Martina Navratilova, una de las mejores tenistas de la historia, se vuelve a enfrentar a una de las luchas más difíciles de su vida. La exnúmero uno del mundo fue diagnosticada con cáncer de garganta en etapa temprana. Específicamente, es el virus del papiloma humano (VPH), que, afortunadamente, es uno de los cánceres más tratables. Durante los mismos exámenes, los médicos también detectaron el cáncer de mama en etapa 1.
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Esta no es la primera vez en la que Navratilova se enfrenta al cáncer. En abril de 2010, la ganadora de 18 títulos de Grand Slam, fue diagnosticada con cáncer de mama a los 53 años. Seis meses después de su diagnóstico se consideró que Navratilova estaba libre de cáncer luego de una lumpectomía y seis semanas de radiación.
Needless to say my phone and twitter are both blowing up so I will say again- thank you all for your support and I am not done yet:)
— Martina Navratilova (@Martina) January 2, 2023
Xoxoxo
Sin embargo, Navratilova no es la primera deportista en ser diagnosticada con este tipo de cáncer. Son varias las atletas que han luchado contra el cáncer de mama y han salido victoriosas de la pelea. Uno de los casos más memorables es el de la ex basquetbolista de las Sacramento Monarchs Edna Campbell.
En febrero de 2002, Campbell se convirtió en la primera jugadora de la Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (WNBA) en ser diagnosticada con la enfermedad. Mientras Campell continuaba en su tratamiento, se sometía a las terapias en las mañanas y en la noche entrenaba con el equipo.
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Menos de seis meses después, superó la enfermedad y eventualmente regresó a la alineación de las Monarchs. Después de vencer al cáncer jugó tres temporadas más y anotó 393 de los 1,143 puntos de su carrera en la WNBA. La historia de Edna Campbell es la más inspiradora del baloncesto femenino.
Otro de los casos más inspiradores es el de la velocista Novlene Williams-Mills. La jamaiquina estaba en la cima de su carrera: ya había ganado dos medallas olímpicas en los relevos 4x400 metros y estaba lista para las Olimpiadas de Londres 2012. Cuando estaba preparando las maletas para viajar a Inglaterra, le detectaron un pequeño bulto en su seno y le dieron una de las peores noticias que puede recibir una mujer.
La atleta de entonces 30 años fue diagnosticada con cáncer de mama. Williams-Mills sabía que quería conseguir una medalla de oro para Jamaica y decidió competir en los Juegos Olímpicos. Su equipo medico le permitió hacerlo y corrió en la pista con el podio en su mente. Desafortunadamente, no logró el oro, pero sí la plata en su categoría.
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Tres días después de los Juegos, el mundo se enteró de que la corredora había ganado la medalla teniendo encima el peso de ser consiente de tener cáncer. Llegó el momento de entrar al quirófano para extirpar el cáncer. Se sometió a una lumpectomía y después a una doble mastectomía con cirugía reconstructiva.
Como todo un ejemplo de lucha, cuatro años más tarde volvió a competir en los Juegos de Río 2016. Novlene Williams-Mills una vez más demostró que para ella no había nada imposible y se volvió a colgar medalla de plata. Después de su retiro de las pistas, la jamaiquina decidió dedicarse a su otro sueño: ser madre. Y contra todos los pronósticos, en abril de 2020 dio luz a gemelos.
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La también basquetbolista Laura Grande tiene una conmovedora historia de lucha contra el cáncer. La española pasó de ganar el Europeo de baloncesto femenino en 1993 a luchar contra el cáncer de mama en 2010. Era joven y fue una noticia inesperada, sabía que era un golpe duro para su vida, pero estaba dispuesta luchar contar viento y marea.
Tras las tres primeras semanas de quimioterapia, decidió que el cansancio no sería más poderoso que ella y a diario seguía yendo al gimnasio. Cuando pasó a la radioterapia, un tratamiento menos agresivo, empezó poco a poco a volver a las canchas.
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