Se prepara el relevo en la selección de baloncesto

Los Juegos Bolivarianos de Valledupar encaran sus últimos seis días de competencia y, pasada la primera mitad de las justas, Colombia sigue como absoluta dominadora de la medallería, apoyada en buena parte por el gran rendimiento de los deportes en conjunto. En las últimas dos jornadas, la delegación nacional logró campeonatos en el fútbol femenino, el polo acuático y el voleibol masculino, además de preseas doradas en las competencias por equipos de bolos, karate, esgrima y gimnasia.

Los Juegos Bolivarianos de Valledupar encaran sus últimos seis días de competencia y, pasada la primera mitad de las justas, Colombia sigue como absoluta dominadora de la medallería, apoyada en buena parte por el gran rendimiento de los deportes en conjunto. En las últimas dos jornadas, la delegación nacional logró campeonatos en el fútbol femenino, el polo acuático y el voleibol masculino, además de preseas doradas en las competencias por equipos de bolos, karate, esgrima y gimnasia.

El baloncesto, protagonista del buen andar de los colombianos en Valledupar, aportó dos medallas doradas en la lucha por la punta de la clasificación. El martes, a primera hora, la selección femenina de la modalidad 3x3, que debutó en el panorama olímpico en Tokio 2020, venció en la final a Ecuador y se quedó con el campeonato. Más tarde, la selección masculina de basquetbol sub-19 también ocupó el primer lugar del podio tras vencer en la final a Panamá.

Mire: Este es el trazado por etapas del Tour de Francia 2022

Logros importantes para el deporte de la pelota naranja en el país, sobre todo si se tienen en cuenta las dificultades que hubo para preparar el torneo. “Aunque habíamos planificado una preparación de 20 días, solo pudimos hacer 10, con 14 entrenamientos y tres partidos de fogueo. Eso está lejos de ser el tiempo ideal para preparar un campeonato de estas dimensiones, pero tratamos de aprovechar la disposición y el compromiso de los jugadores, que llegaron a tiempo a la concentración en Barranquilla”, explicó a El Espectador Tomás Díaz, entrenador de la selección.

En principio, tanto el Ministerio del Deporte como la Federación de Baloncesto establecieron que la búsqueda de los jugadores para el torneo, además del seguimiento a los basquetbolistas en el extranjero, sería a través de cuatro campamentos para observar las cualidades técnicas y aptitudes físicas de los jugadores en diferentes regiones. Sin embargo, de cuatro solo lograron hacer dos, uno en Barranquilla y otro en Cali, y los jugadores internacionales no pudieron asistir a esa etapa de preparación. Dificultades que complicaron la participación de la selección en los Bolivarianos.

Según explicó Díaz, la imposibilidad de tener a los jugadores concentrados durante más tiempo fue la razón por la que en los primeros partidos el equipo no se encontró. Después de arrasar en el debut con Bolivia, el equipo más flojo de la competencia, Colombia perdió con Panamá y Venezuela en la primera fase y llegó a las finales con pocas esperanzas de medalla.

“Al ser un deporte de conjunto, los jugadores necesitan pasar tiempo juntos. La evolución del equipo empezó a verse en la medida en la que los muchachos compartieron más, corrigieron errores y mejoraron en la toma de decisiones. La química cambió en la segunda mitad del torneo y en la semifinal contra Venezuela el equipo hizo todo lo que se le pidió”.

Más: Orgullosos pero inconformes: la creciente escena del fútbol LGBT

La clave estuvo en la defensa. “Corregimos la pérdida excesiva de rebotes y fuimos más exhaustivos en la marca de las figuras de los rivales, a los que conocíamos poco antes de los primeros partidos”. El cuadro colombiano abrió la cancha a través de la transición rápida en ataque, el punto clave en el baloncesto que pregona Tomás Díaz, para aprovechar la habilidad de sus mejores fichas.

Algunos de ellos, del baloncesto local como Darwin Albeiro Blanco, figura de Piratas de Bogotá en los torneos juveniles, y otros provenientes del extranjero como Daniel Felipe Sánchez, que juega en Houston (Estados Unidos), Edwin Niebles, que con 17 años y 2,14 metros de altura ya está en España, o Kadir Eduardo Pomare, sanandresano que milita en Argentina.

“Estos muchachos se están abriendo camino para las selecciones mayores en corto tiempo. Hay futuro. Y no solo con los que jugaron en estos Bolivarianos, sino que también hay otros jugadores en Estados Unidos y México que no pudieron venir. La idea es poder concentrarlos a futuro. No como algo permanente, sino en microciclos de entrenamiento. Será clave esa preparación, llevarlos a torneos internacionales y foguearlos para darles más experiencia”.

Actualmente, Colombia, de la mano de una de sus generaciones más importantes, está buscando la clasificación al Mundial de 2023. Este jueves, la selección, comandada por Braian Angola, Hansel Atencia y Juan Diego Tello, enfrenta a Chile en un partido que definirá su aspiración de jugar la Copa del Mundo. De no lograr el resultado esperado, los colombianos se jugarán todo contra Brasil el domingo.

“Ganar la clasificación contra Chile será importante. Tenemos una nómina de lujo que viene entrenando varias semanas. Hay jugadores nuevos y de recambio. El trabajo ha sido bueno, pero no será fácil. Chile tiene experiencia. Será un duelo interesante para Colombia”, explicó Díaz, miembro del cuerpo técnico, quien en esta oportunidad tuvo que ausentarse de la preparación de la selección para dirigir el equipo de los Bolivarianos.

Con las selecciones juveniles, Tomás Díaz ya ha empezado a cosechar resultados. Además, en la liga local, el cartagenero lleva seis campeonatos al hilo con Titanes de Barranquilla y es el entrenador con más títulos en la historia de nuestro baloncesto. El cartagenero es uno de los llamados a dirigir la revolución de las nuevas generaciones de basquetbolistas colombianos, que empezarán a tomar la posta de los que están y buscarán poner a Colombia, por primera vez, en los planos más relevantes de este deporte.

🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador