Morgan Hurd, la gimnasta que hace saltos mortales usando gafas

La atleta estadounidense ganó el último Mundial de Gimnasia que se realizó en Canadá. A sus 16 años, es una de las mejores deportistas del mundo en su categoría y la única en ganar los más importantes encuentros deportivos usando gafas.

Redacción deportes
04 de noviembre de 2017 - 08:37 p. m.
La estadounidense Morgan Hurd es la campeona mundial de gimnasia artística.  / EFE
La estadounidense Morgan Hurd es la campeona mundial de gimnasia artística. / EFE

Sus gafas no se mueven un centímetro. Hace saltos mortales. Corre a una velocidad de casi 10 kilómetros por hora y sus lentes no se caen ni se desacomodan. Morgan Hurd no solamente realiza los ejercicios más difíciles en gimnasia artística, sino que lo hace con gafas que asegura con un elástico en su cabeza. A sus 16 años, esta gimnasta norteamericana está en la cumbre de su carrera como atleta. El pasado 6 de octubre, se coronó como campeona mundial en concurso completo individual (categoría en la que las deportistas realizan sus rutinas en cada uno de los aparatos: suelo, barras asimétricas, barra de equilibrio y salto).

Lo hizo, por supuesto, usando gafas. Su rostro llamó la atención de los asistentes al torno, pero también de los que conocen del mundo de la gimnasia artística. Expertos consultados por medios como la BBC, The Guardian y The Washington Post, aseguraron que no es normal ver a una gimnasta de talla mundial como Hurd, usando lentes. La revista Gymternet hizo un barrido de las atletas que, como ella, han usado gafas en campeonatos tan importantes como un Mundial. Solo encontró uno: el de Kami Moore, quien solo alcanzó a estar en el nivel junior de la gimnasia competitiva.

En el pasado Mundial, que se celebró en Montreal (Canadá), Morgan Hurd consiguió, no solamente la atención de los asistentes por usar gafas, sino también el reconocimiento de sus contrincantes pues no era una de las competidoras más opcionada para llevarse el primer lugar en la categoría completo individual. Varias lesiones sacaron a las competidoras más fuertes, y Hurd se terminó llevando al presea dorada. En segundo lugar terminó la canadiense Ellie Black,y en el tercer puesto quedó la rusa, Elena Eremina. Esa no fue la única medalla que se llevó Hurd. En la categoría de barra obtuvo el segundo lugar, superada por la alemana Pauline Schäfer.

 

Hurd, quien nació en China pero fue adoptada por una mujer norteamericana cuando era todavía bebé, entrena en un gimnasio en la ciudad de Middletown, en Delaware (EE.UU.). Desde los 3 años, su madre la inscribió en clases de gimnasia cuando ya tenía gafas. Cuando empezó a escalar de niveles y de dificultad, sus entrenadores le recomendaron que usara lentes de contacto pues una caída o accidente con gafas, podía ser mucho más peligroso para ella. Podía golpear una barra o el suelo con su cara, y romper los vidrios de sus lentes. Hurd lo intentó pero nunca estuvo cómoda.

“Los lentes me resecaban los ojos y cuando me entraba algo, me tocaba quitármelos, limpiarlos y volverlos a poner en su sitio”, explicó Hurd en una entrevista para la revista FloGymnsatics y, “en lugar de gastar tiempo de su entrenamientos lidiando con los lentes de contacto, prefirió asegurar su gafas con un caucho al rededor de su cabeza”. Desde ya, Morgan Hurd se posesiona en la lista de las gimnastas com más posibilidades de llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2022.

Por Redacción deportes

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