El piloto bogotano Nicolás Baptiste llegó a la Fórmula Regional Europea tras dos temporadas en la F4.
Foto: Cortesía
A veces, por perseguir una pasión se deja de lado otra. Así arrancó la historia de Nicolás Baptiste, un joven bogotano que se desvivía por el fútbol y soñaba con ser portero, al igual que su ídolo Íker Casillas. En su colegio, el Andino de Bogotá, mostró condiciones y liderazgo, por lo que pasó a cuidar los tres palos del equipo de la institución, y así lo hizo durante un tiempo.
Por Daniel Bello
Periodista de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue practicante de Pacifista entre 2020 y 2021. Desde el 2019 escribe sobre fútbol, política e historia en El Espectador. Tiene experiencia cubriendo paz, mundo y medio ambiente.@daniel_eudosiodbello@elespectador.com
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