oro en envión, una plata en total y un bronce en arranque, en los 45 kg. Colmó de orgullo al país, a Leidy y a Róger.
Manuela Berrío Zuluaga continuó con la tradición ganadora de su familia, a pesar de que en un principio no le gustaba la disciplina con la que alcanzó la gloria. “Incluso practiqué otros deportes antes, porque no quería estar en el mismo que mis papás ya habían conquistado. Pero arranqué jugando: me iba al gimnasio a jugar, mi mamá empezó a entrenarme y aquí estoy”.