Rafael Nadal y lo difícil que es decirle adiós a tu lugar en el mundo
El último baile de la leyenda del tenis será en la fase final de la Copa Davis, que arranca el 19 de noviembre en Málaga, España.
Daniel Bello
No se puede negar que Rafael Nadal hizo todo por volver a gozar del tenis al más alto nivel tal como lo hizo por más de 20 años. “Quiero disfrutar de cada momento”, comentó a lo largo del año en ruedas de prensa. Le ofrecieron homenajes, pero él los rechazó. Parecía que para él lo único especial era volver a su mejor versión. Por desgracia, para él y los amantes de este deporte, no fue posible.
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No se puede negar que Rafael Nadal hizo todo por volver a gozar del tenis al más alto nivel tal como lo hizo por más de 20 años. “Quiero disfrutar de cada momento”, comentó a lo largo del año en ruedas de prensa. Le ofrecieron homenajes, pero él los rechazó. Parecía que para él lo único especial era volver a su mejor versión. Por desgracia, para él y los amantes de este deporte, no fue posible.
En los últimos años Nadal no paró de buscar su mejor versión aunque entendía que su cuerpo no le permitía alcanzar los puntos altos que registró en el pasado. Aun así, a sus 38 años dio todo de sí para reencontrarse consigo mismo, pero las lesiones no lo dejaron. No tuvo la continuidad deseada y el inevitable adiós llegó.
Todos buscamos nuestro lugar en el mundo y Rafa lo encontró a los tres años de edad, cuando fue a jugar con su tío Toni, quien sería su entrenador durante la mayor parte de su carrera. Entre las cosas más difíciles que hay está decirle adiós a lo que sabes que te hace más feliz.
Tras 94 títulos, 22 consagraciones en los Grand Slams, cuatro en la Copa Davis, un oro olímpico y más de 200 semanas como el número uno del mundo en el escalafón de la ATP, Nadal anunció este jueves su retiro como profesional.
En Roland Garros, donde más brilló, y en otros escenarios, Nadal insistió en ser tratado como uno más. Su presencia en los torneos que disputó, con el aliciente de que podía ser la última vez que los amantes del deporte blanco pudieran disfrutar de su talento, marcaron la temporada.
Este 2024 disputó siete torneos, registró 12 victorias y siete derrotas. El año arrancó para él en Australia, cuando encaró el ATP250 de Brisbane. Venía de superar una lesión delicada que lo hizo perderse buena parte de las competencias del año pasado y comenzó con el pie derecho su paso por Oceanía. En las dos primeras rondas avanzó sin muchos inconvenientes, pero en los cuartos de final cayó ante Jordan Thompson.
El español se vio afectado por problemas físicos a lo largo del cotejo. Lejos de resolverse el problema, este lo obligó a perderse el Abierto de Australia, que arrancaba la semana siguiente. “La realidad es que han sido unos años difíciles, especialmente estos dos últimos. No he sido capaz de jugar sin limitaciones”, aseguró.
A lo largo del año Rafa lo intentó como pudo, pero su cuerpo no respondió de la manera que él demandaba. Las lesiones fueron un peso con el que tuvo que cargar en el tramo final de su carrera. Por una molestia en la zona abdominal estuvo ausente de las canchas entre febrero y abril.
“Sabemos lo que hay y los problemas que hemos tenido. No me apetece decir tengo un problema aquí o un problema allá. Me canso diciendo mis penurias. ¿Si tengo miedo? Lo peor que puede pasar es que no pueda jugar otra vez. ¿Si sé que puede volver a pasar? Sí”, reconoció por esos días.
Cuando regresó disputó tres torneos sobre su superficie favorita, la arcilla o tierra batida, para preparar su participación en Roland Garros, el Grand Slam que supo ganar 14 veces. En los torneos de Madrid, Roma y Barcelona trató de encontrar su mejor forma y reencontrarse con el cariño de su público, pues dos de esos destinos eran en su país.
En la primera ronda de Roland Garros, a Nadal le tocó contra Alexander Zverev, número cuatro del mundo. Pese a que dio pelea en algunos apartes del partido, el alemán se llevó la victoria en tres sets. La gente no quería que se fuera y quería hacer de su posible última vez en la cancha Philippe Chatrier, algo más especial, pero Rafa insistió en que no quería homenajes.
De nuevo los dolores lo volvieron a molestar. Así como se perdió el Abierto de Australia, también le tocó decirle que no a Wimbledon, por lo que el último Grand Slam de su carrera fue el que se celebra en París, ciudad a la que regresaría para encarar los Juegos Olímpicos, tanto en la modalidad de dobles como en la de sencillos.
El español encaró el ATP 250 de Bastad, en Suecia, para ponerse a punto para las justas. Como doblista compartió con Casper Ruud. El español se bajó antes de disputar las semifinales junto al noruego y así centrarse en los singles, modalidad en la que clasificó a la final. En esa instancia enfrentó al portugués Nuno Borges, que se llevó el título.
Con el impulso de haber tenido una buena semana en suelo sueco, Nadal regresó a la cancha Philippe Chatrier para encarar los Juegos Olímpicos de París 2024. Fue compañero de Carlos Alcaraz en la modalidad de dobles y juntos alcanzaron los cuartos de final. En la modalidad de sencillos, Rafa se las vio con uno de sus más grandes rivales: el serbio Novak Djokovic.
Tras despachar al húngaro Marton Fucsovics en la primera ronda de las justas parisinas, al español le tocó medirse con Nole. No era normal para ambos enfrentarse tan temprano en un torneo, pero era el resultado del rendimiento irregular de Rafa en los últimos meses, que participó en este torneo por ranquin protegido —excepción que aplica a tenistas que han sufrido lesiones largas—. El duelo tuvo el atractivo de ser el último baile entre ambos.
Djokovic se llevó la victoria en dos sets por 6-1 y 6-4. “Ninguna rivalidad en el tenis tiene 60 partidos. Duelos épicos, las finales de Grand Slam más largas de la historia... le deseo todo lo mejor”, comentó el serbio tras el partido, en referencia a la grandeza de su rival. Entre los dos suman 46 títulos de Grand Slam.
Djokovic y Nadal hicieron parte del Big Three junto a Roger Federer, que en 2022 se convirtió en el primero de ellos en colgar la raqueta. Al igual que ocurrió con Rafa, el suizo quería seguir, pero fue su cuerpo el que le dijo que ya era tiempo de decir adiós.
Cuando Federer se retiró, en la Laver Cup de hace dos años, lo hizo jugando un partido de dobles junto a Nadal, quien no solo fue su rival, sino también uno de sus mejores amigos. La imagen de ambos llorando juntos en el asiento del equipo de Europa le dio la vuelta al mundo y se convirtió en uno de los momentos más emotivos en la historia de este deporte.
Nadal ya le puso fecha a su retiro. Su adiós será tras la Copa Davis de este año, la cual tiene lugar en Málaga, en su país. Rodeado de su gente, Rafa saldrá una vez más para disfrutar de la disciplina que lo convirtió en una leyenda.
“Todo en la vida tiene un principio y un final y creo que es el momento adecuado para poner punto y final a una carrera larga y mucho más exitosa de lo que jamás hubiera podido imaginar”, reconoció Nadal, rey indiscutible de la tierra batida, a quien muchos consideran como el mejor tenista de la historia.
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