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Mauricio Valencia ya tiene dos oros paralímpicos. El primero lo ganó en Río 2016 y el segundo lo consiguió este sábado, en París 2024. Para muchos, al empezar en la disciplina del alto rendimiento, un logro de semejante tamaño sería inimaginable. Sin embargo, para el paratleta llanero subirse al podio nunca fue un sueño imposible, siempre fue una meta a alcanzar.
Aunque es oriundo de Villavicencio, se formó y creció en el corazón del Valle del Cauca. Empezó a entrenar tarde paratletismo, cuando recién superaba los 20 años, aunque toda su vida sintió admiración por el deporte. Valencia nació con una diplejía por hipoxia. Sus piernas no tuvieron suficiente oxígeno en la gestación y eso le produjo una parálisis bilateral, es decir, una parálisis que no le permite mover sus extremidades inferiores.
Fue el profesor Freiman Arias quien lo inició como paratleta, después de que lo descubrió una tarde en el gimnasio alzando pesas. Desde entonces el camino hacia la cima de Mauricio Valencia no ha parado.
Los colmillos de Mauricio Valencia
Mauricio Valencia siempre ha querido destacar por encima de los demás. Por esa razón, cuenta, se operó sus colmillos. Quería sobresalir y ser único en el mundo paralímpico. En Río 2016, con su primer oro, su dentadura no se distinguía de las demás. Sin embargo, ahora, con el segundo, es diferente al resto.
“No quería tener la misma sonrisa que el resto del mundo. Siempre he dicho que el deporte paralímpico tiene que ser un espectáculo. Eso significa estar fuera del estereotipo de estar sentado en una silla de ruedas. Es una cuestión de actitud, que tengo tanto en la vida como mientras compito”, dijo en una entrevista a la web de los Juegos Paranacionales hace unos años.
Mauricio Valencia le dio esta madrugada a Colombia su sexto oro en los Juegos Paralímpicos. La cuenta ya va en 23 medallas. 🔗👇 https://t.co/esoBkX78Ag
— El Espectador (@elespectador) September 7, 2024
Las medallas paralímpicas de Mauricio Valencia
Su primera gran cumbre la logró en Río 2016, cuando se convirtió en campeón paralímpico de su categoría, la F34, en el lanzamiento de jabalina. Esa medalla de oro era la más brillante de su palmarés, además, por supuesto, de sus títulos mundiales, panamericanos, sudamericanos y nacionales.
“Hay gente que me dice que me volví creído. Pero, no es chicanear por chicanear, es estar seguro del entrenamiento que vos realizás y de las cosas que podés alcanzar. Yo quiero inspirar a otros atletas y mostrarles que hay algo más allá que solo ganar”, le dijo a El Espectador en una entrevista hace unos años, después de su título paralímpico en Río de Janeiro, donde también fue medallista de bronce en el lanzamiento de peso.
En Tokio 2020, las justas no fueron como él pensaba. Si bien consiguió una plata en la jabalina, Valencia había llegado con ínfulas de campeón, quería conseguir su segundo oro para hacer sentir orgulloso a su hijo, su mayor inspiración. “Quiero que mi hijo Ángel Máximo Mauricio, mi mayor inspiración, se siga sintiendo orgulloso de su papá, ‘el atleta’, y que presente mi palmarés con tanta emoción como lo hace ahora. Eso es lo que yo busco, porque él es la única persona que me interesa enorgullecer”, reveló en esa misma entrevista.
La gloria la volvió a alcanzar hasta París 2024, este sábado cuando sumó su segundo oro paralímpico. El histórico paratleta colombiano consiguió imponerse este sábado en el lanzamiento de peso F34, con una marca de 11.71 metros, lo que le permitió colgarse la medalla de oro, pues terminó por encima de los 11.70 metros que marcó el marroquí Azeddine Nouiri (plata) y los 11.66 del jordano Ahmad Hindi (bronce).
Ya son cinco medallas paralímpicas para Valencia, pues en París 2024 ya había conseguido también la plata en el lanzamiento de jabalina. La leyenda del campeón paralímpico de los colmillos afilados sigue creciendo, así como la de los colombianos en las justas, la más gloriosas en la historia de Colombia.
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