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Pasaron ya varias noches desde que terminó su competencia en París 2024 y Mariana Pajón sigue sin dormir bien, Repite en su mente una y otra vez sus carreras y se pregunta qué hubiera pasado de haber corrido diferente. El guayabo y las lágrimas seguirán un tiempo más. “Me hubiera gustado tener un diploma”, dice con nostalgia para resaltar la importancia de ese premio, al que mucha gente en el país no le da valor.
La triple medallista olímpica estuvo acompañando ayer al equipo de ciclismo de pista en el Velódromo Nacional de Saint Quentin, en Yvelines, cerca a la capital francesa, en donde el barranquillero Cristian Ortega llegó a dieciseisavos de final de la velocidad y salvó una jornada para el olvido, pues Kevin Quintero, Stefany Cuadrado y Martha Bayona quedaron eliminados muy temprano.
La antioqueña habló de la actuación de nuestros atletas y la presión que sienten antes de las competencias, del anunciado recorte al presupuesto del deporte, de su futuro y de la necesidad de apoyar a los jóvenes talentos ganen medallas o no.
¿Cómo es el ambiente en el box de Colombia, en una jornada así, en la que nos fue muy mal?
No mal, porque es que esto es muy duro. No les fue como queríamos o como estamos acostumbrados. Hay caritas tristes porque este es el sueño de todos y se revientan para estar acá. Lo de Cristian fue muy bueno, una cosa de locos, Martica siempre será Martica, la sensei, y a Stefany esta será una experiencia que le va a enseñar mucho. El box es muy parecido al de nosotros, hay mucha seriedad, profesionalismo. Cada uno sabe cuál es su misión. Los muchachos están concentrados y el profe les dice cositas, de pronto hacen algún ajuste mecánico y ya, todos tienen sus funciones muy claras.
Usted también ha hecho pista, ¿cuál es la prueba que más le gusta?
La velocidad por equipos. El BMX es como el keirin, poco tiempo, decisiones rápidas, agresividad y potencia, pero la velocidad por equipos me encanta.
¿Y la veremos corriendo en los velódromos?
A mí me encanta esto. La pista es un lugar chévere, pero no sé todavía. Tengo que darme un tiempito para definir. Yo seguiré enrollando cadena todo el resto de mi vida, en ruta, en bicicrós, en todo.
La vimos ayudando al equipo, ¿qué hace?
Pues de asistente, aguatera, motivadora, lo que sea, apoyando. Son dos manos más que están para lo que necesiten.
La vemos pendiente de todos los detalles, ¿ya está pensando en ser dirigente?
No, no, yo creo que cada uno en su lugar y para eso tendría que estudiar y prepararme. No creo, pero siempre estaré involucrada en el deporte y apoyando lo que más se pueda.
A propósito de eso, le van a quitar al deporte cerca de $800.000 millones del presupuesto, ¿cómo puede afectar eso un ciclo olímpico que es tan costoso?
Esperemos que se arrepientan, que vean que el deporte trae muchas oportunidades, que construye país y que así no se ganen medallas a los atletas hay que apoyarlos. Con un deportista están formando personas de bien, que aportan a la sociedad. La cultura, el deporte y la educación son fundamentales. Esa reducción afectaría mucho.
¿Qué nos falta para pelear más en la élite?
Hay que preparar mucho a nuestros entrenadores y a sus equipos de apoyo, de ciencias aplicadas, de tecnología, ahora eso es lo que está marcando la diferencia. Tuvimos un empuje muy fuerte hace unos años, estuvimos estables y ahora hay que empujar nuevamente, creerle a la nueva generación.
¿Y en temas de escenarios e infraestructura?
Sería irresponsable hablar de otros deportes porque no estoy vinculada, pero claro que nos falta infraestructura. En BMX estamos mal. Hay unas pistas bonitas, en donde entreno yo, pero me tocó salir del país; es una realidad. Hay muchas pistas abandonadas que se construyen con esfuerzo, pero no les hacen mantenimiento y se caen. Acá en Francia hay Centros de Alto Rendimiento en todo lado, te internan desde los 15 años, siguen tu proceso hasta la élite, lo digo porque eso hicieron con mi esposo. Nosotros en Colombia hemos mejorado, obviamente, pero hay que seguir avanzando.
¿Se siente presión por los resultados de la delegación?
Claro, esa es una realidad. Tú llegas a unos Olímpicos y tienes que rendir; esto es así, es cruel, es el alto rendimiento. Uno entra a la Villa, llega al edificio de Colombia y ahí está la medallería. Ahora tenemos la foto de Angelito (Barajas) que está ahí, pero ver eso vacío y sabes que te toca después, que te toca, que confían en ti, no es fácil, hay que saberlo manejar muy bien. A veces la presión saca lo mejor de ti, a veces te puede jugar en contra.
Como usted en Londres 2012, que era el oro fijo.
En ese entonces, que ponían mi foto en la medalla antes de correr, y ahora. La presión se la pone uno mismo. Por ejemplo, acá no conseguí los resultados para el país, pero para mí tampoco y yo fui la que sufrí, la que luché, a mí fue a la que más le dolió, la que se tuvo que secar las lágrimas, la que todavía está llorando. En ese sentido, creo que hay que entender mucho más a los deportista y valorarles más su esfuerzo.
Solo celebramos medallas y no diplomas olímpicos, por ejemplo.
Ojalá tuviéramos la cabeza fría y el sentido común para entender lo que es clasificar a unos Olímpicos, quiénes llegan acá, quiénes son capaces de llegar hasta acá. Estamos mal acostumbrados, porque queremos más, somos triunfalistas. A mí me hubiera gustado tener un diploma olímpico, me quedé cerca.
¿Va a ir a ver otros deportes?
Quiero ir a atletismo, a ver a Flor. No se imaginan lo que alumbra esa mujer, va por su medalla. También me gustaría ir a ver baloncesto.
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