Salvio Di Guida: sanador de atletas
Su padre fue un deportista olímpico y, guiado por él, se apasionó por la fisioterapia y rehabilitación aplicada al deporte. Ha rehabilitado a grandes del atletismo mundial con apoyo de sus socios en clínicas de Italia y Suiza.
Desde que nació, Salvio Di Guida ha estado rodeado de atletas. Su padre Alfonso Di Guida fue un cuatrocentista de alto rendimiento que representó a Italia en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, en donde llegó hasta la ronda semifinal de una prueba ganada por el genio cubano Alberto Juantorena.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Desde que nació, Salvio Di Guida ha estado rodeado de atletas. Su padre Alfonso Di Guida fue un cuatrocentista de alto rendimiento que representó a Italia en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, en donde llegó hasta la ronda semifinal de una prueba ganada por el genio cubano Alberto Juantorena.
Pietro Mennea, campeón olímpico en Moscú 80 y leyenda mundial del atletismo que durante 17 años ostentó el récord orbital de los 200 metros (19.72 segundos) y que desde 1979 sigue vigente como marca para Europa, arrulló en sus brazos al pequeño Salvio, quien heredó de su padre no solo la pasión por correr en las pistas, sino por la medicina ortopédica aplicada al deporte.
“También fui atleta de 400 metros con la Aeronáutica Militar hasta la edad de 20 años, cuando paré para dedicarme a estudiar”, comenta.
Hoy, con poco más de 40 años, Salvio Di Guida es un reconocido médico fisioterapeuta italiano que no se ha apartado del mundo del atletismo y permanece rodeado de deportistas de diversas disciplinas y nacionalidades que acuden a él para que los cure de sus molestias físicas.
Con sus prodigiosas manos y sabiduría médica recuperó a un ícono del deporte italiano: el campeón mundial de motociclismo Valentino Rossi, según asegura. Su cuenta de Facebook está enriquecida con fotos en las que aparece acompañado de celebridades del deporte como Javier Sotomayor, recordman mundial de salto alto (2,45 metros) desde hace 27 años, y la campeona mundial venezolana Yulimar Rojas, rival deportiva de la triplista colombiana Caterine Ibargüen.
“Soy terapista de dos grandes campeones: Caterine Ibargüen y Anthony Zambrano. Estoy muy orgulloso de tener a una atleta tan importante en mi carrera de fisioterapeuta. Y es un privilegio ayudarla hasta el final de su carrera deportiva”, dice Di Guida con voz cálida y alegre.
Recuerda que el primer atleta colombiano que ayudó fue antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016, gracias a su amistad con Nelson Gutiérrez, el entrenador cubano nacionalizado en Ecuador.
“Anthony era casi un niño, tenía 18 años y por entonces hacía 46 segundos en los 400 metros planos. Era el primer año que se entrenaba con Nelson, y lo conocí en Madrid en un campo de entrenamiento, y estaba junto a la ecuatoriana Ángela Tenorio y Nelson Gutiérrez. Estuvimos juntos para los Juegos Olímpicos de Río, donde Zambrano integró el relevo largo colombiano.
“Él tenía problemas en el tendón de Aquiles. En ese momento no era un atleta conocido internacionalmente, pero le vi un gran potencial como velocista, como también lo notó Nelson, y le ayudé un poquito porque faltaba un médico federal. Lo buscaba como si fuera mi hermanito menor”, dice entre risas.
La fascitis plantar de Caterine
Ahora, la campeona olímpica y mundial de salto triple, la antioqueña Caterine Ibargüen, afectada desde hace tres años por una fascitis plantar (ver infografía), lesión que con el paso del tiempo se ha vuelto crónica, llegó hasta la clínica de Di Guida, en Roma, para que la ayudara a superar este incómodo momento.
Hoy, guiada por su entrenador cubano Jorge Pichardo, la colombiana se ha unido a Di Guida para conformar un equipo multidisciplinario que en junio pasado le inició un tratamiento que ya estaría dando una pequeña mejoría, según explica a El Espectador el médico italiano en diálogo telefónico desde Roma.
¿Desde cuándo está asesorando a Caterine Ibargüen?
Ella me contactó con su entrenador Jorge Pichardo, el papá del triplista Pedro Pichardo, con quien tengo una amistad desde cuando asesoré a Pedro antes de la Olimpiada de Río 2016, pero no hubo suerte para recuperarlo. El 3 de junio de 2020, con permiso del Ministerio del Deporte de Colombia, recorrí más de 3 mil kilómetros en automóvil para ir a Lisboa (Portugal), en donde ella se entrena. Llegué en compañía de mi papá, que es mi maestro de fisioterapia, y allí estuvimos 15 días para conocer su situación clínica y mirar qué podíamos hacer para ayudarla con su problema físico, que ya tiene tres años.
¿En qué consiste el problema físico de Caterine Ibargüen?
No puedo dar mayores detalles por respeto con la atleta, pero puedo decir en general que estamos en un buen proceso. No es un secreto que ella tiene un problema en su pie izquierdo producto de tantos años de duro entrenamiento y de altísimo nivel en el salto triple, una disciplina muy impactante para los pies. Está el golpe continuo en el salto que le ha provocado una inflamación crónica en la fascitis plantar que alteró su biomecánica, pese a lo cual gracias a la fortaleza y al alto nivel competitivo de Caterine no le impidió mantenerse en los primeros lugares cada vez que compitió internacionalmente.
Creo que si ella resuelve ese problema puede seguir obteniendo resultados importantes, ya que tiene mucha fuerza psicológica y muchos deseos de seguir ganando. Entonces estamos en este proceso de curación, y espero que termine este año para que empiece 2021 en condiciones físicas y psicológicas ideales.
Me dice que por el acuerdo de confidencialidad que tiene con Caterine no puede revelar nada sobre su tratamiento, ¿pero puede decir qué tan difícil es que un atleta supere una lesión en la fascia plantar?
La dificultad más grande que encuentro como médico fisioterapeuta es que el atleta es una máquina que no se puede parar. Y en este caso se necesita un tiempo bastante largo de recuperación, y eso no siempre es compatible con el calendario y con las rutinas diarias de entrenamiento. No siempre es posible que un atleta pare una semana para recuperarse, porque necesita estar en buena forma física, y si para pierde esa condición.
El entrenamiento alternativo en piscina y en bicicleta no es específico para una atleta de este nivel. Entonces, el problema más grande son los tiempos de recuperación, que son fundamentales cuando se está en un proceso inflamatorio crónico de la fascitis plantar.
Es decir, es una lesión que requiere mucha paciencia en su tratamiento.
He conocido atletas que llevan varios años con este problema. Por eso es necesario un tratamiento muy específico. Se puede utilizar también uno con células madres para aliviar el tejido corpóreo y evitar una cirugía y una larga recuperación. La cirugía es una solución muy extrema que se procura evitar, porque se trata de no parar al atleta.
Precisamente, los tratamientos con células madres ayudan a una rápida recuperación de lesiones localizadas y es definida como medicina biológica que estimula el cuerpo a la autorreparación y la regeneración de células dañadas de otros tejidos, además de la lesión. Para este tipo de tratamientos tenemos a un experto, que es presidente en Italia de la medicina regenerativa, el profesor Eugenio Caradona.
¿Qué rutinas puede incluir el proceso de recuperación en este tipo de lesiones?
Se puede empezar tratando esa fascitis plantar con corriente específica que se origina con una máquina que se fabrica en Suiza. Se trata de electroterapia basada en radiofrecuencia que genera calor en el interior del cuerpo del atleta y tiene una acción reparadora en la región facial muscular, y se puede complementar con terapia manual para manipular y alentar la tensión muscular.
Tenemos un láser de alta potencia, que genera un efecto bioestimulante, y, de ser necesario, contamos con un ejercicio de corrección del equilibrio del cuerpo para rehabilitar el esquema de peso teniendo en cuenta que la biomecánica del atleta puede alterarse.
¿Qué otros atletas latinoamericanos han sido sus pacientes?
Tuve entre mis pacientes a la velocista ecuatoriana Ángela Tenorio, quien estaba parada antes de la Olimpiada de Río 2016, debido a un problema de doble juanete cerrado y tomé la decisión, junto con su entrenador, de traerla a Italia, en donde la operamos con mi equipo quirúrgico, algo que fue decisivo para continuar con su carrera, que hubiera podido pararse en dos años.
De igual manera, asesoré a las saltadoras de triple cubanas Yagerlis Savigne, quien fue campeona del mundo, y Yamile Aldana, así como a la venezolana Yulimar Rojas, actual campeona del mundo. Ahora le hago seguimiento a Luis Enrique Zayas Fernández, saltador de altura cubano, al garrochista sueco Kim Amb, y a Olga Calissi, florete italiana.
¿Cómo está conformado el equipo médico que lidera?
Trabajo principalmente con mi socio médico ortopédico doctor Eugenio Bartoleschi, en el Centro Médico Bartoleschi y otras clínicas en Roma, Florencia, San Marino y Lugano (Suiza). Tenemos médicos de alto nivel aquí en Italia, con expertos en ortopedia, y una clínica donde hacemos diagnósticos con resonancia magnética, tomografías y ecografías. Soy médico fisioterapeuta con experiencia de 20 años en el deporte.
En mi actividad profesional es muy importante la toma de decisiones justas y tener un equipo médico de especialistas para un atleta de alto nivel. Para mí, la terapia es un campo apasionante de la medicina.
“Di Guida ha hecho un trabajo magnífico”: Nelson Gutiérrez
Consultado por El Espectador, Nelson Gutiérrez, el entrenador cubano nacionalizado en Ecuador, expresó desde Lisboa (Portugal) su satisfacción con el trabajo terapéutico efectuado por el doctor Di Guida.
“Salvio trabajó con Anthony Zambrano y todo el equipo de atletas de Ecuador a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, Ángela Tenorio y Marizol Landázuri.
En el caso del colombiano Zambrano, trabajamos con una lesión que tenía y que después nunca le molestó. Mi experiencia con Salvio ha sido una gran ayuda y acompañamiento profesional durante eventos muy importantes y en campamentos de entrenamiento en Europa y Brasil, antes de los Juegos Olímpicos, y en competencias por la Liga Diamante.
Hay un hecho muy importante: Salvio fue el fisioterapeuta y acondicionador después de la operación de juanetes a la atleta Ángela Tenorio, cuatro veces medallista mundial. Ha realizado, como doctor y fisioterapeuta, un trabajo magnífico”.
* Autor de la “La fabulosa historia del atletismo colombiano”