Final de la NBA: Denver venció a Miami, en el día que Messi dijo que irá a Florida
Los Nuggets tomaron la ventaja de 2-1 antes del cuarto juego que será el viernes. Después de su complicada noche el domingo, Jamal Murray fue la gran figura este miércoles. Nikola Jokic, por su parte, hizo otro partido histórico.
Fernando Camilo Garzón
La noche en Miami estaba demasiado futbolera. La Florida se estremeció con la sorpresiva noticia que revolcó la agenda del deporte mundial este miércoles: la llegada de Lionel Messi a la MLS de los Estados Unidos. Mientras todos hablaban del fichaje del argentino al Inter de Miami, los Nuggets lograron una victoria categórica fuera de casa para recuperarse de la dolorosa derrota en Denver en el segundo juego.
Fue casi un baile, con un resultado de 109 a 94 que dejó helado al Heat y que le dio una nueva ventaja a los Denver Nuggets por 2-1 antes del cuarto juego que será el próximo viernes de nuevo en Miami.
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Y la noche estaba demasiado futbolera porque, además de que toda la NBA le dio la bienvenida al astro argentino en la previa del partido, desde Giannis Antetokounmpo hasta Kevin Durant, el invitado más ilustre en la Arena, en una tribuna engalanada por Shakira y Floyd Mayweather, era precisamente Neymar, el amigo de Messi que despidió al “10″ de PSG esta semana y se fue a Estados Unidos, donde lleva varios días compartiendo con todo tipo de estrellas como Jimmy Butler, con el que estuvo practicando tiros libres apenas un día antes del partido.
Pero en el básquet, sobre la pista, más allá del espectáculo y las noticias por fuera del coliseo, la noche fue un show del baloncesto más puro. Del viejo, del que se luchaba entre empujones, codazos y disputas debajo del aro. Fueron dos equipos que dirimieron el resultado en la zona pintada, aunque el factor que desequilibró la balanza estuvo en la escasez desde el perímetro.
El partido empezó igualado. Tan parejo que el primer cuarto se fue 24 a 24. Erick Spoelstra, exprimiendo al máximo el análisis que le dio el triunfo al Heat en el segundo juego, volvió a plantear un partido físico con los principales focos defensivos sobre Jamal Murray.
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Pero, el segundo al mando de los Denver Nuggets, herido en su orgullo por su rendimiento del último partido en Denver, se cargó al equipo al hombro, a pesar de que tuvo todo el juego la sombra permanente de los locales. En cada posesión en la que vio camino, rompió la defensa para atacar la pintura. En cada tiro en el que se vio libre, intentó todos los triples que le aparecían visibles. Incluso si no estaba solo fue valiente y encontró respuestas.
Por su parte, Miami Heat, confiado en su plan, intentó hasta el final imponer el juego físico que les dio esperanza tras el 1-1 en la serie. Su problema fue que no pudieron “secar” a Murray como el domingo, que los Nuggets venían con el espíritu herido y que Nikola Jokic, como ya se presupone, logró un nuevo triple doble en una noche en la que estableció un nuevo récord. El serbio es el primero en la historia de las finales que logra un triple doble con más de 30 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias. Con un vendaval de ese talante, todos los esfuerzos de los de casa se vieron vanos.
En el tercer cuarto, tras un segundo en el que Denver sacó una mínima ventaja, los Nuggets, con el aporte extra del juvenil Christian Braun, se hicieron inalcanzables para los Heat, que además de la inspiración inigualable de sus rivales, estaban perdidos desde el perímetro.
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Tanta fue la diferencia que, cuando reaccionaron en el último cuarto, aun con las desconcentraciones de los visitantes, la derrota ya estaba consumada. Ya fue demasiado tarde e insuficiente para contener a la bestia.
Respuesta magistral de Denver Nuggets, que recuperó lo perdido en casa y el viernes buscará todavía más petróleo. La gran presión es para Miami, que para seguir en carrera por el título tendrá la urgencia de ganar en casa. De no hacerlo, cuando el quinto juegue retorne a Colorado, se enfrentará a una situación demasiado compleja. Pero, si algo ha demostrado el Heat en estos playoffs es resistencia a las situaciones adversas.
La serie apenas va 2-1 y todavía hay mucho que definir en la guerra por el anillo.
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Fue casi un baile, con un resultado de 109 a 94 que dejó helado al Heat y que le dio una nueva ventaja a los Denver Nuggets por 2-1 antes del cuarto juego que será el próximo viernes de nuevo en Miami.
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Pero en el básquet, sobre la pista, más allá del espectáculo y las noticias por fuera del coliseo, la noche fue un show del baloncesto más puro. Del viejo, del que se luchaba entre empujones, codazos y disputas debajo del aro. Fueron dos equipos que dirimieron el resultado en la zona pintada, aunque el factor que desequilibró la balanza estuvo en la escasez desde el perímetro.
El partido empezó igualado. Tan parejo que el primer cuarto se fue 24 a 24. Erick Spoelstra, exprimiendo al máximo el análisis que le dio el triunfo al Heat en el segundo juego, volvió a plantear un partido físico con los principales focos defensivos sobre Jamal Murray.
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Pero, el segundo al mando de los Denver Nuggets, herido en su orgullo por su rendimiento del último partido en Denver, se cargó al equipo al hombro, a pesar de que tuvo todo el juego la sombra permanente de los locales. En cada posesión en la que vio camino, rompió la defensa para atacar la pintura. En cada tiro en el que se vio libre, intentó todos los triples que le aparecían visibles. Incluso si no estaba solo fue valiente y encontró respuestas.
Por su parte, Miami Heat, confiado en su plan, intentó hasta el final imponer el juego físico que les dio esperanza tras el 1-1 en la serie. Su problema fue que no pudieron “secar” a Murray como el domingo, que los Nuggets venían con el espíritu herido y que Nikola Jokic, como ya se presupone, logró un nuevo triple doble en una noche en la que estableció un nuevo récord. El serbio es el primero en la historia de las finales que logra un triple doble con más de 30 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias. Con un vendaval de ese talante, todos los esfuerzos de los de casa se vieron vanos.
En el tercer cuarto, tras un segundo en el que Denver sacó una mínima ventaja, los Nuggets, con el aporte extra del juvenil Christian Braun, se hicieron inalcanzables para los Heat, que además de la inspiración inigualable de sus rivales, estaban perdidos desde el perímetro.
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