Queen Villegas: la otra reina del BMX que sorprende en París

¡La tribuna hervía la piel! A casi 40 grados Celsius, en la Plaza de la Concordia, a unos pasos del Arco del Triunfo, el sol era inmisericorde. No corría brisa, no había ni una nube y además,… ¡no había techo! El escenario era hechizo, juntaron cuatro tribunas, rápidamente montadas, una al lado de otra y el sol pegaba directo, disecando, más que el cuerpo, el espíritu. Poco le importó abajo, en la pista, a Queen Saray Villegas, quien salió a competir en uno de los primeros turnos en la modalidad street park del BMX Freestyle, uno de los deportes más novedosos de los Juegos Olímpicos.

¡La tribuna hervía la piel! A casi 40 grados Celsius, en la Plaza de la Concordia, a unos pasos del Arco del Triunfo, el sol era inmisericorde. No corría brisa, no había ni una nube y además,… ¡no había techo! El escenario era hechizo, juntaron cuatro tribunas, rápidamente montadas, una al lado de otra y el sol pegaba directo, disecando, más que el cuerpo, el espíritu. Poco le importó abajo, en la pista, a Queen Saray Villegas, quien salió a competir en uno de los primeros turnos en la modalidad street park del BMX Freestyle, uno de los deportes más novedosos de los Juegos Olímpicos.

Apareció en Tokio 2020, tras una tradición que empezó en Estados Unidos décadas atrás, gracias al popular BMX de carreras, y causó sensación rápidamente. Colombia no clasificó en Japón a este deporte, pero a París 2024 llegó con el cupo de Villegas, una de las cartas inesperadas de la delegación nacional para brillar en la capital francesa.

La vallecaucana llegaba con el objetivo de marcar uno de los mejores nueve tiempos para clasificar a la final. Sin embargo, le revelaría después a este diario en la zona mixta que la presión de lograr su sueño, el de meterse en la pelea por entrar al podio, le jugó una mala pasada en su primer intento, en el que marcó 81,60, el cuarto peor registro de toda la grilla. Parecía casi eliminada, pero en su segunda rutina, confiada en lo que la llevó hasta allá, se vio mejor, logrando el cuarto mejor registro de la tanda (87,25) y promediando una cantidad total de 84,42, lo que le dio el lugar en la final con el sexto puesto en la clasificación general. ¡Historia!

Todavía montada en su bicicleta, después de que se confirmara su cupo a la final que será este miércoles, muy temprano, a las seis de la mañana en Colombia, llegó a la zona mixta casi sin aire, pero sonriente. El éxtasis del hito le quitó las palabras y atrás del parque, en el que antes daba saltos, el calor se sentía todavía más sofocante en la zona de prensa. El clima no fue un inconveniente: “¡Es un horno, claro! Pero aprendí a montar en Buga. No es tan caliente como esto, pero estoy acostumbrada”. No obstante, los nervios eran otra cosa.

Sobre sus inicios, el momento en el que descubrió el BMX Freestyle, su entrenador, Alejandro Caro, recuerda el día exacto. Era una niña, Pequeña, llegó junto a su hermana Luz Surley Villegas. Eran idénticas, eran gemelas. El profe, dedicado toda su vida al BMX Freestyle como competidor, empezaba a encaminarse hacia la enseñanza del deporte y había logrado una alianza con Red Bull para hacer una pista de la disciplina en Buga, en el Valle del Cauca. Lo hicieron, él y sus colaboradores, con sus manos, echando ellos el cemento y terminando las estructuras para que saltaran las bicicletas. Y justo cuando estaban en esa labor llegaron las hermanas Villegas, que vivían solo a un par de cuadras, a preguntar si podían ayudar a construir la pista.

Cuando se inauguró, sacarlas era imposible. “Entrenaban casi seis horas diarias y, rápido, nos dimos cuenta de que estábamos viendo a dos talentos muy brillantes. Desde entonces, con las dos, hemos tenido un proceso larguísimo y fructífero que nos trajo hasta los Olímpicos. Luz Surley debería estar acá, compitiendo junto a su hermana. Sin embargo, las lesiones frustraron ese sueño. Lo que hicimos hoy fue histórico, pero esperamos que las dos lleguen a Los Ángeles”.

Competir sin ella, para Queen Saray, hace que la alegría sea incompleta. “Estoy feliz de traer hasta acá el BMX Freestyle de Colombia. Esto lo hago por toda la gente que no está acá, como mi hermana, que por las lesiones no pudo tener la preparación que necesitaba, y yo tampoco pude darle el cupo. Esto lo hago por ella”.

Según Caro, el entrenador, la única razón por la que Luz Surley no llegó hasta París 2024 fueron las lesiones. Su cuerpo no estaba preparado para el entrenamiento que exigía una competencia como los Juegos Olímpicos, pues los métodos y las herramientas de entrenamiento que tienen a disposición, más allá de la financiación que agradecen de la Federación de Ciclismo y el Ministerio del Deporte, no les alcanza para tener a los atletas en el máximo de su rendimiento. “Con Queen Saray, por ejemplo, llevamos una preparación muy intensa en los últimos meses. Acá en París 2024, para que se entienda, se compite con rampas amortiguadas, que en Colombia no las tenemos. Desde que estamos preparando los Olímpicos, concentrados en el exterior, pudimos empezar a entrenar con otro tipo de elementos. Hoy se ven los resultados”, explicó el estratega detrás de la hazaña.

“Lograr esta victoria con Queen Saray en los Olímpicos es muy importante. Competimos contra las mejores del mundo, el nivel es altísimo e igualado. De hecho, dos de las últimas medallistas, incluida la campeona, se quedaron por fuera de la final. China, que le ha metido muchísima plata a su preparación, hoy hizo un rendimiento increíble. ¿Qué decir de Estados Unidos? Colombia, con las herramientas que tenemos y el trabajo descomunal de muchas personas, quedó ahí, sexta, gracias a Queen Saray Villegas. Ahora pelearemos por la medalla. Este es un paso muy importante para nuestro deporte, para que nos conozcan”, explica el entrenador.

Minutos antes de salir a escena, Queen Saray Villegas llamó a su hermana. Tienen un ritual, hablar siempre antes de la competencia. También lo hacen después y, entonces, la finalista llamó a su gemela después de pasar la primera ronda. Al recordarlo se emocionó. Pensaba, confesó, en que ahí deberían estar juntas. Que lo más bonito de los sueños era compartirlos con la gente que se quiere. Y que ayer en la noche, antes de la gran cita de este miércoles, seguro llamaría a su hermana, para que le deseara suerte y le dijera que “fuera por esa medalla”.

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