Renacer entre las ruinas: los Olímpicos de la posguerra
Quinta entrega de la serie “Relatos de la historia olímpica”. Terminada la Segunda Guerra Mundial, las justas fueron un símbolo de resiliencia y esperanza que demostró que el espíritu humano podía superar las adversidades y las heridas del conflicto.
Kevin Stiven Ramírez Quintero
Los Juegos Olímpicos no se habían celebrado ni en 1940 ni en 1944 debido a la Segunda Guerra Mundial, que tuvo un impacto devastador en todos los aspectos de la vida, incluyendo el deporte.
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Los Juegos Olímpicos no se habían celebrado ni en 1940 ni en 1944 debido a la Segunda Guerra Mundial, que tuvo un impacto devastador en todos los aspectos de la vida, incluyendo el deporte.
Los cinco anillos, que durante años fueron símbolo de paz y fraternidad entre las naciones, dejaron de brillar durante doce años. El dolor, la zozobra y la escasez reinaba, pero una vez finalizó la guerra, el espíritu olímpico renació entre las ruinas.
Londres, que ya había acogido las justas en 1908, fue llamada para celebrar una edición de los Juegos Olímpicos que marcó la historia, pues la humanidad tuvo la oportunidad de limpiarse las heridas y demostrar que puede seguir adelante.
Los ‘Juegos de la Austeridad’
No fue sencillo. De hecho, a Londres 1948 se le conoce popularmente como los “Juegos de la Austeridad”, pues la capital inglesa estaba inmersa en una dura economía de la posguerra.
Apenas se estaba reconstruyendo la ciudad tras los bombardeos alemanes. Hubo problemas de alojamiento por los edificios demolidos, la gasolina escaseaba y ni hablar sobre los alimentos, pues eran insuficientes, sobre todo las carnes y los lácteos.
Incluso, parte de la población londinense no contaba con los bienes básicos para sobrevivir, por lo que algunos ciudadanos se opusieron a la organización del evento.
Hubo un gran descontento, pero estas justas funcionaron como una buena oportunidad para acelerar la recuperación de la ciudad, que no hizo grandes inversiones en infraestructura. Se adaptaron lugares como el estadio de Wembley, que contó con una pista de ceniza para las pruebas de atletismo, y el río Támesis, que acogió las pruebas de remo y piragüismo.
La Empire Pool fue la primera piscina cubierta en la historia olímpica. Ubicada cerca de Wembley, podía albergar 8.000 espectadores. Como su largo excedía los 50 metros reglamentarios para una piscina olímpica, se construyó una plataforma de madera para acortarla y para albergar a los jueces y oficiales.
Además, no hubo villa olímpica, pues los deportistas durmieron en cuarteles que habían sido usados por militares y, ante la escasez de alimento, algunas delegaciones optaron por llevar sus propias provisiones. Otros países hicieron donaciones de alimentos.
Hitos de Londres 1948
Ya que hablamos de deportistas y delegaciones, Londres 1948 no contó ni con alemanes, ni con japoneses debido a prohibiciones de la posguerra por ser parte de las Fuerzas del Eje. Los soviéticos no pudieron asistir, pues no se habían recuperado de los daños del conflicto.
Por otro lado, países como Birmania, Ceilán, Líbano, Puerto Rico, Siria y Venezuela estuvieron representados por primera vez.
Pese a que muchos deportistas ya no estaban en su mejor nivel por los doce años de ausencia de las competiciones e incluso varios murieron en la guerra, se destacaron atletas como el finlandés Veikko Huhtanen, quien consiguió tres oros, una plata y un bronce en la gimnasia artística; la neerlandesa Fanny Blankers-Koen, quien logró cuatro medallas de oro en atletismo a los treinta años, siendo madre de dos hijos y con tres meses de embarazo.
También se destacaron los estadounidenses Alice Coachman, la primera mujer afroamericana en ganar una medalla de oro en salto de altura y Bob Mathias, de 17 años, quien ganó el decatlón solo cuatro meses después de comenzar a practicar la prueba y se convierte en el atleta más joven en ganar una medalla de oro en atletismo.
Solo dos atletas, la esgrimista húngara Ilona Elek y el palista checo Jan Brzak, lograron revalidar sus títulos de 1936.
En total, más de 4.000 deportistas de 59 delegaciones participaron en 136 pruebas de 17 deportes. En el medallero general, Estados Unidos obtuvo más medallas con 84, seguido por Suecia con 44 y Francia con 29 preseas.
Un dato importante por mencionar es que fueron las primeras justas en ser transmitidos por televisión, aunque muy pocas personas en Gran Bretaña tenían aparatos televisivos.
Colombia en Londres 1948
Según el Comité Olímpico Colombiano, los deportistas nacionales en esa edición fueron Jaime Aparicio, en los 400 metros con vallas, y Mario Rosas, en la misma prueba y en los planos. Los nadadores Luis Child y Luis Eduardo Tiburón González. Los esgrimistas Alfonso Ahumada, Miguel Valderrama y Emiliano Camargo. Los luchadores Ricardo Caballero, en 56 kilos; Miguel Ortiz, en 61, y Hernando Corredor, en 66, (como reemplazo). Y Los tiradores, los capitanes González y Enrique Muñoz.
El esgrimista Emiliano Camargo llegó a semifinales, pues una herida en su brazo derecho le impidió presentarse al siguiente combate.
Tiburón González, por su parte, fue el abanderado nacional al avanzar en los 1.500 metros hasta semifinales, ronda en la que fue séptimo en la segunda serie, que ganó Jimmy McLane, de Estados Unidos, después medallista dorado. Entre tanto, en los 400 metros libres fue eliminado, al quedar cuarto en la serie inicial, mientras que Child concluyó quinto, en la apertura, y quedó por fuera de la competencia.
Helsinki 1952
Cuatro años después de Londres, en un espíritu de humanismo y paz, Finlandia deseó invitar a tantos países como fuera posible. Estos juegos contaron con 4.955 atletas en representación de 69 países, entre los que regresaron Japón y Alemania, pero la Unión Soviética fue la que se llevó los reflectores con su primera participación olímpica.
Colombia no estuvo presente, debido a que por las divisiones que se vivían en el país, el entonces presidente del Comité Olímpico Colombiano no logró conseguir los recursos para el viaje de la delegación.
Pese a esto, fue uno mítica edición, pues en ese año arrancó la Guerra Fría. El mundo se dividió en dos bloques: el occidental, liderado por Estados Unidos y sus aliados, y el oriental, con la Unión Soviética a la cabeza.
Como ambos bloques querían demostrar su superioridad en todos los campos posibles, se vivieron grandes batallas deportivas. Aunque fue un desafío en la convivencia en las villas olímpicas, pues la URSS decidió quedarse en una villa separada para evitar problemas con los estadounidenses.
Se destacaron deportistas como los soviéticos Viktor Ivanovich Chukarin, con cuatro medallas de oro y dos de plata, y Mariya Gorokhovskaya, con dos oros y cinco de plata, en gimnasia artística. Los estadounidenses Ford Hiroshi Konno, que logró dos oros y una plata en Natación, y Lindy Remigino, con dos preseas doradas en atletismo. El checo Emil Zatopek logró tres medallas de oro en atletismo.
Estados Unidos se quedó con el primer puesto del medallero general con un total de 76 preseas. Cinco más que la URSS, que consiguió 71 y quedó en segundo lugar. Hungría, con 42 preseas, cerró el podio.
El legado
Tanto Londres 1948 y Helsinki 1952 representaron mucho más que una competencia deportiva. Fueron un símbolo de resiliencia y esperanza, demostrando que el espíritu humano podía superar la adversidad.
Juegos Olímpicos sirvieron como una plataforma para que el mundo comenzara a sanar y a reconstruir las relaciones internacionales a través del deporte.
Además, sentó las bases para la expansión del movimiento olímpico en la posguerra y se consolidó como un evento global que promueve la paz y la unidad. ¡Un bálsamo para las heridas!
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