¡Rompieron hasta el acecho del robo de señales!
Los Nacionales de Washington batearon menos, pero hicieron más. En el mano a mano con los Astros de Houston en la Serie Mundial, dejaron una impresionante estela de grandeza y una hazaña jamás vista.
ANTONIO ANDRAUS BURGOS
Mike Fiers soltó una verdadera “bomba” de tiempo cuando nadie lo esperaba. O por lo menos, cuando todo el mundo desconocía la situación.
El derecho lanzador Fiers, a sus 34 años, que este año trabajó con los Atléticos de Oakland, con 15 ganados y 4 perdidos, y 3.90 carreras limpias por juego, asombró al mundo beisbolero al confesar que su antiguo club, los Astros de Houston, con cuya divisa laboró en dos y media temporadas, “se roba la señales de los lanzamientos”, gracias a la tecnología.
La investigación está en marcha, y de confirmarse la versión, las sanciones no tardarán. Ténganlo por seguro. Lo preocupante de todo, es que, posiblemente, estén involucrados en el caso, hombres de valía para el béisbol de las Grandes Ligas.
La malicia del “viejo” béisbol, si es que así podemos llamarlo, era tener un par de asistentes técnicos que “vigilarán” desde el banco de juego, las señas que ofensivamente indicaban los estrategas, especialmente los de la tercera base, para saber si estaba el pelotero en “vía libre” para desplegar su ofensiva frente al lanzador de turno; o si, se estaba autorizando un robo de base; o si, el toque de bola podría ser la estrategia ofensiva por las condiciones del juego; o si, el bateo y corrido estaba autorizado; o si, había que “exprimir’’ al lanzador para buscar la base por bolas. Y otras tantas jugadas que hacen parte del juego.
Pero jamás llegamos a pensar nosotros, con más de 50 años de estar en la cobertura de juegos de béisbol en todos los niveles, que la tecnología se usara como “trampa”, si es que, como ya hemos señalado, ciertamente los Astros han usado sistemas nada recomendables para el juego.
Lo que se dice
Por estar empezando la investigación, hay pocos detalles al respecto. Pero lo que se afirma, o más bien, lo que se dice, o por lo menos, lo que sostiene Fiers, es que los Astros vienen utilizando la tecnología “para robarse” las señas que entrega el receptor al lanzador, y “darle aviso” al bateador que está en turno, la clase de envío que va a hacer el serpentinero, lo que, obviamente, le hace más fácil su tarea ofensiva.
Todo parece indicar que el sistema lo utilizaron durante la Serie Mundial de 2017, y en toda esa postemporada; y que aparentemente, lo volvieron a usar en el Clásico de Otoño del presente año, y desde luego, en toda la postemporada.
¿Y cómo lo hacen? Tal como lo explican, parece ser fácil, y al mismo tiempo, cierto.
Colocan una cámara especial de alta gama en el “Minute Maid Park” de Houston, para “detectar” las señas que le envía el receptor al lanzador de la novena rival, para la oferta que debe efectuar ante el bateador de turno que se conoce a través de un monitor que está instalado en el banco de juego de los Astros. Y a través de una campana medio sonora pero que es lo suficiente audible para que el bateador reciba la señal, la hacen sonar con diferentes número de golpes para informarle si es curva, recta, cambio de velocidad, en fin, y de esa manera sabe qué clase de lanzamiento le hará el serpentinero.
Ya andan por las redes sociales el aparente “cuerpo del delito”, con muestras fehacientes de lo que los Astros desarrollan en su campo de juego en una clara “trampa” para sus rivales de turno.
De comprobarse los hechos, a través de la investigación que adelanta Major League Baseball (MLB), no nos cabe la menor duda que vendrán sanciones económicas de cuantías considerables y de pronto, hasta suspensiones de por vida dentro del béisbol, para los protagonistas de los hechos comprobados.
Pero no funcionó
Sin embargo, eso pudo funcionar muy bien en la Serie Mundial de 2017 entre los Astros y los Dodgers de Los Ángeles, y desde luego, en toda la postemporada de ese año; y lo más probable es que en la postemporada de este año, también haya sido utilizada con buenos resultados para la novena de Houston; pero frente a los Nacionales de Washington, ante la evidencia de los resultados arrojados en el Clásico de Otoño, podemos decir que, aun cuando la “trampa” para robarse las señales que le hacían los receptores a los lanzadores del campeón de la Liga Nacional, no funcionó, porque tal parece que el estratega boricua, Dave Martínez, impartió instrucciones precisas en momentos difíciles para que el receptor de su equipo subiera a la lomita a entregarle la señal de por los menos, los dos siguientes lanzamientos frente al bateador de turno.
Quizás lo hizo advertido como estaba él, Dave, y casi todo el mundo, que algo extraño estaba ocurriendo con los bateadores de los Astros que en lo momentos cruciales, devolvían con facilidad las ofertas de los lanzadores de los Nacionales.
¿No se acuerdan cuántas veces no fue el receptor brasileño Yan Gomes a hablar con el serpentinero de turno de su novena para acordar por lo menos los dos siguientes envíos? Si tienen guardadas las transmisiones de los partidos que observaron por la TV, revísenlos por favor.
De la historia
Como recordarán todos ustedes, amables lectores, los Nacionales conquistan el título de la Serie Mundial ganando como visitantes los cuatro desafíos que se jugaron en Houston, algo que nunca antes había ocurrido en la Cita de Otoño.
En 1924, eran los Senadores de Washington los dueños de la franquicia en la capital de los Estados Unidos, ganando el Clásico de Octubre con 4 victorias y 3 derrotas frente a los Gigantes de Nueva York, en una final reñida de principio a fin, como lo cuenta la historia.
Los Senadores eran dirigidos por Bucky Harris, quien además jugaba como defensor de la segunda base, contando apenas con 27 años. Pero tenía en su nómina a peloteros tan valiosos como el veterano lanzador derecho Walter Johnson, el hombre de la “recta de humo”; Tom Zachery, Curly Ogden, George Mogridge, Firpo Mayberry, Sam Rice, Goose Goslin, Joe Cronin, Manush Heinie y Earl McNeely, entre otros.
Los partidos uno, dos, seis y siete, se desarrollaron en Washington, y los juegos tres, cuatro y cinco, en Nueva York.
En el primer choque, triunfaron los Gigantes 4-3 en 12 sensacionales capítulos; en el segundo, ganaron los Senadores 4-3; en el tercero, la victoria le correspondió a los Gigantes 6-4; en el cuarto, ganan los Senadores 7-4; en el quinto, los Gigantes se alzan con el triunfo 6-2; los Senadores se imponen en el sexto, 2-1; y conquistan la Serie Mundial con el triunfo 4-3 en 12 candentes episodios, en el séptimo y último juego, que conquistan en la capital de los Estados Unidos.
En 1925 vuelven a la Serie Mundial, pero los Senadores caen frente a los Piratas de Pittsburgh en otra Cita de Otoño de sensación, con 4 victorias para los “Filibusteros# y 3 para los Senadores.
En 1933, se juega la que sería el último Clásico de Octubre en Washington, cuando pierden frente a los Gigantes de Nueva York, que toman desquite de aquella derrota de 1924, al superarlos en 4 de los 5 partidos jugados.
Los Senadores desaparecen con su emblema beisbolera en 1960, y en 1961, surgen los Mellizos de Minnesota, la franquicia que los reemplaza en la Liga Americana, que están activos hasta nuestros días, sumando 58 años en la Gran Carpa.
Contra todo y todos
Los Nacionales llegaron a la postemporada de este año, por la vía del “Comodín” derrotando, en el juego de “vida o muerte” a los favoritos, Cerveceros de Milwaukee.
Luego superan a los catapultados y mimados para ganar el título de la Liga Nacional, los encopetados Dodgers de Los Ángeles, y más adelante se las ingenian para derrotar a los preferidos Cardenales de San Luis en la gran final por la corona del Viejo Circuito, arrinconándolos en apenas 4 juegos, ganándolos todos.
Y después, en la Serie Mundial frente a los Astros, también con todos los pronósticos a su favor para conquistar la corona del béisbol de las Grandes Ligas, los Nacionales los derrotaron, con la “cámara oculta” para la “trampa” incluida en el estadio de Houston; el mejor bateo de los campeones de la Liga Americana; venciendo a los dos mejores lanzadores de la temporada del circuito, nada más y nada menos que a Justin Verlander, ganador este año del codiciado trofeo Cy Young; y a Gerrit Cole; con 10 ponches más anotados en su contra, y en fin, contra todos los pronósticos y contra toda opción para triunfar en casa de los Astros en Houston: los derrotaron en los 4 desafíos en el ‘'Minute Maid Park’’ en plan de visitantes, algo nunca antes registrado en las Series Mundiales del béisbol de las Grandes Ligas.
En lo individual
El formidable pelotero novato zurdo cubano de los Astros, Yordan Álvarez, fue el mejor bateador de la Serie Mundial, con 9 imparables en 17 turnos, para 412 de promedio, con un cuadrangular, 2 impulsadas y 2 anotadas.
Y el también zurdo pero dominicano, Juan Soto, fue el más productivo para los Nacionales, con 9 indiscutibles en 27 turnos, para 333 a la ofensiva, con 3 jonrones, 7 carreras remolcadas y 6 anotadas.
En esa misma ruta, los Nacionales contaron con Adam Eaton, con 8 inatrapables en 25 turnos, para 320, con 2 cuadrangulares, 6 impulsadas y 5 anotadas; el venezolano Asdrubal Cabrera, con 286 al bate, 3 remolcadas y 1 anotada; Howie Kendrick, con 280 a la ofensiva, 1 cuadrangular, 3 empujadas y 2 anotadas; Anthony Rendon, con 276 con el bate, con 2 tablazos de circuito completo, 8 carreras remolcadas y 3 anotadas; y Ryan Zimmerman, con bateo de 208, con 1 jonrón, 2 impulsadas y 2 anotadas.
Detrás de Yordan, en los Astros aparecen Michael Brantley, con 321 al bate, 2 impulsadas y 3 anotadas; el cubano Yuli Gurriel, con 1 cuadrangular, 5 remolcadas y 3 anotadas; el venezolano José Altuve, con 303 a la ofensiva, 1 empujada y 3 anotadas; George Springer, con 296 al bate, 2 jonrones, 4 impulsadas y 6 anotadas; el boricua, Carlos Correa, con 222 a la ofensiva, 1 cuadrangular, 3 impulsadas y 3 anotadas; y Alex Bregman, con 207 al bate, 3 “bambinazos”, 8 carreras remolcadas y 3 anotadas.
Y en lo colectivo
Si nos preguntan ahora, qué equipo se veía, sobre el papel, con mejor opción para ganar la Serie Mundial, lo repetiríamos: los Astros. Tuvimos alguna duda cuando observamos que A.J. Hinch, el piloto de la novena, no había incluido en el registro de peloteros a ningún lanzador zurdo para el clásico. Pero bueno, los Astros se mostraban como un club más sólido, más homogéneo, con más experiencia.
Sin embargo, los Nacionales nos dieron, una vez más, la lección deportiva que, como decía el inolvidable Yogi Berra, “el juego se acaba cuando se acaba…”
La Serie Mundial se terminó con el último out del séptimo juego que se desarrolló en el “Minute Maid Park” en Houston, con la victoria 6 carreras por 2 de los Nacionales sobre los Astros.
Los numeritos finales del Clásico de Octubre evidencian, sin discusión alguna, lo cerrado que resultó la contienda final por la corona del béisbol de las Grandes Ligas y superando la “trampa”, si es que la hubo, con la “cámara oculta” en el estadio de Houston, los Nacionales se batieron a brazo partido en los siete juegos de la Cita de Otoño.
Los Astros batearon para 272, con 68 indiscutibles en 250 turnos; 11 tablazos de circuito completo; 30 carreras impulsadas y 30 anotadas, y 51 ponches recibidos.
Los Nacionales obtuvieron menor promedio ofensivo, con 241 con el bate, con 58 inatrapables en 241 turnos; 11 “bambinazos”, 32 carreras remolcadas de 33 anotadas, y 61 bateadores abanicando la brisa.
En las estadísticas de los lanzadores, quedaron mano a mano: los Astros con 3 triunfos y 4 derrotas, tuvieron un guarismo de 4.29 carreras limpias por juego, en la tarea de los 63 episodios trabajados; los Nacionales con 4 victorias y 3 reveses, compilaron 4.29 de efectividad, también en los 63 capítulos laborados.
La estela de grandeza de los Nacionales sobresaldrá más de llegarse a comprobar que la “cámara oculta” fue utilizada por los Astros contra sus rivales, en los 4 encuentros jugados en Houston.
Y para cerrar, un Twitter de un distinguido colega de Nueva York, quien nos pregunta:
“¿Será que el jonrón de José Altuve frente a la oferta del cerrador zurdo de los Yanquis, Aroldis Chapman, para las dos carreras en el cierre del noveno en el séptimo y último juego de la Serie por el título de la Liga Americana, también fue ayudado por la “cámara oculta”?
Es posible, pero es mejor esperar que culmine la investigación por la “trampa” de la “cámara oculta” en el “Minute Maid Park” de Houston.
Por ahora, los Nacionales son los sensacionales campeones de la Serie Mundial, contra todos los pronósticos, contra la “cámara oculta”, contra el mejor bateo de los Astros, y contra la historia: ganar los cuatro partidos de la contienda de la Cita de Octubre en plan de visitante. Y también, sin poderles ofrecer una sola victoria a sus seguidores en Washington.
¡Todo eso hace parte ya de la historia del béisbol de las Grandes Ligas!
Mike Fiers soltó una verdadera “bomba” de tiempo cuando nadie lo esperaba. O por lo menos, cuando todo el mundo desconocía la situación.
El derecho lanzador Fiers, a sus 34 años, que este año trabajó con los Atléticos de Oakland, con 15 ganados y 4 perdidos, y 3.90 carreras limpias por juego, asombró al mundo beisbolero al confesar que su antiguo club, los Astros de Houston, con cuya divisa laboró en dos y media temporadas, “se roba la señales de los lanzamientos”, gracias a la tecnología.
La investigación está en marcha, y de confirmarse la versión, las sanciones no tardarán. Ténganlo por seguro. Lo preocupante de todo, es que, posiblemente, estén involucrados en el caso, hombres de valía para el béisbol de las Grandes Ligas.
La malicia del “viejo” béisbol, si es que así podemos llamarlo, era tener un par de asistentes técnicos que “vigilarán” desde el banco de juego, las señas que ofensivamente indicaban los estrategas, especialmente los de la tercera base, para saber si estaba el pelotero en “vía libre” para desplegar su ofensiva frente al lanzador de turno; o si, se estaba autorizando un robo de base; o si, el toque de bola podría ser la estrategia ofensiva por las condiciones del juego; o si, el bateo y corrido estaba autorizado; o si, había que “exprimir’’ al lanzador para buscar la base por bolas. Y otras tantas jugadas que hacen parte del juego.
Pero jamás llegamos a pensar nosotros, con más de 50 años de estar en la cobertura de juegos de béisbol en todos los niveles, que la tecnología se usara como “trampa”, si es que, como ya hemos señalado, ciertamente los Astros han usado sistemas nada recomendables para el juego.
Lo que se dice
Por estar empezando la investigación, hay pocos detalles al respecto. Pero lo que se afirma, o más bien, lo que se dice, o por lo menos, lo que sostiene Fiers, es que los Astros vienen utilizando la tecnología “para robarse” las señas que entrega el receptor al lanzador, y “darle aviso” al bateador que está en turno, la clase de envío que va a hacer el serpentinero, lo que, obviamente, le hace más fácil su tarea ofensiva.
Todo parece indicar que el sistema lo utilizaron durante la Serie Mundial de 2017, y en toda esa postemporada; y que aparentemente, lo volvieron a usar en el Clásico de Otoño del presente año, y desde luego, en toda la postemporada.
¿Y cómo lo hacen? Tal como lo explican, parece ser fácil, y al mismo tiempo, cierto.
Colocan una cámara especial de alta gama en el “Minute Maid Park” de Houston, para “detectar” las señas que le envía el receptor al lanzador de la novena rival, para la oferta que debe efectuar ante el bateador de turno que se conoce a través de un monitor que está instalado en el banco de juego de los Astros. Y a través de una campana medio sonora pero que es lo suficiente audible para que el bateador reciba la señal, la hacen sonar con diferentes número de golpes para informarle si es curva, recta, cambio de velocidad, en fin, y de esa manera sabe qué clase de lanzamiento le hará el serpentinero.
Ya andan por las redes sociales el aparente “cuerpo del delito”, con muestras fehacientes de lo que los Astros desarrollan en su campo de juego en una clara “trampa” para sus rivales de turno.
De comprobarse los hechos, a través de la investigación que adelanta Major League Baseball (MLB), no nos cabe la menor duda que vendrán sanciones económicas de cuantías considerables y de pronto, hasta suspensiones de por vida dentro del béisbol, para los protagonistas de los hechos comprobados.
Pero no funcionó
Sin embargo, eso pudo funcionar muy bien en la Serie Mundial de 2017 entre los Astros y los Dodgers de Los Ángeles, y desde luego, en toda la postemporada de ese año; y lo más probable es que en la postemporada de este año, también haya sido utilizada con buenos resultados para la novena de Houston; pero frente a los Nacionales de Washington, ante la evidencia de los resultados arrojados en el Clásico de Otoño, podemos decir que, aun cuando la “trampa” para robarse las señales que le hacían los receptores a los lanzadores del campeón de la Liga Nacional, no funcionó, porque tal parece que el estratega boricua, Dave Martínez, impartió instrucciones precisas en momentos difíciles para que el receptor de su equipo subiera a la lomita a entregarle la señal de por los menos, los dos siguientes lanzamientos frente al bateador de turno.
Quizás lo hizo advertido como estaba él, Dave, y casi todo el mundo, que algo extraño estaba ocurriendo con los bateadores de los Astros que en lo momentos cruciales, devolvían con facilidad las ofertas de los lanzadores de los Nacionales.
¿No se acuerdan cuántas veces no fue el receptor brasileño Yan Gomes a hablar con el serpentinero de turno de su novena para acordar por lo menos los dos siguientes envíos? Si tienen guardadas las transmisiones de los partidos que observaron por la TV, revísenlos por favor.
De la historia
Como recordarán todos ustedes, amables lectores, los Nacionales conquistan el título de la Serie Mundial ganando como visitantes los cuatro desafíos que se jugaron en Houston, algo que nunca antes había ocurrido en la Cita de Otoño.
En 1924, eran los Senadores de Washington los dueños de la franquicia en la capital de los Estados Unidos, ganando el Clásico de Octubre con 4 victorias y 3 derrotas frente a los Gigantes de Nueva York, en una final reñida de principio a fin, como lo cuenta la historia.
Los Senadores eran dirigidos por Bucky Harris, quien además jugaba como defensor de la segunda base, contando apenas con 27 años. Pero tenía en su nómina a peloteros tan valiosos como el veterano lanzador derecho Walter Johnson, el hombre de la “recta de humo”; Tom Zachery, Curly Ogden, George Mogridge, Firpo Mayberry, Sam Rice, Goose Goslin, Joe Cronin, Manush Heinie y Earl McNeely, entre otros.
Los partidos uno, dos, seis y siete, se desarrollaron en Washington, y los juegos tres, cuatro y cinco, en Nueva York.
En el primer choque, triunfaron los Gigantes 4-3 en 12 sensacionales capítulos; en el segundo, ganaron los Senadores 4-3; en el tercero, la victoria le correspondió a los Gigantes 6-4; en el cuarto, ganan los Senadores 7-4; en el quinto, los Gigantes se alzan con el triunfo 6-2; los Senadores se imponen en el sexto, 2-1; y conquistan la Serie Mundial con el triunfo 4-3 en 12 candentes episodios, en el séptimo y último juego, que conquistan en la capital de los Estados Unidos.
En 1925 vuelven a la Serie Mundial, pero los Senadores caen frente a los Piratas de Pittsburgh en otra Cita de Otoño de sensación, con 4 victorias para los “Filibusteros# y 3 para los Senadores.
En 1933, se juega la que sería el último Clásico de Octubre en Washington, cuando pierden frente a los Gigantes de Nueva York, que toman desquite de aquella derrota de 1924, al superarlos en 4 de los 5 partidos jugados.
Los Senadores desaparecen con su emblema beisbolera en 1960, y en 1961, surgen los Mellizos de Minnesota, la franquicia que los reemplaza en la Liga Americana, que están activos hasta nuestros días, sumando 58 años en la Gran Carpa.
Contra todo y todos
Los Nacionales llegaron a la postemporada de este año, por la vía del “Comodín” derrotando, en el juego de “vida o muerte” a los favoritos, Cerveceros de Milwaukee.
Luego superan a los catapultados y mimados para ganar el título de la Liga Nacional, los encopetados Dodgers de Los Ángeles, y más adelante se las ingenian para derrotar a los preferidos Cardenales de San Luis en la gran final por la corona del Viejo Circuito, arrinconándolos en apenas 4 juegos, ganándolos todos.
Y después, en la Serie Mundial frente a los Astros, también con todos los pronósticos a su favor para conquistar la corona del béisbol de las Grandes Ligas, los Nacionales los derrotaron, con la “cámara oculta” para la “trampa” incluida en el estadio de Houston; el mejor bateo de los campeones de la Liga Americana; venciendo a los dos mejores lanzadores de la temporada del circuito, nada más y nada menos que a Justin Verlander, ganador este año del codiciado trofeo Cy Young; y a Gerrit Cole; con 10 ponches más anotados en su contra, y en fin, contra todos los pronósticos y contra toda opción para triunfar en casa de los Astros en Houston: los derrotaron en los 4 desafíos en el ‘'Minute Maid Park’’ en plan de visitantes, algo nunca antes registrado en las Series Mundiales del béisbol de las Grandes Ligas.
En lo individual
El formidable pelotero novato zurdo cubano de los Astros, Yordan Álvarez, fue el mejor bateador de la Serie Mundial, con 9 imparables en 17 turnos, para 412 de promedio, con un cuadrangular, 2 impulsadas y 2 anotadas.
Y el también zurdo pero dominicano, Juan Soto, fue el más productivo para los Nacionales, con 9 indiscutibles en 27 turnos, para 333 a la ofensiva, con 3 jonrones, 7 carreras remolcadas y 6 anotadas.
En esa misma ruta, los Nacionales contaron con Adam Eaton, con 8 inatrapables en 25 turnos, para 320, con 2 cuadrangulares, 6 impulsadas y 5 anotadas; el venezolano Asdrubal Cabrera, con 286 al bate, 3 remolcadas y 1 anotada; Howie Kendrick, con 280 a la ofensiva, 1 cuadrangular, 3 empujadas y 2 anotadas; Anthony Rendon, con 276 con el bate, con 2 tablazos de circuito completo, 8 carreras remolcadas y 3 anotadas; y Ryan Zimmerman, con bateo de 208, con 1 jonrón, 2 impulsadas y 2 anotadas.
Detrás de Yordan, en los Astros aparecen Michael Brantley, con 321 al bate, 2 impulsadas y 3 anotadas; el cubano Yuli Gurriel, con 1 cuadrangular, 5 remolcadas y 3 anotadas; el venezolano José Altuve, con 303 a la ofensiva, 1 empujada y 3 anotadas; George Springer, con 296 al bate, 2 jonrones, 4 impulsadas y 6 anotadas; el boricua, Carlos Correa, con 222 a la ofensiva, 1 cuadrangular, 3 impulsadas y 3 anotadas; y Alex Bregman, con 207 al bate, 3 “bambinazos”, 8 carreras remolcadas y 3 anotadas.
Y en lo colectivo
Si nos preguntan ahora, qué equipo se veía, sobre el papel, con mejor opción para ganar la Serie Mundial, lo repetiríamos: los Astros. Tuvimos alguna duda cuando observamos que A.J. Hinch, el piloto de la novena, no había incluido en el registro de peloteros a ningún lanzador zurdo para el clásico. Pero bueno, los Astros se mostraban como un club más sólido, más homogéneo, con más experiencia.
Sin embargo, los Nacionales nos dieron, una vez más, la lección deportiva que, como decía el inolvidable Yogi Berra, “el juego se acaba cuando se acaba…”
La Serie Mundial se terminó con el último out del séptimo juego que se desarrolló en el “Minute Maid Park” en Houston, con la victoria 6 carreras por 2 de los Nacionales sobre los Astros.
Los numeritos finales del Clásico de Octubre evidencian, sin discusión alguna, lo cerrado que resultó la contienda final por la corona del béisbol de las Grandes Ligas y superando la “trampa”, si es que la hubo, con la “cámara oculta” en el estadio de Houston, los Nacionales se batieron a brazo partido en los siete juegos de la Cita de Otoño.
Los Astros batearon para 272, con 68 indiscutibles en 250 turnos; 11 tablazos de circuito completo; 30 carreras impulsadas y 30 anotadas, y 51 ponches recibidos.
Los Nacionales obtuvieron menor promedio ofensivo, con 241 con el bate, con 58 inatrapables en 241 turnos; 11 “bambinazos”, 32 carreras remolcadas de 33 anotadas, y 61 bateadores abanicando la brisa.
En las estadísticas de los lanzadores, quedaron mano a mano: los Astros con 3 triunfos y 4 derrotas, tuvieron un guarismo de 4.29 carreras limpias por juego, en la tarea de los 63 episodios trabajados; los Nacionales con 4 victorias y 3 reveses, compilaron 4.29 de efectividad, también en los 63 capítulos laborados.
La estela de grandeza de los Nacionales sobresaldrá más de llegarse a comprobar que la “cámara oculta” fue utilizada por los Astros contra sus rivales, en los 4 encuentros jugados en Houston.
Y para cerrar, un Twitter de un distinguido colega de Nueva York, quien nos pregunta:
“¿Será que el jonrón de José Altuve frente a la oferta del cerrador zurdo de los Yanquis, Aroldis Chapman, para las dos carreras en el cierre del noveno en el séptimo y último juego de la Serie por el título de la Liga Americana, también fue ayudado por la “cámara oculta”?
Es posible, pero es mejor esperar que culmine la investigación por la “trampa” de la “cámara oculta” en el “Minute Maid Park” de Houston.
Por ahora, los Nacionales son los sensacionales campeones de la Serie Mundial, contra todos los pronósticos, contra la “cámara oculta”, contra el mejor bateo de los Astros, y contra la historia: ganar los cuatro partidos de la contienda de la Cita de Octubre en plan de visitante. Y también, sin poderles ofrecer una sola victoria a sus seguidores en Washington.
¡Todo eso hace parte ya de la historia del béisbol de las Grandes Ligas!