“Esto es por Colombia, carajo”, dice Éider Arévalo

Contó que cuando comenzó en la marcha atlética lo trataban de gay por la técnica que se aplica, pues no puede levantar simultáneamente los pies del suelo.

Thomas Blanco
16 de agosto de 2017 - 05:02 a. m.
Éider Arévalo, el nuevo campeón mundial de marcha en los 20 kilómetros, tiene 24 años. Nació en Bogotá, pero se considera huilense. / Mauricio Alvarado - Galaxy S8
Éider Arévalo, el nuevo campeón mundial de marcha en los 20 kilómetros, tiene 24 años. Nació en Bogotá, pero se considera huilense. / Mauricio Alvarado - Galaxy S8
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Éider Arévalo se mantuvo en el lote. Se cuidó y siguió al pie de la letra lo que había practicado en las últimas cuatro semanas en su concentración en Pontevedra (España). Tenía oxígeno de sobra corridos 10 kilómetros. En ese tramo empezó a aumentar el ritmo de la avalancha de marchistas que anhelaba cruzar la meta, justo en frente del Palacio de Buckingham.

En el kilómetro 16, el colombiano decidió salirse del lote y romperlo. Lo siguieron tres deportistas. En los últimos dos kilómetros, el duelo era entre él y el ruso Sergei Shirobokov.

Mientras disputaba ese mano a mano, Éider le pidió a su técnico, Marcelino Pastrana, que le pasara una bandera de Colombia. Ya se lo empezaba a creer. Lo que siempre se había imaginado mirando el techo de su casa en Pitalito (Huila) estaba a unas cuantas zancadas de cumplirse: ser campeón mundial de marcha con la bandera del país en su espalda.

Cruzó la meta, estiró los brazos, sonrió y se arrodilló. Apuntó con sus dedos al cielo y le agradeció a Dios. “En el último retorno, cansado, me acordé de la bandera. Dije: esto es por Colombia, carajo. Ahí me salieron las fuerzas para el último tramo y gracias a Dios salí campeón”, afirmó.

En lo más alto del podio, mientras escuchaba el himno de su país, rememoró todos esos sacrificios y entrenamientos que tuvo que hacer para pararse allí.

Recordó a su padre, maestro de construcción, vendiendo tintos en la galería de Pitalito. A su mamá pidiendo plata prestada a sus compañeras de la terminal del municipio, su puesto de trabajo. Se le vinieron a la mente las rifas que hizo con su familia. “Él entrenaba con zapaticos de cinco mil pesos. Éider tenía la meta de ser alguien en la vida, le costara lo que le costara”, asegura su madre, Jenny Truque.

El marchista colombiano de 24 años aterrizó este martes en el aeropuerto El Dorado a las cuatro de la mañana. Cuando lo vio, Jenny no le dijo mucho, se le fueron las palabras. “Sólo le pude decir te quiero”. Con brillo en los ojos se traduce el orgullo de madre por el hijo brincón que no se quedaba quieto de pequeño.

Arévalo empezó en los deportes de velocidad. Poco a poco, al escuchar las historias de su entrenador, Edward Chilito, se fue interesando en la marcha. Además, la disciplina de los atletas que la practicaban en la villa donde entrenaba también captó su atención. “Al comienzo, por la técnica me trataban de gay. A veces me gritaban cosas cuando iba corriendo. Lo bueno es que hoy en día la gente conoce y admira más este deporte. El que se dedica a esto es porque de verdad le tiene un amor muy grande”, señala.

Se acordó de Fernando Rozo, quien fue el que lo arropó y entrenó cuando se trasladó a Bogotá en busca de más oportunidades. En enero de 2012, una parálisis cerebral se lo llevó a los 44 años. “Él debe estar feliz y dichoso en el cielo disfrutando esta medalla, que también es de él”.

En ese mismo año, Arévalo compitió en sus primeros Juegos Olímpicos, en la distancia de los 20 kilómetros, y finalizó en la posición 20. En Río 2016 mejoró su registro y fue 15. Las Olimpiadas de Tokio 2020 son el próximo sueño del huilense.

En la misma jornada en la que Éider se consagró campeón del mundo, Luis Fernando López disputó su última carrera como profesional, la de los 50 kilómetros. El nariñense, que ganó oro en el Mundial de Daegu 2011, será de ahora en adelante su entrenador, junto con Marcelino Pastrana.

“Muchos creerán que mi mejor momento fue mi medalla en 2011. Pero no, es este. Porque no me quedé con mi triunfo. Para mí hay una responsabilidad: cuando murió Rozo, asumí las riendas de unos niños con muchos sueños. Hoy vemos los resultados. El logro de Éider me llena de alegría, me siento pleno y realizado. Soy feliz de haber puesto la cola y saber que hay varios que la siguieron”, destacó López.

En una ceremonia celebrada este martes en el Comité Olímpico Colombiano, Éider Arévalo le pidió a Clara Luz Roldán, directora de Coldeportes, apoyar la iniciativa del alcalde de Pitalito, Miguel Rico, de crear una pista de atletismo.

El próximo reto del campeón mundial de los 20 kilómetros será en el Mundial de Marcha por Equipos en 2018. Tras conseguir el oro el pasado domingo en el Mundial de Atletismo de Londres, el Gobierno le entregará $51 millones.

Respecto a la posibilidad de ganar una medalla de oro en los próximos Juegos Olímpicos, como lo insinuó la doctora Roldán, Éider asegura que aún hay mucha tela por cortar. “Ella me compromete con un oro. Hay que decir que somos seres humanos y que cualquier cosa puede pasar. Lo vimos con Nairo Quintana: todos le pedían el título en el Tour de Francia. Hay que ir paso a paso”, advirtió el nuevo campeón del mundo que tiene Colombia.

Por Thomas Blanco

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