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Education City se llama el estadio en el que la selección de Marruecos realizó la mayor hazaña de su historia. Ante 44.667 espectadores, casi todos a su favor, dio la gran sorpresa y superó a España en la definición por cobros desde el punto penal, para clasificarse a los cuartos de final del Mundial de Catar 2022.
El equipo del norte de África había advertido de su poderío. En primera ronda empató con Croacia y les ganó a Bélgica y Canadá, para terminar primera del Grupo F, lo que le obligaba a enfrentar en octavos nada menos que a la España de Luis Enrique.
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Y con el apoyo incesante de su fanaticada le jugó mano a mano a la roja, al menos en la primera parte. Después el técnico Walid Regragui, inteligentemente, les pidió a sus jugadores cederle la pelota al rival, aguantar y apostarle al contragolpe.
La estrategia funcionó, porque sufrió realmente poco en la etapa complementaria y el tiempo extra para sacar el 0-0. Incluso tuvo la opción más clara de anotar, salvada por el arquero ibérico Unai Simón.
Y ya en la definición por penaltis apareció la figura de Yassine Bounou, cuidapalos que juega en el Sevilla español. Se vistió de héroe, porque tras el primer remate que falló Pablo Sarabia, detuvo los cobros de Carlos Soler y Sergio Busquets. Por Marruecos, en cambio, Abdelhamid Sabiri y Hakim Ziyech fueron efectivos antes de que Achraf Hakimi, el defensor del París Saint Germain, picara la pelota en el cobro definitivo para desatar la euforia en Marruecos, un país de cerca de 40 millones de habitantes, con algunos millones de emigrantes, especialmente en Europa.
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El fenómeno marroquí, según algunos medios internacionales parecido al de Colombia en Brasil 2014, tiene dos factores claves: el aspecto mental y el futbolístico. Y en ambos tuvo que ver la Federación de Fútbol de ese país, que hace cuatro meses despidió al técnico bosnio Vahid Halilhodzic, quien había logrado la clasificación, porque no tenía buenas relaciones con los referntes del plantel.
Entonces contrató a Walid Regragui, un exfutbolista francés de padres marroquíes, quien supo gestionar al plantel y prepararlo adecuadamente para que brillara en Catar. Lo hizo tan bien, que se convirtió en el primer estratega árabe en meterse en cuartos de final de un Mundial.
Lo primero que hizo fue volver a convocar a los veteranos Noussair Mazraoui y Hakim Ziyech, ambos nacidos en Países Bajos y que juegan en Alemania e Inglaterra, respectivamente.
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Con ellos como base comenzó a armar el equipo. Tiene jugadores como Yassine Bounou (Sevilla), Nayef Aguerd (West Ham), Sofyan Amrabat (Fiorentina), Abdelhamid Sabiri (Sampdoria), Ez Abdé (Osasuna) y Amine Harit (Marsella). Apenas cuatro de los 26 mundialistas juegan en la liga local.
Y precisamente ese es el componente futbolístico que aprovechó el entrenador. Quince hijos de inmigrantes, nacidos en Francia, Bélgica, Países Bajos e incluso España, formados allá, debían jugar a lo europeo, con mayor disciplina táctica y mejor despliegue físico, pero el mismo amor por la tierra de sus antepasados.
Y eso es lo que han mostrado en la cancha y lo que han disfrutado tanto sus seguidores, los varios miles que los acompañan en Doha, y los que apoyan desde la distancia, en su país y en muchas ciudades de Europa, en las que su colonia es numerosa. La semana pasada, cuando superaron a Bélgica, se presentaron disturbios durante su celebración en Bruselas.
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“Lo que han hecho mis jugadores es extraordinario, en verdad queríamos ganar el partido. Enfrentamos a uno de los mejores del mundo y hemos sabido sufrir juntos, correr, dejar el alma en la cancha. Es un momento precioso, sinceramente, estamos muy felices”, dijo exultante al final del juego.
Marruecos llegó por primera vez a cuartos de final, ¿para qué está en este Mundial? “Para seguir soñando, haciendo historia. Para seguir dejando hasta la última gota de sudor por la gente que nos acompaña, que hoy llora de alegría por el fútbol. Estos momentos son los que hacen que todo, todo el esfuerzo de una vida en el deporte valga la pena”.
El sábado, en cuartos de final, enfrentará a Portugal, por un cupo a la semifinal de Catar 2022, una Copa Mundo que para Marruecos será inolvidable.
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