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Óscar Figueroa cumplió y con creces. Salió inspirado al pabellón 2 de Riocentro y se colgó la primera presea para el país en estos Juegos Olímpicos. El colombiano impuso nueva marca personal en arranque, tras levantar 142 kg, y cerró su participación en la final de los 62kg alzando 318kg en el envión para un total de 318 y así imponerse a Eko Yuli Irawan
Sabiendo que su fuerte es el envión, Figueroa apostó a la estrategia. Inicialmente pidió los 135 kilogramos y esperó. Subió a 137 y con ese inició. Los levantó sin complicaciones. Su mayor marca había sido 140, los levantó en Londres 2012 y en el Campeonato Mundial de Houston, Texas en 2015. Pero en Río apostó por más. 142 kg fue su reto y en el último segundo del reloj en su segundo intento, lo logró.
Fue una inhalación profunda y una exhalación que hizo vibrar a un país, es la mejor marca en su carrera en arranque. Una marca que hacía soñar con la primera presea para Colombia, pero los anhelos se volvieron dorados cuando el último campeón del mundo Lijun Chen se retiró de la prueba al no poder levantar los 143 kg en los primeros dos intentos. Y la ilusión creció cuando el pesista de indonesia Eko Yuli Irawan no pudo levantar los 146 kg que se propuso.
Solo quedaba la modalidad de envión. Y en esa Figueroa siempre se ha destacado. Hace cuatro años levantó 177kg para imponer récord olímpico y en el Campeonato Mundial de Houston levantó 174kg. La apuesta estaba ahí. Tenía que capitalizar el buen desempeño histórico en esta prueba para colgarse la medalla dorada. Puesto que terminó en lo más alto con lo que alzó en arranque.
Y no decepcionó. Nuevamente la estrategia, siempre tan clave en el levantamiento de pesas, volvió a regir. Aunque inicialmente pidió los 170kg para iniciar volvió a esperar. El kazajo Farkhad Kharki levantó 170kg y también lo hizo Irawan. Figueroa inició con 172kg y lo logró, después sus rivales pidieron 176 y 177 kilogramos y ninguno pudo, mientras que él sí levantó los 176 kg que lo acercaron al sueño dorado en Río.
Nadie alzó más que él. El último intento de Irawan ya era desesperado. Apuntó a los 179kg, puso su meta en el récord olímpico y en la medalla de oro, pero no lo logró. Apenas pudo sostener la pesa en su primer intento y cuando quiso alzarla se le cayó. Así se hizo realidad el anhelo olímpico de Figueroa, quien se bañó de oro y le dio la primera medalla a Colombia en estas justas.
También lo intentó con los 179kg pero no lo logró, su mente ya estaba tocada, era el nuevo campeón olímpico. Las lágrimas no tardaron en aparecer. Luchó mucho por estar ahí, era su sueño y hoy está cumplido. Beso a las pesas, que se convirtieron en su vida y a llorar, a descargar esa alegría que lo invadió tras alcanzar el objetivo del año. Es su segunda medalla en unos Juegos Olímpicos. Es el único colombiano en sumar un oro y una plata y se convirtió en el primer hombre del país en colgarse una presea dorada.