“No me arrepiento ni un solo kilómetro”: Mateo Moreno, colombiano en el Dakar 2023
El navegante antioqueño conforma junto al piloto Javier Vélez la única dupla colombiana que participará en el Rally más importante del mundo, que arranca el próximo 31 de diciembre, en Arabia Saudita.
Daniel Bello
La navegación es un arte que se va perfecciona con el tiempo. De su correcta labor nacen decisiones instantáneas que en unas ocasiones ganan carreras y otras salvan vidas. Ese es el rol de Mateo Moreno Kristiansen, quien junto a Javier Vélez representará a Colombia en el Rally Dakar 2023.
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La navegación es un arte que se va perfecciona con el tiempo. De su correcta labor nacen decisiones instantáneas que en unas ocasiones ganan carreras y otras salvan vidas. Ese es el rol de Mateo Moreno Kristiansen, quien junto a Javier Vélez representará a Colombia en el Rally Dakar 2023.
En Arabia Saudita les esperan 14 etapas y más de 8.000 kilómetros. Los pilotos antioqueños participarán en la categoría T3 de vehículos livianos a borde de un Can-Am Maverick X3. La elección de ese modelo no fue casualidad, pues es el más popular del circuito. En las carreras de aventura siempre se necesita estar preparado para todo, y al tener el mismo carro que muchos de sus colegas, el duo paisa tiene más probabilidades de intercambiar repuestos.
Limitar los riesgos es clave para quienes añoran con llegar al último día de la competencia, en Dammam. En palabras de Mateo, hasta la más mínima ‘bobadita’ puede arruinarles el recorrido, por lo que ir un paso adelante es una obligación.
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Javier, su compañero, es una piloto muy capaz, calmado y de pocas palabras. Dedicado a lo suyo con madurez y serenidad, que lo hacen un compañero de carretera ideal. Trabajan juntos desde 2018 y desde entonces corren uno o dos rallies al año.
Ambos confían bastante el uno del otro. La edición de este año será su tercer Dakar juntos. No obstante, en su maleta compartida cargan más experiencias internacionales de Argentina, Chile y Marruecos. “Esto es una dupla que tiene que funcionar como un reloj suizo”, comentó Moreno.
Recuerda con cierta nostalgia las ediciones del Dakar que se celebraron en Argentina y Chile. Desde que la competencia se mudó a Medio Oriente, la carrera ganó velocidad, pero perdió euforia. Para el piloto paisa, la afición latinoamericana le daba un sabor especial al torneo. Al correr en Arabia Saudita pueden pasar horas sin ver a un espontáneo.
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Sin embargo, hay ciertas ventajas con el cambio de sede. Por ejemplo, al tratarse del “invierno” saudí, la arena va a estar compacta como consecuencia del frío, situación que contrasta con las ediciones anteriores, que coincidían con el verano austral.
El Dakar tiene tres metas para él. La primera es estar en la línea de salida, levantando la bandera de Colombia, es ya un título. La segunda meta es el día de descanso, que será en Riad, la capital saudí. Ese punto es crucial para replantear la estrategia y apretar los tornillos que lo necesiten. Y por último, está la llegada a la meta en el día final.
“Siempre llegamos con la plata justa, con las moneditas contadas. No nos podemos tomar una Coca-Cola porque nos descuadramos”, comenta. Es una vaina muy mental y lleno de inversiones. “Nosotros tenemos que cuidar el carro más que los pilotos con más presupuesto”, agregó.
Mateo, el enamorado de los rallies
Moreno siempre quiso ser corredor de Rally, desde niño. Empezó como motociclista, con más pasión que presupuesto. Disfrutó enormemente y por su persistencia lo invitaron a su primera competencia internacional. Fue una competencia que se corrió en la frontera entre Tíbet y Mongolia. En 2013, tras mucho esfuerzo, cumplió su sueño de participar en un Dakar, en los que ya cosecha un listado de participaciones. Los escenarios, la gente, los destinos exóticos terminaron de enamorarlo.
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Mateo, de 45 años, es un cazador de experiencias. Aunque el mundo del deporte a motor está cargado de decepciones, su combustible son los momentos de brillo indescriptibles que pagan toda inversión que ha realizado en su carrera como profesional.
Poder conocer los desiertos del cono sur, rodear el Aconcagua en Chile, o pasar por las cercanías de San Juan, en Argentina, son algunas de las experiencias que ha recopilado. Le gusta tomar fotos mentales, en apenas un parpadeo se permite contemplar el escenario, pues la vista tiene que estar en el camino y no en el paisaje. Arabia Saudita tiene unos terrenos inhóspitos, con el mar rojo de fondo, en unos escenarios que parecen Marte. Más allá de lo deportivo, disfrutar de lugares así son para el experimentado piloto una recompensa.
Se considera un piloto muy mecánico. Le encanta la mecánica pero más en motos. Es un amante de los detalles, disfrutar del río, la selva y un café en el amanecer. Cuando le toca acelerar, si toma un ritmo imparable. No sabe cuando va a parar. A veces no tiene en mente competir, pero le llega una invitación y su pasión le dice que siempre puede dar una vuelta más.
En un futuro cercano, añora ver más colombianos en la línea de salida. En su categoría habrá este año otro colombiano. Se trata del caleño Antonio Marmolejo, quien conducirá un Can Am Maverick XRS, con el argentino Ariel Jatón como su navegante.
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