Medio siglo del estilo “Fosbury Flop”

Con apenas 21 años, el 20 de octubre de 1968 el estadounidense Dick Fosbury sorprendió al ganar la medalla de oro olímpica en salto alto, con una técnica novedosa, que años después fue imitada por atletas de todo el mundo.

Ricardo ávila Palacios
22 de marzo de 2018 - 05:00 p. m.
En los Juegos Olímpicos de México 1968, Dick Fosbury (izq.) impuso una nueva forma de saltar que dejó en el olvido el estilo de rodillo ventral usado, entre otros, por el soviético Valeri Brumel (der.)   / AFP
En los Juegos Olímpicos de México 1968, Dick Fosbury (izq.) impuso una nueva forma de saltar que dejó en el olvido el estilo de rodillo ventral usado, entre otros, por el soviético Valeri Brumel (der.) / AFP
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Nacido el 6 de marzo de 1947, el estadounidense Dick Fosbury sigue disfrutando con que su nombre se haya perpetuado y, medio siglo después, perdure como una marca registrada en la historia del atletismo mundial. Y no por un récord universal inolvidable, sino por una creación suya que dejó boquiabiertos a sus colegas, a los entrenadores y a los aficionados del mundo entero.

Él es un “clásico”, porque si nos atenemos a la definición que nos da el diccionario, pertenece a un momento sublime en este deporte, al establecer un nuevo estilo en el salto de altura, que con el paso de los años se impuso como el único modelo usado por entrenadores y atletas de los cinco continentes: el Fosbury Flop. Toda una revolución.

El domingo 20 de octubre de 1968, en los Juegos Olímpicos de México, a sus 21 años, Fosbury compitió con la intención de hacer una buena actuación. Ese día sorprendió, más que por su medalla de oro con un salto de 2,24 metros que sería nuevo récord olímpico, por su nuevo estilo con el que logró impresionar al mundo del atletismo. Aquel día derrotó a su compatriota Ed Caruthers (2,22 m) y al soviético Valentin Gavrilov (2,20 m).

Los comentarios no se hicieron esperar, la innovación generó controversia y no faltaron los críticos que lo tildaron de loco por ese salto de espaldas al listón. En ese entonces, nadie preveía que el Fosbury Flop aniquilaría el uso del estilo de rodillo ventral practicado por la mayoría de competidores, entre ellos el soviético Valeri Brumel, quien se impuso en los Juegos Olímpicos de Roma 60 y estableció seis récords mundiales entre 1961 y 1963.

Pero las críticas no eran nuevas. Siendo aún un adolescente, su entrenador le reclamó por su extraña forma de despegarse del suelo para sobrepasar el listón. “Estás loco, no llegarás a ningún sitio saltando al revés, me dijo mi profesor de gimnasia en el instituto. Creo que su falta de confianza fue lo que más me animó a insistir, a atreverme con algo así. Saltar de espaldas mirando al cielo me daba otra perspectiva de las cosas, me ayudaba. Recuerdo un artículo en el que un periodista escribió: ‘Cuando sus competidores empezaron a encontrar limitaciones en sus piernas, Dick Fosbury comenzó a saltar con el cerebro. Me gustó, creo que después de todo sólo tuve la valentía a atreverme a cambiar, pensé que merecía la pena intentarlo”, afirmó meses después.

Hacia finales de los años 80, Fosbury, ya dueño de la razón por haber triunfado con su invención, comentó: “Me siento feliz de haber impuesto un estilo propio, entiendo que es absolutamente único. Estoy muy orgulloso de haber recibido los derechos de denominación. Mi salto es fácil y quizá por esto lo ha copiado mucha gente”. Su nueva técnica había cambiado el salto de altura para siempre.

En los Juegos Olímpicos de 1972, en Múnich, 28 de los 40 competidores de salto de altura utilizaron su técnica y desde 1988 todos saltan como él lo hiciera el 20 de octubre de 1968. Medio siglo después de alcanzar una auténtica revolución deportiva, el ingeniero civil Dick Fosbury predijo en 1978 que algún día vería un salto de 2,50 metros. Hasta ahora, el que más lejos llegó es el cubano Javier Sotomayor, con una marca mundial de 2,45 metros lograda el 27 de julio de 1993 en Salamanca (España). Han pasado 25 años y parece que Fosbury no alcanzará a ver ese salto soñado.

Tras conquistar el oro en México 68 anunció en rueda de prensa su retirada, porque su objetivo era “quedar entre los cinco primeros. No estoy preparado para el triunfo y me voy”. Y cumplió.

Por Ricardo ávila Palacios

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