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Camila Osorio no ha podido terminar su partido contra María Sákkari por la ronda 32 del Abierto de San Diego debido a unas molestias que la aquejan. La colombiana tuvo que dejar el campo luego de ir un set abajo, y con el segundo set empatado, dos games por lado.
Osorio, que recientemente ha dejado atrás a Mariana Duque en el rubro de más semanas dentro del top 100 de la WTA, ha tenido que dimitir, dejando a los espectadores con una zozobra inimaginable, pero sobre todo pensando en el futuro, en recuperarse y en poder jugar al máximo nivel.
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La colombiana tuvo un buen primer set, aunque el marcador dictamine tiránicamente que su contrincante fue superior, los números suelen ser ilusiones que magnifican el juego. Osorio incomodó siempre a la griega en su turno de servicio con una devolución tenaz y esquinada.
Cuando tuvo la oportunidad de meter su primer servicio pudo resolver los puntos con cierta comodidad pragmática. Al final, el set se le escapa por no poder capitalizar las oportunidades de quiebre y porque el dolor no le permitía jugar a su antojo.
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María, por su parte, esperó que Camila volviera del tiempo médico solicitado, dando unos pequeños saltos en la cancha, mientras repelía el sol abrasador con su pelo dorado. Y recibió con tristeza la decisión de la colombiana de no continuar.
Luego del partido, en la entrevista final, expresó su melancolía, diciendo que entiende lo triste y difícil que es ver a un atleta no poder jugar a su máximo nivel. Añadiendo algunos elogios al final, “Ella es una gran jugadora, muy joven, con un gran futuro, y que ya ha conseguido grandes cosas”.
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