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La final de béisbol en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile fue una suerte de desquite para Colombia. En la primera ronda, la selección nacional había perdido contra los brasileños tras un jonrón con el que ellos remontaron. Por eso, en este último partido, los colombianos llegaron dispuestos a demostrar que sí podían ganarle a Brasil y quedarse con la primera medalla de oro que el país obtendría en dicha disciplina en esas justas continentales.
El juego fue inédito, ya que ninguno de los dos países había llegado tan lejos en esta competencia, pero dispar, porque los colombianos comenzaron a tomar ventaja en el marcador desde la tercera entrada. El abridor Víctor Vargas solo permitió un hit a los contrincantes y una carrera desde la loma central, mientras que los colombianos Dilson Herrera, quien estuvo en los Mets y ahora juega con los Piratas de Pittsburgh, y Fabián Pertuz, segunda base de los Chicago Cubs, estuvieron detrás de seis imparables importantes para la victoria 9-1 contra los brasileños.
El torneo no fue fácil para los colombianos, pues la selección nacional perdió los dos primeros juegos, contra Cuba y Brasil, lo que la obligaba en su tercer encuentro, contra Venezuela, a ganar por más de cuatro carreras. “En la primera entrada hicimos cinco”, asegura José Mosquera Crisson, el manager del equipo. Con este triunfo pasaron a la superronda y de ahí para adelante no volvieron a perder.
“El juego más difícil fue el que le ganamos a Venezuela, pero lo controlamos y el más emocionante fue cuando le ganamos a Panamá, que juegan similar a nosotros y ya era el paso a la final. Con ese triunfo, lo mínimo es que obtuviéramos plata”, continúa Mosquera.
Esto ya era histórico. La mejor participación que había tenido Colombia en béisbol en unos Panamericanos fue en 1971, cuando se realizaron en Cali y logró el bronce. Doce de los 18 torneos que se han jugado en los Panamericanos se han quedado en manos de Cuba, por lo que junto con los mexicanos eran los favoritos para ganar este año.
Mosquera deja poco al azar y en su cuenta hay toda una serie de razones que sustentan el triunfo de la joven selección colombiana, que posee figuras de 23 y 24 años de edad, de las cuales por lo menos 12 han firmado con grandes organizaciones del béisbol en el continente. Detrás, además de talento, también hay un proceso que completa casi 10 años de formación y promete muchos más triunfos para el país.
“La experiencia que tuve como jugador, la mentalidad de los beisbolistas, lo que ha pasado en estos últimos diez años desde que Cuba nos metía diez carreras en un inning, hasta 2018 que le ganamos tres de cinco juegos a Cuba”, reseña Mosquera, para quien también ha sido importante el proceso que ha llevado desde el 2014 con varios de los peloteros que lo acompañan en la selección, como Pertuz y Francisco Acuña, con los que además ya ha brillado el equipo colombiano en otros escenarios como el Mundial de México, en el que obtuvieron el bronce, o en el reciente Premundial de béisbol que se realizó en noviembre en Nicaragua, donde se quedaron con el título mayor liderados por Néder Horta.
Para Mosquera, la otra clave ha sido la confianza. “El miedo lo perdieron en 2021, en los juegos Júnior, que podemos decir que es la misma selección”. Aquí la clave ha sido aprender a conocer las potencialidades de los otros equipos y también las propias, saber cuándo cambiar de estrategia y volver a levantarse. Por eso asegura que, aunque comenzaron perdiendo en los Panamericanos, pudieron remediarlo a tiempo. “Sabíamos que no iba a ser perfecto, pero tampoco era miedo escénico”.
En estas competencias tuvieron 15 días para entrenar. “Se hizo fácil porque varios ya estaban terminando sus temporadas y las organizaciones les dieron permiso”, comenta Mosquera, quien añade que el trabajo más difícil es con los que no están en competencia, para mantenerlos en forma y al mismo nivel de los demás, siendo consciente de que el béisbol en Colombia no es tan grande como en México, por ejemplo.
Por eso, Mosquera cree que desde ya hay que pensar en el Mundial de China y cómo se defenderá el título de los Panamericanos, que serán dentro de cuatro años, donde jugaremos de locales. No solo pensando en mayores tiempos para entrenar con los jugadores, sino también para fortalecer a las generaciones que ahora muestran potencial.
“Hay una camada por cuidar. Tenemos que asegurar los procesos. Colombia viene repuntando dos oros en menos de dos meses y eso no es coincidencia, la cuestión es qué tanto nos apoyen para mantener el ánimo y la preparación del grupo”, concluye Mosquera.