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El hombre que trajo el futsal a Colombia y no estará en el Mundial

El profesor Diego Morales, el principal impulsor de esta especialidad en el país, no fue tenido en cuenta por Colfútbol para formar parte de la organización, a pesar de ser quien trajo este deporte al país.

Luis Guillermo Ordóñez Olano
08 de septiembre de 2016 - 05:13 a. m.
Diego Morales, con el trofeo de la Copa del Mundo de Futsal 2016. /Archivo personal
Diego Morales, con el trofeo de la Copa del Mundo de Futsal 2016. /Archivo personal
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Casi dos años duró el profesor Diego Fernando Morales Carvajal intentando que Jorge Correa Pastrana y Álvaro Fina le pusieran atención. A comienzos de la década del 2000, tenía un proyecto para organizar en Colombia el fútbol sala Fifa, del que por entonces se sabía muy poco.

Con balones, dimensiones de las canchas y reglas diferentes, durante muchos años, se confundió esta disciplina con el microfútbol o fútbol de salón, muy popular porque es el que se juega en los parques al aire libre en casi todo el país.

El técnico y dirigente caleño, de 60 años de edad, explica: “En algún momento, las dos entidades rectoras de esas disciplinas, la Fifa y la Fifusa, intentaron integrarse, pero no lo lograron, por lo que cada una siguió funcionando independientemente; la primera, con el respaldo económico de grandes compañías multinacionales y la segunda, gracias al empeño de directivos emprenderores y románticos que no la han dejado acabar.

Morales entendía bien la situación y sabía que el Futsal tenía mejores perspectivas, por lo que insistió hasta que abrió las puertas de la Federación Colombiana de Fútbol. Fue Álvaro González Alzate quien primero creyó en él y le ayudó para conseguir el aval del entonces presidente Fina. “Hágale, monte eso, pero no hay plata”.

Para Morales, quien casi llega a ser futbolista profesional con el Santa Fe y durante 20 años se dedicó al microfútbol, el dinero era lo de menos.

Por eso lideró la creación de la Comisión Nacional de Fútbol Sala en Colfútbol y organizó los primeros torneos nacionales en las categorías menores. Incluso dirigió la selección nacional que, con jugadores de micro, participó en las eliminatorias suramericanas a los mundiales de China Taipei 2004 y Brasil 2008, a los que Colombia no clasificó.

Contó, durante esos años, con la ayuda de Eduardo Méndez, Ricardo Hoyos, Rodrigo Cobo y Luis Bedoya, en la federación, y de personas entusiastas en las regiones, como Mauricio Parodi, Carlos Fernando Henao, Hernándo Ángel y Weimar Giraldo.

Logró que el fútbol sala comenzara a participar en eventos internacionales y se ideó la Liga Profesional, que se juega desde 2011 con el patrocinio de Argos.

“El trabajo de esos años dio resultados y el profesor Óscar Fonnegra logró, con un equipo muy joven, la clasificación al Mundial de Tailandia, en 2012, en el que Colombia terminó en la cuarta posición”, recuerda Diego Morales. El momento más alegre tuvo lugar en abril de 2013, cuando la Fifa le otorgó a nuestro país la sede del Mundial 2016. “Luis Bedoya fue quien se la jugó por ese proyecto”, agrega.

Pero Morales, quien soñó y luchó por ese evento, que comienza este sábado y reunirá a 24 selecciones nacionales en Cali, Medellín y Bucaramanga, no la va a disfrutar.

Increíblemente, el principal impulsor de esta disciplina en el país no pertenece al comité organizador y, a dos días de la inauguración, ni siquiera está acreditado. “En eso se metieron todos los del fútbol y no los del futsal. De hecho, después de que salió Luis Bedoya cambiaron a todo el mundo, pero parece que quienes están esto no los apasiona, porque ni siquiera han promocionado el campeonato, no lo han difundido”, señala Morales, quien, sin embargo, en sus redes sociales y a través de sus contactos en los medios de comunicación, intenta que Colombia se entere que será sede de una extraordinaria competición.

“Los favoritos al título son España y Brasil, que han ganado los siete Mundiales que se han realizado. También son buenos los equipos de Rusia y Kazajistán. La gente tiene que ir a los escenarios (el coliseo El Pueblo en Cali, el Iván de Bedout en Medellín y el Bicentenario en Bucaramanga) porque se van a deleitar con un espectáculo de gran técnica y juego de conjunto. Este es un deporte muy táctico, con muchas jugadas preconcebidas y enorme despliegue físico”.

Morales asegura: “Colombia tiene un buen plantel, pero careció de fogueo internacional; falló en la preparación. En la primera ronda se las verá con Portugal, Uzbekistán y Panamá, por lo que avanzar a la segunda ronda será el primer objetivo”.

A pesar del cuarto lugar en Tailandia 2012, Colombia no es potencia del futsal Fifa. En el microfútbol sí, aunque es un deporte con menor cantidad de países asociados y de carácter competitivo.

Morales también señala: “Cada especialidad tiene su encanto. En el futsal Fifa, la cancha es más amplia y el balón, más rápido, grande y liviano. Los saques de banda y de esquina se hacen con el pie. Se evitan los choques y se fomentan rotaciones y maniobras tácticas. Además, ya es una especialidad reconocida por el Comité Olímpico Internacional y que está en el programa de varios eventos del ciclo olímpico. Como si fuera poco, tiene el apoyo de la Fifa, la entidad más poderosa del deporte mundial”.

Tal vez por todas esas bondades, Diego Morales sigue trabajando por el fútbol sala, a pesar de los desplantes que ha sufrido. Irónicamente hoy, olvidado por los organizadores del Mundial del que fue artífice, recuerda las palabras de alguien con quien dejó de hablarse hace más de 25 años por diferencias de opinión, Jaime Arroyabe Rendón, precursor del microfútbol en Colombia: “No le voy a entregar mi deporte a los del fútbol, porque esos son los más ingratos”.

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano

 

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