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Patrick McEnroe: un adiós definitivo

El capitán del equipo estadounidense de Copa Davis espera retirarse con una victoria ante Colombia. La serie está abierta para cualquiera de las dos selecciones.

Juan Diego Ramírez Carvajal
18 de septiembre de 2010 - 07:57 p. m.

Diez años al frente del mejor equipo de Copa Davis del mundo, al que le entregó un título en 2007, hacen de él una leyenda del tenis estadounidense, más que por su linaje, por su carácter y liderazgo dentro y fuera de las canchas.

Así es Patrick McEnroe, hermano menor del legendario John, quien pase lo que pase en la confrontación ante Colombia en el repechaje por un cupo en el Grupo Mundial de Copa Davis, no seguirá con el equipo estrellado. Hecho que lo obliga a ganar sí o sí, ya que no espera que bajo su capitanía, Estados Unidos quede por fuera de los 16 mejores del mundo, por primera vez para el país.

Ni las súplicas de los altos directivos de la USTA (Asociación Estadounidense de Tenis) impidió que el pasado 9 de junio Patrick anunciara su retiro de la selección que dirige desde que sucedió a su hermano John, en 2000.

No tuvo ninguna duda en hacerlo pues “voy a poder dedicarle más a mi familia, a la que tenía muy abandonada” y además podrá concentrarse en “la formación a jóvenes promesas de este deporte en mi país”, actividad en la que ve la forma de seguir vinculado al tenis de su país.

Y no es casualidad que Lucy Garvin, presidente de la USTA, haya volado hasta Bogotá junto con la delegación. Pues acompañándolo durante este enfrentamiento fue la forma de agradecerle a McEnroe por su brillante función al frente del equipo.

Justamente por eso, el encuentro ante Colombia significa mucho para este neoyorquino porque la salida por la puerta grande lo espera, sólo en caso de ganar. Porque desde el primer torneo que se realizó en 1900 Estados Unidos no ha salido de las mejores 16 selecciones del mundo y sería un fracaso su descenso.

Por más que el territorio colombiano, al que llegó la semana pasada, lo enamoró al igual que su gente, sabe que con el equipo estadounidense “tenemos un prestigio que defender y por eso hay que ganar como sea”.

Ni siquiera el hecho de que “Bogotá es una ciudad muy bonita y tiene la cancha de tierra batida más linda del mundo (la pista improvisada de la Santamaría)” puede hacerle temblar la mano para poner toda su artillería para ganar el duelo. Así que tendrá que recordar también “que estoy en la ciudad que tiene el peor trancón del mundo” y lograr con su cometido.

Y es que las bolas, a las que comúnmente se les denominan ‘las papas’; la altura que asfixia a cualquier forastero que se ilusiona con jugar bien al tenis en Bogotá; y el público bogotano que demostró que puede hacer la diferencia al desconcentrar a los contrarios, ponen en riesgo su idea de ganar. Aunque para él, no sea lo primordial, ya que “el factor más difícil de superar es el equipo colombiano por el buen nivel tenístico que tienen sus jugadores y por la experiencia que han acumulado en el circuito”.

Es por esto que desde que supo que Colombia sería su rival en el repechaje, este texano de 44 años, quien como jugador consiguió ser el número tres del mundo en el ranking de dobles, tomó todas las precauciones al respecto. Primero, no tuvo en cuenta a jugadores del alto nivel como Andy Roddick y James Blake, ya que la altura y el polvo de ladrillo no los favorecen.

Tampoco contó con la pareja número uno del mundo, Mike y Bob Bryan, ya que piensa que “Isner puede hacer muy buena pareja con Fish o con Harrison y pueden sortear mejor los 2.600 metros de altura, la superficie y las bolas con las que se están jugando”.

Y por último, aterrizó con toda la delegación americana a la capital colombiana, una semana antes del duelo, pues “teníamos que acostumbrarnos a las condiciones”, decisión que le ha dado frutos y que algunos de sus pupilos están revalidando.

Es el caso específico de Mardy Fish, quien superó el viernes en la primera jornada a Alejandro Falla y fue contundente, como si viviera en la altura de Bogotá desde la infancia. Aunque Sam Querrey no lo hiciera ante Santiago Giraldo, “nos estamos acostumbrando a la altura” y este domingo, en el último día de competencia espera que Sam Querrey y Mardy Fish salgan como toros y embistan a Alejandro Falla y a Santiago Giraldo por el cuarto y quinto punto que les daría la obligada clasificación.

Con el plato servido para que cualquiera de los dos equipos se quede con un cupo al grupo mundial de la Copa Davis, parece ser que la presión está de lado del camerino estadounidense. Y mucho más para Patrick McEnroe, quien aunque admite “que no hago ninguna predicción del marcador”, pondrá todo lo que esté a su alcance para poder retirarse por la puerta grande, ya que su nombre, su apellido y su linaje están en juego.

Por Juan Diego Ramírez Carvajal

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