Yuliana y María Paulina: una pareja destinada a encontrarse
La cucuteña y la barranquillera lograron complementarse tanto que ahora son las doblistas elegidas por Fabiola Zuluaga para representar a Colombia en Tokio para los playoffs de la Copa Billie Jean King.
Valentina Fajardo
“Además de desgaste, lo más horrible de los partidos largos es este bronceado tan inmundo que a uno le queda”, dice la tenista Yuliana Lizarazo refiriéndose a la marca de la camisa que le queda en el cuerpo después de juegos de más de dos horas bajo el sol.
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“Además de desgaste, lo más horrible de los partidos largos es este bronceado tan inmundo que a uno le queda”, dice la tenista Yuliana Lizarazo refiriéndose a la marca de la camisa que le queda en el cuerpo después de juegos de más de dos horas bajo el sol.
“Sí, a uno le queda todo blanco, horrible”, complementa su compañera María Paulina Pérez, su pareja en dobles y su gran amiga.
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Las jugadoras parecen complementarse perfectamente, casi como el taijitu —más conocido como el yin y yang—, ya que no puede haber María Paulina sin Yuliana ni Yuliana sin María Paulina. Cuando están en la misma habitación la armonía entre las dos se nota y con una mirada ya saben lo que pasa por la cabeza de la otra.
Pero no siempre han sido doblistas. En sus inicios, Pérez, una bailarina de ballet que terminó por enamorarse de las raquetas, estaba acostumbrada a jugar en sencillos en un deporte muy emocional en el que la mayoría del tiempo solo se puede contar con uno mismo.
Lizarazo, que empezó a jugar en las canchas de un club de Cúcuta desde muy temprana edad, tampoco sabía lo que era jugar con una compañera en la cancha o tener a alguien con quien podría disputar torneos alrededor del mundo.
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La cucuteña sumó algunos títulos en la modalidad de sencillos, incluyendo una medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022 y la plata en dobles mixtos junto al bogotano Juan Sebastián Gómez. Además, logró una presea de bronce en los Suramericanos de Asunción ese mismo año.
María Paulina también logró colgarse una presea de oro en Valledupar en dobles, pero junto a la también barranquillera María Fernanda Herazo. Todo eso pasó antes de que se encontraran. Fue después de esas justas que Pérez decidió hacerle una propuesta a Lizarazo que cambiaría el rumbo de sus carreras.
Conexión total
“Yo tomé la iniciativa. Mientras estábamos en los Juegos Bolivarianos y antes de que se acabara la semana le dije: ‘Hey, Jules, ¿qué opinas de jugar juntas’”, cuenta María Paulina.
Primero, debía hacer algo con Herazo, ya que Yuliana no estaba dispuesta a meterse en “triángulos amorosos”. Después de arreglar las cosas con María Fernanda, tomaron la decisión de jugar juntas en octubre y debutaron en los Juegos Sudamericanos. Fue una primera presentación satisfactoria, pues terminaron subiendo a lo más alto del podio en territorio paraguayo.
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Durante el año que llevan jugando juntas, se han visto pasar por las duras y las maduras y siempre han estado ahí para apoyarse mutuamente. Durante el WTA de Monterrey —torneo en el que levantaron su primer trofeo juntas—, María Paulina tuvo uno de los episodios emocionales más duros de su carrera. La barranquillera no pudo estar presente en el nacimiento de una de sus sobrinas, se alejó de su melliza e incluso de su padre.
“Ese año tuve la crisis y me pareció loco porque me pasó en Monterrey. Fue raro, porque al fin y al cabo era algo en lo que venía trabajando toda la vida, pero sí estaba bastante mal emocionalmente”, confiesa Pérez. “Se lo comenté a Yuli el día de las semifinales, me puse a llorar en el baño y le dije: ‘Yo he estado muy mal en estos últimos meses, quiero que lo sepas. Esta es la primera vez que puedo decirlo en voz alta’. Y ella estuvo ahí para mí todo el tiempo”.
Yuliana y María Paulina han aprendido mucho tras la convivencia, especialmente en sacar lo mejor de cada una. A pesar de que tienen personalidades distintas, han logrado que la cucuteña a veces deje su seriedad a un lado para convertirse en toda una “recochera” y que la barranquillera se empape de esa compostura y no vuele tan cerca del sol.
“Para mí también es un aprendizaje bueno sacar tiempo para hacer lo que en verdad me gusta hacer, por eso nosotras bailamos cuando podemos. Yo siempre me he caracterizado por mi timidez y cuando viajaba sola me aislaba mucho, pero ahora ya no es lo mismo. Es distinto tener a una compañera que te anima a hacer las cosas. Me pasa con Pau y eso me ayudó a descubrir cosas de mí que ni yo misma sabía que existían”, dice Yuliana.
El camino a Tokio
En abril de este año, en las canchas del Tenis Club de Cúcuta, el equipo de Colombia logró ganarse un tiquete para disputar los playoffs de Grupo Mundial de la Billie Jean King Cup, algo que no pasaba desde hacía 15 años. Junto a las doblistas, María Fernanda Herazo, Emiliana Arango y Yuliana Monroy, dirigidas por Fabiola Zuluaga, lograron un cupo con un triunfo ante Chile en el Grupo Américas I. Colombia fue segundo detrás de Argentina, el otro clasificado.
El verdadero reto de las colombianas empezará este viernes en la madrugada con la lucha para llegar al Grupo Mundo en la edición del próximo año. En esta ocasión el equipo tricolor fue emparejado con Japón y los partidos se disputarán en Tokio.
Colombia llega con María Camila Osorio como su principal figura, en la posición 79 del escalafón de la WTA, mientras que la raqueta más alta de las japonesas es Nao Hibino, 11 casillas por debajo de la cucuteña, ausente del equipo nacional a principios de año por culpa de una lesión
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