María Paulina Pérez (izq.) y Yuliana Lizarazo durante las clasificatorias del Grupo Américas I en Cúcuta.
Foto: Luis Emiro Mejía
“Además de desgaste, lo más horrible de los partidos largos es este bronceado tan inmundo que a uno le queda”, dice la tenista Yuliana Lizarazo refiriéndose a la marca de la camisa que le queda en el cuerpo después de juegos de más de dos horas bajo el sol.
“Sí, a uno le queda todo blanco, horrible”, complementa su compañera María Paulina Pérez, su pareja en dobles y su gran amiga.
Por Valentina Fajardo
Comunicadora social y periodista e historiadora con énfasis sociocultural de la Universidad Javeriana. Principal interés en la historia deportiva, el fútbol y el tenis.@valfajardomvfajardo@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación