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Con apenas tres temporadas en la NFL, Patrick Mahomes, mariscal de campo de los Jefes de Kansas City, jugará este domingo su primer Super Bowl. A los 24 años podrá entrar en la historia del acontecimiento deportivo más importante para los estadounidenses, el mismo que acapara la atención de cerca de 800 millones de personas en más de 100 países del mundo. Ningún evento de un día, de cualquier tipo, mueve más dinero y genera mayor impacto comercial que la gran final del fútbol americano, que mañana se jugará en Miami desde las 5:00 p.m., con transmisión por Espn, entre el equipo texano y los 49ers de San Francisco.
Mahomes lleva el deporte en las venas. Su padre, Pat, fue beisbolista profesional. Lanzó durante 11 temporadas para los Rangers de Texas, los Cachorros de Chicago, los Mellizos de Minnesota, los Medias Rojas de Boston y los Mets de Nueva York, con los que ganó el título de la Liga Nacional en 2000, pero quedó fuera del plantel que disputó esa histórica Serie Mundial contra los Yanquis.
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Así que Patrick creció en los vestuarios, rodeado de leyendas del deporte. Jugaba baloncesto, béisbol y fútbol americano. Y en las tres disciplinas lo hacía tan bien, que en todas representaba a su escuela en los campeonatos estatales.
Cuando ingresó becado a la Universidad de Texas, Tech aún no había tomado la decisión de dedicarse de lleno a una sola especialidad. Incluso recibió una oferta de los Tigres de Detroit para jugar en las Grandes Ligas. Pero su pasión pudo más que el deseo de su padre, de quien heredó, además de disciplina y buenos hábitos de cuidado personal, un poderoso brazo.
Y en su primer año se ganó el puesto de titular. Tenía claro su objetivo y se preparó para lograrlo. Era cuestión de tiempo que llamara la atención de uno de los entrenadores más reputados de la NFL, Andy Reid, quien había trabajado con los 49ers de San Francisco, los Packers de Green Bay y los Eagles de Filadelfia.
“Me impactó su talento, pero sobre todo su madurez mental. Vivía con sus hermanos menores, Jackson y Mia, y su madre, Randi, que se había separado de Pat, así que él asumió ese rol”, recuerda Reid, quien lo fichó para los Chiefs en 2017, a cambio de varias selecciones en el draft del año siguiente para los Buffalo Bills, una apuesta arriesgada, pero que finalmente valió la pena.
Con 20 años, Mahomes firmó un contrato de novato por cuatro temporadas y US$16 millones, además de un bono de US$10 millones, pero su rutina no cambió. Siguió viviendo en casa de su madre hasta hace apenas un par de meses, cuando compró una con su novia, Brittany Matthews, una exfutbolista y kinesióloga con la que se conoció en la preparatoria Whitehouse y que tras jugar en la liga de Islandia, regresó a Estados Unidos para acompañarlo y fundar su propia empresa de entrenamiento físico personal.
“Patrick nació para ser estrella. Sabe que puede convertirse en una leyenda, que tiene el camino abierto y las condiciones para lograrlo, pero si no se esfuerza, no lo conseguirá”, advierte Pat, su padre y consejero.
Un terremoto en la NFL
Mahomes llegó pisando duro a la liga profesional de fútbol americano. Ganó el premio de Jugador más Valioso en 2018 y se convirtió en el primer mariscal de campo con 5.000 yardas tanto en el fútbol universitario como en el profesional. Completó 50 pases de anotación en una temporada, un registro que comparte nada menos que con Tom Brady y Peyton Manning, las grandes estrellas de los últimos tiempos.
Para los especialistas, el número 15 de los Chiefs, derecho, de 1,88 metros de estatura y 104 kilogramos de peso, dominará la liga en la próxima década. Y su reinado podría comenzar mañana de ganar el Super Bowl ante los 49ers de San Francisco, liderados por Jimmy Garoppolo, un experimentado mariscal que reconoce en su rival a un tremendo jugador y una mejor persona.
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Esta semana, en una de las actividades previas al duelo del domingo, el jefe de la ofensiva de los californianos recordó una anécdota con Mahomes. En el partido entre ambos equipos en la temporada de 2018, Garoppolo salió en camilla por una lesión. Al final del juego Patrick fue a buscarlo para ver cómo seguía y desearle pronta recuperación, a pesar de que apenas se conocían. Después se supo que se había roto los ligamentos cruzados de una de sus rodillas.
El triunfo de los Jefes sellaría también el contrato más alto en la historia de la NFL. Se especula que la franquicia texana confía tanto en que Mahomes la mantendrá en la cúspide, que sus directivos le ofrecerán una renovación a partir de 2021 por cerca de US$50 millones al año.
Eso, sumado a lo que puede recaudar por publicidad, lo convertiría en el deportista mejor pagado del mundo, algo que le permite financiar diferentes obras sociales como la 15 and the Mahomies Foundation, que se preocupa por apoyar a niños y familias en condiciones de vulnerabilidad.
“Los aficionados nos apoyan cada semana y nos demuestran cariño y pasión al equipo y a mí, quiero devolverles algo de ese amor. Pero más allá de eso, mostrarles el camino a otros para ayudar a la comunidad”, asegura Patrick, un hombre que nació con el talento para hacer historia en el deporte, pero lo ha cultivado y trabajado para hacer ese sueño realidad.