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Este domingo 7 de febrero de 2021 se disputará la versión número 55 del Super Bowl de la National Football League (NFL) en el estadio Raymond James de la ciudad de Tampa. Este partido enfrentará a los dos mejores equipos de la temporada. Por el lado de la Conferencia Nacional, Tom Brady y los Tampa Bay Buccaneers irán en busca del segundo campeonato para la franquicia y el séptimo para su quarterback. Por su parte, los Kansas City Chiefs, actuales campeones del fútbol americano, buscarán el tercer trofeo Vince Lombardi de la historia del equipo y el segundo de su jugador Patrick Mahomes.
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Para entender la importancia de este evento, más allá de las rivalidades, hay que irse a los números. El año pasado el Super Bowl que disputaron los Chiefs contra los San Francisco 49ers lo vieron 100.7 millones de personas, cifra baja si se le compara con los 3.572 millones que, según la FIFA, vieron la final del mundial de Rusia 2018, entre Francia y Croacia, pero bastante alta teniendo en cuenta que es un deporte cuya popularidad se encuentra, sobre todo, en Estados Unidos.
Esas cifras se traducen en consumo y en generación de más dinero. Según el Consejo Nacional de Pollo (NCC, por sus siglas en inglés) en el último Super Bowl se consumieron 1.400 millones de alitas solo en el país norteamericano.
Además, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, aseguró que el día del partido es el segundo del año en el que más comida se consume, después del Día de Acción de Gracias. Dentro de los alimentos más demandados está, por ejemplo, el aguacate mexicano, pues el año pasado se importaron 120 mil toneladas de este alimento solo para el día del partido.
La cerveza es otro producto estrella durante la transmisión del Super Bowl, pues los reportes indican que se consumen alrededor de 230 millones de litros de esta bebida, suficiente como para llenar cinco piscinas olímpicas, lo que convierte este día en la fecha del año en el que más se consume licor en el país norteamericano.
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Por otra parte, el estadio Raymond James será el encargado de recibir este evento, un escenario con capacidad para 75.000 personas y que en la parte norte de su estructura tiene un barco pirata de 31 metros de largo, adecuado para que muchos aficionados puedan observar el juego.
Debido a la pandemia que está atravesando el mundo, el público estará limitado a solo 22.000 personas y la NFL decidió que 7.000 entradas serán donadas al personal médico que ha estado luchando en primera línea contra el COVID-19, para que puedan asistir al Super Bowl LV, disfrutar del partido y del show del medio tiempo a cargo de The Weekend.
Pero, si de números y dinero se trata, son los comerciales que se emiten durante el Super Bowl los que marcan las ganancias más significativas. El año pasado la cadena Fox vendió los espacios publicitarios de 30 segundos en su trasnmisión por 5,6 millones de dólares cada uno, una cifra exorbitante. Más aún si se tiene en cuenta que el partido dura alrededor de tres horas y que en cada cambio de posesión, o tiempo fuera, hay comerciales.
El juego: más allá de los números
Pasando a lo que se prevé del juego, uno de los grandes atractivos de este partido será el duelo entre el que, para muchos, es el mejor mariscal de campo de la historia y aquel que viene a arrebatarle ese título. Tom Brady, de 43 años, jugará su décimo Super Bowl y buscará su séptimo anillo de campeón, estadísticas que nadie más posee.
Del otro lado estará la sangre nueva de la NFL: Patrick Mahomes, que ha jugado tres temporadas como el quarterback titular de los Chiefs y que disputará su segundo Super Bowl. El pasado fue en la temporada anterior, cuando el oriundo de Texas llevó a su equipo a un campeonato después de 50 años. Será la séptima vez en la historia que se enfrenten dos mariscales que ya tienen un título en su vitrina.
Sin embargo, este duelo tiene otros aspectos que lo hacen atractivo, aunque todos involucran el espectáculo de Brady y Mahomes. Por un lado, están los Chiefs que basan su juego en los pases, en especial de larga distancia. Durante toda la temporada consiguieron superar las 5.000 yardas aéreas, siendo el único equipo que lo logró en la liga. El actual campeón no es de los mejores corriendo, pero sin lugar a dudas tendrá la obligación de establecer el juego terrestre si quiere ganar, una tarea complicada si se tiene en cuenta que del otro lado estará la mejor defensiva contra la carrera de la NFL, o por lo menos la que menos yardas permitió. Si Kansas City logra correr podrá mantener mucho tiempo a la defensa en campo, algo que haría que la línea defensiva se canse, y esto lo podría aprovechar Mahomes y su ofensiva.
Por el otro lado, Tampa Bay es un equipo más equilibrado. Aunque su defensiva aérea no es la mejor, sus fortalezas pasan por un cuerpo de receptores seguros y una línea de ataque -encargada de proteger a Brady- que da mucha tranquilidad. El tiempo que le puedan dar a su quarterback para escoger el mejor pase, será clave para poder alargar las jugadas y conseguir varias yardas.
Además, hay seguridad en los números de Tampa, pues en la temporada solo han permitido que capturen a su quarterback en 22 oportunidades, siendo el cuarto mejor equipo en este rubro. Sumado a ello, cuentan con Brady, un hombre que ha jugado el 18% de los Super Bowl que se han disputado hasta el momento y que demostró que con la experiencia que tiene, la edad no importa mucho.
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“Las ofensivas ganan partidos, pero las defensivas ganan campeonatos”. Esta frase, que es una de las más repetidas cada vez que llega el Super Bowl, ha quedado comprobada a lo largo de los años y el tiempo ha demostrado que el equipo que tiene la mejor defensa es el que generalmente se lleva el título.