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Era el arma secreta de Lionel Scaloni para este partido. El amuleto, el as bajo la manga. La reserva y una de las decisiones claves del DT para ganar la final contra Francia, poner a Ángel Fabián Di María como titular en el último partido del Mundial de Catar 2022.
El fideo, el que lleva 12 años defendiendo la camiseta de la selección de Argentina y al igual que Messi, estuvo al borde de abandonar el fútbol a nivel de selecciones cuando perdieron la final de la Copa América de 2016. Un hombre que se motiva como nadie cuando se trata de jugar finales y más si es con la camiseta de Argentina.
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Desde antes de debutar en la selección absoluta, ya era determinante. Su presentación con la celeste y blanca ante el mundo, como figura, fue en 2008. Con solo 20 años había emigrado a Portugal proveniente de Rosario Central y en Pekín, en los Juegos Olímpicos, firmó el único gol de la final del fútbol en aquellas justas. A pase de Lionel Messi, entonces joya del Barcelona, arrancó una carrera en solitario y bañó al arquero de Nigeria para darle el segundo oro olímpico a su país.
La misma historia se repitió en la Copa América de 2021. La misma donde se rompió el maleficio de las finales perdidas para Argentina. Ya no era un muchacho y mucho menos una promesa. A ese partido en el Maracaná llegó después de haber jugado en la élite del fútbol europeo, de haber ganado la Champions con el Real Madrid y en una etapa casi de cierre en el Paris Saint-Germain.
Catar 2022 se escucha: El Espectador a rueda, un pódcast en el que le seguimos la pista al Mundial
LA EMOCIÓN DE DI MARIA. pic.twitter.com/b1CPPztUcb
— Joel | 🇦🇷 (@burcabi_) December 18, 2022
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El gol, en esa ocasión, fue de autor. Al igual que en Pekín, la definición que más se le da en la carrera volvió a darle un título a Argentina. La pierna zurda del rosarino bañó a los 22 minutos del partido al arquero de Brasil, el local, y abrió la senda del triunfo de la Scaloneta.
La historia se repitió en el Lusail, después de jugar solo ocho minutos en tres partidos, arrancó como titular y por una zona que no es la suya. De ser extremo izquierdo, Scaloni lo ubicó por la izquierda y allí hizo desastres con la defensa francesa. Jules Koundé, el lateral derecho, ni lo vio. En el primer gol de Argentina desesperó a Ousmane Dembelé hasta que lo derribó para causar el penalti.
Es determinante. Es historia de Argentina. No es el capitán, como Messi, pero tiene todo el mérito y hoy, en Catar, con 34 años, Ángel Di María es campeón del mundo.
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