París 2024: ¿qué significado tiene la llama y la antorcha olímpica?
La llama, la antorcha y el pebetero olímpico están presentes desde los Juegos Olímpicos de la antigüedad, pero no fue hasta la edición moderna de Ámsterdam 1928 que el COI recuperó esta tradición para que se mantenga hasta París 2024.
Desde los primeros Juegos Olímpicos de la antigüedad, aproximadamente en el año 776 a. C, la llama olímpica hacer parte de esta lista de elementos característicos de estas justas deportivas. Sin embargo, no fue hasta los octavos juegos de la era moderna, Ámsterdam 1928, que se recuperó la costumbre de tener un fuego que abriera el evento.
No obstante, el recorrido de la antorcha olímpica, definida por el Comité Olímpico Internacional (COI) como la manera de llevar la calidez de la amistad entre los pueblos en torno al deporte, es un protocolo que se vio por primera vez en las justas de Berlín 1936, los primeros televisados de la historia. La antorcha se enciende en Olimpia, Grecia, viaja por el mundo hasta llegar a la sede de los Juegos Olímpicos y da inició a las justas en el momento que se enciende el pebetero en la ceremonia inaugural.
Según cuenta el COI, la llama olímpica es el fuego robado a los dioses por parte de Prometeo, el dios amigo de los mortales, para entregárselo a la humanidad. El fuego permanece encendido en el pebetero olímpico durante toda la actividad deportiva.
¿Cuándo se enciende la llama olímpica?
Un skaphia (espejo cónico parabólico) en el Templo de Hera, Olimpia es puesto a la exposición de los rayos del sol para que este se encienda y de allí se recoja la llama que recorrerá el mundo en la antorcha olímpica hasta llegar a los próximos juegos. Aunque la tradición de transportar la antorcha se le debe a las justas organizadas por el régimen nazi, en cierto modo, esta acción se inspira en la famosa tregua olímpica, que hace referencia al cese de hostilidades entre las ciudades-estado de Grecia durante el evento.
Esta antigua tradición consistía en el viaje de mensajeros para anunciar la fecha exacta de las competiciones, además de establecer la ekecheiria (tregua sagrada). Esto funcionaba como un seguro entre fronteras para que los deportistas de cada rincón del país helénico pudieran viajar a Olimpia con la tranquilidad de que no serían atacados lejos de su territorio.
Cada antorcha olímpica cuenta con un diseño hecho por el comité organizador que exalta la cultura de la ciudad y del país anfitrión. Además, aunque se habla de un pebetero olímpico, lo cierto es que cada ceremonia de inauguración define cómo y dónde encenderlo. Por ejemplo, para París 2024, la llama inició su recorrido en el río Sena, siguió a los pies de la torre Eiffel y terminó encendiendo el pebetero en un globo aerostático en otro punto de la capital francesa.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
Desde los primeros Juegos Olímpicos de la antigüedad, aproximadamente en el año 776 a. C, la llama olímpica hacer parte de esta lista de elementos característicos de estas justas deportivas. Sin embargo, no fue hasta los octavos juegos de la era moderna, Ámsterdam 1928, que se recuperó la costumbre de tener un fuego que abriera el evento.
No obstante, el recorrido de la antorcha olímpica, definida por el Comité Olímpico Internacional (COI) como la manera de llevar la calidez de la amistad entre los pueblos en torno al deporte, es un protocolo que se vio por primera vez en las justas de Berlín 1936, los primeros televisados de la historia. La antorcha se enciende en Olimpia, Grecia, viaja por el mundo hasta llegar a la sede de los Juegos Olímpicos y da inició a las justas en el momento que se enciende el pebetero en la ceremonia inaugural.
Según cuenta el COI, la llama olímpica es el fuego robado a los dioses por parte de Prometeo, el dios amigo de los mortales, para entregárselo a la humanidad. El fuego permanece encendido en el pebetero olímpico durante toda la actividad deportiva.
¿Cuándo se enciende la llama olímpica?
Un skaphia (espejo cónico parabólico) en el Templo de Hera, Olimpia es puesto a la exposición de los rayos del sol para que este se encienda y de allí se recoja la llama que recorrerá el mundo en la antorcha olímpica hasta llegar a los próximos juegos. Aunque la tradición de transportar la antorcha se le debe a las justas organizadas por el régimen nazi, en cierto modo, esta acción se inspira en la famosa tregua olímpica, que hace referencia al cese de hostilidades entre las ciudades-estado de Grecia durante el evento.
Esta antigua tradición consistía en el viaje de mensajeros para anunciar la fecha exacta de las competiciones, además de establecer la ekecheiria (tregua sagrada). Esto funcionaba como un seguro entre fronteras para que los deportistas de cada rincón del país helénico pudieran viajar a Olimpia con la tranquilidad de que no serían atacados lejos de su territorio.
Cada antorcha olímpica cuenta con un diseño hecho por el comité organizador que exalta la cultura de la ciudad y del país anfitrión. Además, aunque se habla de un pebetero olímpico, lo cierto es que cada ceremonia de inauguración define cómo y dónde encenderlo. Por ejemplo, para París 2024, la llama inició su recorrido en el río Sena, siguió a los pies de la torre Eiffel y terminó encendiendo el pebetero en un globo aerostático en otro punto de la capital francesa.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador