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Si algo ha dejado ver el Mundial de Catar es que el fútbol y la política van de la mano. Además de los escándalos por la violación a los derechos humanos en el país anfitrión, a la polémica se le sumaron la selección de Irán y Sardar Azmoun, su figura principal, quien terminó por convertirse en una piedra en el zapato y por poco se queda fuera de la cita orbital.
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La historia empezó con Mahsa Amini. El 16 de septiembre, la joven iraní de 22 años murió bajo custodia policial en Teherán tras haber sido arrestada por no llevar el hiyab. Todo esto llevó a masivas protestas en todo el país y algunos jugadores de la selección iraní se unieron a ellas. Sardar Azmoun, quien juega en Bayern Leverkusen desde inicios de este año, retó las normas que limitan a los futbolistas a manifestar sus opiniones y habló sobre la realidad de las mujeres en su país.
“No puedo quedarme callado y si el castigo es ser expulsado de la selección nacional, es un pequeño precio a pagar por un solo mechón del pelo de una mujer iraní. Deberían avergonzarse por la facilidad con la que pueden asesinar a una persona. Larga vida a las mujeres iraníes”, manifestó en una publicación de Instagram que posteriormente fue borrada.
El fútbol está profundamente politizado en Irán y la interferencia política en los deportes ha sido una norma desde la Revolución Islámica en 1979. El gobierno espera que los mejores deportistas sigan la línea del régimen en todos los asuntos, incluidos los que no están relacionados con el deporte, o al menos, que guarden silencio al respecto. Sin embargo, Azmoun no estuvo solo en su lucha.
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Durante un partido amistoso contra Senegal en Viena (Austria), varios manifestantes se reunieron en las afueras del estadio protestando contra las autoridades de Teherán y el partido no fue televisado para no dejar ver la realidad de lo que pasaba fuera del campo.
Azmoun arrancó el partido desde el banco, lo que incrementó los rumores de que podía haber sido apartado del equipo. Sin embargo, entró en el segundo tiempo y empató el marcador con un gol que apenas celebró. Después del juego, más de uno pensó que ese gesto le había costado su puesto en la selección.
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Sumado a toda esta crisis, la Federación de Fútbol de Irán anunció que Carlos Queiroz retomaría las riendas de la selección. El portugués, quien había sido director técnico de Irán entre 2011 y 2019, asumir al equipo en un ambiente de tensión absoluta. Antes de hacer oficial los jugadores que participarían en el Mundial, la prensa iraní aseguró que el gobierno empezó a presionar para que Azmoun y otros de sus compañeros ni fueran incluidos en la lista final.
El hecho de que Queiroz elimine a uno de sus mejores jugadores por razones no técnicas, sería un claro y definitivo ejemplo de intervención política en el fútbol del tipo al que históricamente se opuso la FIFA en favor del derecho a la libertad de expresión de los jugadores.
🚨 𝗢𝗙𝗙𝗜𝗖𝗜𝗔𝗟: 🇮🇷 #TeamMelli squad called up by @Carlos_Queiroz for #Qatar2022 @FIFAWorldCup
— Gol Bezan (@GolBezan) November 13, 2022
📷 @mativsh pic.twitter.com/PYiXDMNPau
Si los jugadores iban a ser castigados por sus declaraciones, Azmoun puedo haber sido uno de los principales afectados. Así que fue una gran sorpresa cuando Queiroz anunció que el delantero de 27 años iba a ser parte de los 26 jugadores que representarán a Irán en el Mundial de Catar.
Sardar Azmoun desafió al gobierno entero y le ganó. Ahora, ya no es solo un ídolo en la cancha, sino también de la justicia social.
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