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La neerlandesa Sifan Hassan cumplió la primera parte de su triple reto olímpico de los Juegos de Tokio-2020 al proclamarse campeona con autoridad en los 5.000 metros, este lunes, antes de afrontar en el resto de la semana el desafío de triunfar igualmente en 1.500 y 10.000 metros.
Sobre la pista mojada por la lluvia del estadio Olímpico de Tokio, Hassan ganó con un crono de 14 minutos, 36 segundos y 79 centésimas, liderando un podio en el que la keniana Hellen Obiri (14:38.36) fue plata y la etíope Gudaf Tsegay (14:38.87) se colgó la medalla de bronce.
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En el palmarés olímpico, Hassan, nacida en Etiopía hace 28 años, sucede a la keniana Vivian Cheruiyot, que triunfó en esta prueba en Rio-2016.
Estos Juegos Olímpicos son los segundos para Sifan Hassan pero los primeros desde que se ha convertido en una estrella. En Rio-2016 cayó en las series de 800 metros y fue quinta en los 1.500 metros.
En Mundiales sí tuvo una cosecha mas positiva, especialmente con el doblete de oros 1.500-10.000 metros en Doha-2019.
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A ello suma dos bronces, en 5.000 metros en Londres-2017 y en 1.500 metros en Pekín-2015.
En la carrera de este lunes, Hassan impuso su superioridad en una última vuelta con un ritmo endiablado.
Las adversarias de Hassan cometieron el error de optar por una carrera ‘lenta’, en la que la velocidad de la neerlandesa suele ser decisiva.
A Hassan le quedan en principio tres carreras en Tokio-2020 (semifinales de 1.500 metros el miércoles, final de esa prueba el viernes y final de 10.000 metros el sábado).
Si consigue el triple se convertiría en una de las grandes protagonistas de estos Juegos Olímpicos y culminaría una historia de superación personal desde que llegó en 2008 a Países Bajos como refugiada.
Su figura en el atletismo se ha visto marcada por las sospechas desde la suspensión de su exentrenador cubano-estadounidense Alberto Salazar en 2019 por “incitación al dopaje”. Hassan nunca ha dado positivo ni se ha visto directamente implicada en ningún caso.