Sigue la celebración en París 2024: “Sí, sí, Colombia... sí sí, Camila”
La tenista colombiana María Camila Osorio venció a la ucraniana Dayana Yamstrenska y avanzó a la tercera ronda del torneo femenino del tenis olímpico.
Luis Guillermo Ordoñez
La cancha siete del complejo tenístico de Rolad Garros está entre los dos estadios principales, el Philippe Chatrier y el Suzanne Lenglen. A la misma hora que jugó la colombiana María Camila Osorio ante la ucraniana Dayana Yamstrenska se disputaba el duelo estelar de la jornada, entre Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Sin embargo, muchos aficionados que no lograron acceder a las tribunas del escenario decidieron darse la vuelta y desde una posición privilegiada en el segundo piso disfrutar el duelo de la cucuteña. Lo mismo hicieron otros en la Lenglen, en donde la estadounidense Coco Gauff se deshizo rápidamente de la argentina María Lourdes Carle por un doble 6-1.
“Si, si, Colombia... si, si, Camila” era el canto que retumbaba en el sector cuando se emocionaban los hinchas colombianos por un punto a favor. Un numeroso grupo de compatriotas acompañó a la mejor tenista del país, con el embajador de Francia, Alfonso Prada, a la cabeza. Eso si, tuvieron que refugiarse en unas carpas ubicadas en las esquinas del escenario para protegerse del inclemente sol y los 30 grados de temperatura.
El domingo ante la letona Jelena Ostapenko Camila jugó suelta, tranquila, interactuando con la barra y con sus colaboradores, Ricardo Sánchez y Fabiola Zuluaga. Hoy se le vio un poco más tensa, seguramente porque arrancó imprecisa con su saque. Fiel a su estilo, no perdió la concentración e igualó las acciones, por lo que el primer set se definió en tie brake a favor de la colombiana.
Justo en ese momento estalló el estadio Philippe Chatrier porque Nadal empataba a cuatro el segundo episodio, tras haber caído 6-1 en el primero. Pero la recuperación del español fue efímera y el serbio terminó ganando ese partido, mientras Camila seguía soñando con avanzar a la tercera ronda y ponerse a dos victorias de la disputa por una medalla olímpica.
En el breve descanso la colombiana se hidrató bien y limpió la tierra que le quedó en el uniforme luego de un resbalón. El segundo episodió comenzó igual al anterior, parejo, con errores no forzados de ambas jugadoras, pero Camila, siempre sonriente y optimista, fue más consistente con su servicio y se puso 5-4 para ganar el partido con un quiebre en el último game.
Al conseguirlo levantó las brazos e hizo la bendición, saludó al público y rompió en llanto al sentarse. Luego, un poco más calmada, se tomó fotos con los aficionados que ahí si salieron de las sobras para darle la mano y abrazarla. Firmó autógrafos y después salió a atender a la prensa. En la siguiente ronda enfrentará a la ganadora del duelo entre a danesa Caroline Wozniacki y la estadounidense Danielle Collins. En caso de seguir adelante en cuartos se las vería nada menos que con la número uno del mundo, la polaca Iga Swiatek.
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La cancha siete del complejo tenístico de Rolad Garros está entre los dos estadios principales, el Philippe Chatrier y el Suzanne Lenglen. A la misma hora que jugó la colombiana María Camila Osorio ante la ucraniana Dayana Yamstrenska se disputaba el duelo estelar de la jornada, entre Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Sin embargo, muchos aficionados que no lograron acceder a las tribunas del escenario decidieron darse la vuelta y desde una posición privilegiada en el segundo piso disfrutar el duelo de la cucuteña. Lo mismo hicieron otros en la Lenglen, en donde la estadounidense Coco Gauff se deshizo rápidamente de la argentina María Lourdes Carle por un doble 6-1.
“Si, si, Colombia... si, si, Camila” era el canto que retumbaba en el sector cuando se emocionaban los hinchas colombianos por un punto a favor. Un numeroso grupo de compatriotas acompañó a la mejor tenista del país, con el embajador de Francia, Alfonso Prada, a la cabeza. Eso si, tuvieron que refugiarse en unas carpas ubicadas en las esquinas del escenario para protegerse del inclemente sol y los 30 grados de temperatura.
El domingo ante la letona Jelena Ostapenko Camila jugó suelta, tranquila, interactuando con la barra y con sus colaboradores, Ricardo Sánchez y Fabiola Zuluaga. Hoy se le vio un poco más tensa, seguramente porque arrancó imprecisa con su saque. Fiel a su estilo, no perdió la concentración e igualó las acciones, por lo que el primer set se definió en tie brake a favor de la colombiana.
Justo en ese momento estalló el estadio Philippe Chatrier porque Nadal empataba a cuatro el segundo episodio, tras haber caído 6-1 en el primero. Pero la recuperación del español fue efímera y el serbio terminó ganando ese partido, mientras Camila seguía soñando con avanzar a la tercera ronda y ponerse a dos victorias de la disputa por una medalla olímpica.
En el breve descanso la colombiana se hidrató bien y limpió la tierra que le quedó en el uniforme luego de un resbalón. El segundo episodió comenzó igual al anterior, parejo, con errores no forzados de ambas jugadoras, pero Camila, siempre sonriente y optimista, fue más consistente con su servicio y se puso 5-4 para ganar el partido con un quiebre en el último game.
Al conseguirlo levantó las brazos e hizo la bendición, saludó al público y rompió en llanto al sentarse. Luego, un poco más calmada, se tomó fotos con los aficionados que ahí si salieron de las sobras para darle la mano y abrazarla. Firmó autógrafos y después salió a atender a la prensa. En la siguiente ronda enfrentará a la ganadora del duelo entre a danesa Caroline Wozniacki y la estadounidense Danielle Collins. En caso de seguir adelante en cuartos se las vería nada menos que con la número uno del mundo, la polaca Iga Swiatek.
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