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Djokovic por fin logró su anhelado oro olímpico en una final soñada con Alcaraz

El serbio consiguió el único título que le faltaba en su carrera y venció al español en la final de los Juegos Olímpicos en París 2024.

Fernando Camilo Garzón y Enviado especial a París
04 de agosto de 2024 - 03:22 p. m.

Más de uno, en la cancha Philippe Chatrier, se sintió viviendo un sueño este domingo en pleno Roland Garros, en la final del tenis en París 2024 entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Sin embargo, ninguno se sintió más en las nubes que el tenista serbio, que se impuso en dos sets, ambos desde el tie-break (7-6 y 7-6), y por fin consiguió su anhelado oro olímpico, el único título que le faltaba en su carrera. Nole, en la tarde de este domingo, coronó en Francia su gran gesta y agigantó su leyenda, la que lo tiene como el tenista más grande de todos los tiempos.

Desde la previa, el duelo paralizó París en plenos Juegos Olímpicos. Toda la atención de la ciudad estaba en ese pequeño rectángulo de polvo de ladrillo. Alcaraz, número tres del mundo, se enfrentaba al legendario Djokovic, el número dos del escalafón de la ATP, al mismo que recién había derrotado en la final de Wimbledon. En junio, contra Alexander Zverev, el español se había coronado, además, en la misma cancha, Roland Garros, y buscaba ahora, este domingo, su primer oro olímpico, siendo el tenista más joven en clasificar a una final individual en la rama masculina.

En frente, aunque parezca increíble, Nole buscaba también el primer lugar del podio en las justas, el único título que no tenía. A la final, llegó siendo el más viejo en la historia en conseguir esa instancia olímpica, tremendo contraste, y se fue de ella consagrado como campeón. Momento histórico en los Juegos Olímpicos, que para la historia del tenis y su jugador más laureado difícilmente se podrán olvidar. En la rama masculina, solo Andre Agassi y Rafael Nadal habían logrado el famoso “Golden Slam de carrera”, que son los títulos de grand slam y de la medalla de oro olímpica. Ahora, Djokovic está en esa lista. En el tenis, solo Steffi Graf tiene el verdadero Golden Slam, que consiste en ganar todos esos títulos en el mismo año.

Djokovic se impuso desde el inicio

Djokovic empezó agresivo, anhelante de su primer oro. Conseguido su primer servicio, intentó quebrar de entrada el de Alcaraz, pero el español, resistente, aguantó las primeras embestidas de la leyenda. El aguante del retador Palmareño sacó de quicio al tenista más ganador de la historia, que, como todos los que estaban en el estadio, no pararon de sorprenderse, durante todo el juego, de la fortaleza defensiva del precoz tenista de 21 años. Jamás, en todo el partido, se quebró ningún servicio.

El éxtasis del partido no solo lo demostró el agresivo inicio de los dos contendientes, cada uno en su estrategia, también se escuchó en la sobreexcitación de los espectadores, que pegaban alaridos y simulaban trompetas, incluso cuando no debían. “¡Qué viva España!”, gritó en un punto algún loco enardecido, a lo que otro, seguro serbio, en un chillido imposible de entender para el hispanohablante, respondió en un bramido igual de herido. El árbitro pidió silencio, pero, tras el punto, un error no forzado de Djokovic hizo reaccionar al serbio contra el público. Se quejó de la desconcentración que le provocaban y los hinchas, la mayoría españoles, le respondieron con un estruendoso abucheo. Sin embargo, el partido también se jugaba en la grada y ante el primer punto que metió el mítico serbio, sus coterráneos, y los seguidores de su leyenda, respondieron con un cántico impresionante “¡Let’s go Nole, let’s go!”. Aunque había mucha bandera de España —a ojo—, por ruido —juzgando a oreja— no podía decirse que había más a favor de un tenista que de otro.

Novak Djokovic, en la final del tenis de París 2024 contra Carlos Alcaraz.
Novak Djokovic, en la final del tenis de París 2024 contra Carlos Alcaraz.
Foto: EFE - Juanjo Martín

Djokovic no tomó una actitud pasiva en ningún momento del partido. No dejó de ir con agresividad a buscar el quiebre que tenía la intención de ganar desde el primer saque. No obstante, la juventud de Alcaraz parecía hacerlo correr contra el tiempo.

El español, que además de físico también juega con cabeza, le respondía puntos que parecían imposibles. Esa falta de sensatez, propia de su juventud, le estallaba el mal genio al jugador histórico, que constantemente se quejaba al aire, regañándose a sí mismo y lamentando, con impotencia, su incapacidad para responder el carácter del jugador generacional que tenía al frente. Le tocó plantear al serbio un juego más inteligente, aprovechar el ímpetu del español y usarlo en su contra. Así sacó el partido adelante.

Alcaraz, de hecho, sufrió el partido. El primer set, tan cerrado que se definió en tie-break (7-3), lo terminaría perdiendo tras un punto espectacular en el que Novak Djokovic subió a la red para responder una dejada del español y definió la manga con maestría. Esa jugada se repetiría varias veces, pues el serbio leyó muy bien todas las acciones agresivas del español y lo atacó en los momentos justos.

El ascenso olímpico de Djokovic

Solo el primer set tomó casi dos horas y, a pesar del desgaste, la intensidad seguía siendo la misma en la segunda manga.

Djokovic, más agresivo, no dejó de buscar quebrarle el saque a Alcaraz. Sin embargo, la férrea resistencia de su rival alargó e hizo muy parejo el duelo. El serbio lanzaba pelotas sobre la línea que rozaban el límite de estar por fuera, mientras que Alcaraz, que lo desgastaba haciéndolo subir a la red constantemente, le apostó a su resistencia física para hacer frente a la calidad intacta de Nole. No importaba cuál, sin duda, los dos levantaron al público en la Philippe Chatrier.

Cerrado el duelo, nuevamente en el tie-break, Djokovic sacó las distancias, para llevarse el segundo set como se llevó el primero y celebrar uno de sus títulos más esperados. Cerrada su victoria, de hecho, el legendario tenista se quebró. Tantas veces ha ganado y pocas se sintieron como esta.

Besó primero el suelo, después se sentó a llorar y de su maleta sacó la bandera de Serbia, la que minutos después vería izarse en un momento inolvidable. El ascenso olímpico de Novak Djokovic, el más grande de todos los tiempos en el tenis.

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Por Enviado especial a París

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Leumar(ptqus)04 de agosto de 2024 - 04:04 p. m.
Como la descripción de un evento se puede convertir en fábula. Felicidades al periodista por tan bella narrativa que exalta la epica de un gladiador de todos los tiempos en el olimpo del tenis.
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