Un escalón por encima: la hazaña de Colombia en el fútbol de salón
El combinado nacional ganó, gustó, goleó y quedó campeón del Mundial que se celebró en Mosquera, Cundinamarca. Es la cosecha de un trabajo de varios años que se viene labrando desde la pasión de sus jugadoras y la explosión de sus talentos.
Daniel Bello
Las mujeres con el balón a los pies han sabido dar alegrías al país en este 2022. Las selecciones de fútbol en todas sus categorías nos regalaron presentaciones más que dignas, en especial con los subcampeonatos del Mundial Sub-17 y la Copa América que se desarrolló en nuestro país. En fútbol de salón, Colombia no desentonó y consiguió el pasado domingo en Mosquera su segundo título orbital.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Las mujeres con el balón a los pies han sabido dar alegrías al país en este 2022. Las selecciones de fútbol en todas sus categorías nos regalaron presentaciones más que dignas, en especial con los subcampeonatos del Mundial Sub-17 y la Copa América que se desarrolló en nuestro país. En fútbol de salón, Colombia no desentonó y consiguió el pasado domingo en Mosquera su segundo título orbital.
Detrás de ese proceso está Willinton Rolando Ortiz, quien, con ese nombre, sabía que su vida iba a estar relacionada con el balón, aunque no el que todos conocemos, sino uno más pequeño, que rebota menos y pega más duro. Su trayectoria en formación lo llevó a dirigir a la selección de Colombia, a la que condujo al bicampeonato.
Mire nuestro especial: ¿A qué jugamos?: La identidad del fútbol colombiano
Contó con la experiencia de Paola Estrada y Shandira Wright -la figura del torneo-, que fue inevitable para las defensas rivales. Wright, nacida en Paipa y de origen sanandresano, rompió todas las redes que tuvo enfrente y terminó como la goleadora del torneo. La referente del combinado nacional anotó 16 goles en seis partidos.
“Hay jugadoras con muchísimo talento y disciplina. Tenemos cómo mantener el título femenino”, reconoció Wright tras quedar campeona del mundo. Para ella ha sido fundamental la continuidad que han tenido los torneos nacionales, que permitieron al cuerpo técnico de Ortiz organizar un equipo competitivo que combinara experiencia con juventud.
En la última cita orbital destacó la boyacense Laura Becerra, quien fue una acompañante de lujo para la goleadora del torneo. Al igual que su compañera, ella integró la selección de Boyacá, uno de los semilleros del fútbol de salón colombiano junto con Cundinamarca y Antioquia.
En el segundo lugar de la lista de artilleras hubo un triple empate. Becerra registró 11 goles, la misma cantidad que su compañera Yurani Marín y la ecuatoriana Anabella Ochoa. En términos colectivos e individuales, el cuadro tricolor fue un dominador absoluto.
¿Esperando el Mundial de Catar 2022? Toda la información en un solo lugar, encuéntrela aquí
La cereza del pastel fue la actuación de Patricia Puchigay, quien cerró su arco durante todo el campeonato. Su hazaña tiene más peso cuando también fue fundamental en ataque, en el que aportó con dos goles. “Mucha alegría porque trabajamos muy duro durante dos meses, aquí está el trabajo reflejado”, recalcó.
Para la portera este título tuvo un sabor especial. Se lo dedicó a su padre, quien recientemente falleció, y que a lo largo de su vida fue su sostén y su motivación para entregarle todo su esmero a este deporte.
Ellas y sus compañeras afrontaron este torneo con un solo objetivo, defender la casa y convertirse en el equipo con el mejor palmarés de la categoría. Ortiz trabajó para que las goleadas abultadas no les diera una confianza excesiva a sus dirigidas y que afrontaran los partidos de la mejor manera: respetando al rival dando lo mejor de sí, en especial con goles. Dicho y hecho. En la final ratificaron su gran estado de forma y aplastaron a Canadá por 12 tantos contra 0.
Puede leer: ¡Colombia es campeona del Mundial femenino de fútbol de salón!
Sacrificio es la palabra que resume el compromiso de las jugadoras de la selección. Para ellas es necesario combinar otros oficios con su pasión por la pelota para cosechar resultados como el del pasado domingo.
En Colombia, la Liga de Microfútbol es semiprofesional. Sus jugadoras solo reciben salario mientras ruede el balón y, cuando la temporada termina, les toca diversificar ingresos para mantenerse. Una de las alternativas que han encontrado para seguir en lo que les gusta son las giras y torneos amistosos con sus clubes y/o selección.
Le recomendamos: Los pasos dados y los que faltan en Colombia
Tras la consecución del título en Mosquera, la selección espera que los logros obtenidos ayuden a agilizar los pasos en pro de la profesionalización de este deporte, lo cual sería un premio gigante para las mujeres que han tenido que conseguir uno o varios trabajos para poder cumplir su sueño con la pelota. Confían que, con la ayuda de las instituciones públicas y privadas, su trabajo tenga mayor visibilidad y que la inversión crezca.
En los últimos años, la Federación Colombiana de Fútbol de Salón ha demostrado bastante con los recursos que tienen. Además de las dos conquistas en la rama femenina, cuentan con tres trofeos en la masculina. Todos esos logros suman en el objetivo de los micreros, poder vivir de este deporte y seguir en el escalón más alto.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador