Análisis: Colombia y lo que dejó su participación en la Copa América
Luego del tercer lugar obtenido este viernes, el equipo dirigido por Reinaldo Rueda deberá corregir varias cosas de cara al gran objetivo que es clasificar al Mundial de Catar 2022.
Antes de la Copa América se dijo que vendría un tiempo para compartir con los jugadores, para implementar esquemas, probar y sacar conclusiones, para ir armando de a poco un estilo con base en la memoria táctica, con la repetición por inercia y con el orden como la base principal. Ahora, con el campeonato terminado y el tercer lugar como aliciente y premio a una entrega que siempre hubo, serán varias cosas en las que tendrá que trabajar Reinaldo Rueda.
Y lo más duro es que no habrá más concentraciones tan largas para entrenar y compartir todos los días y así seguir creando una unidad. Se puede empezar por los puntos altos que dejó el torneo. Y hay que hablar de Luis Díaz, de los goles que marcó y de la frescura que brinda en el ataque. Rápido, con desborde y recursivo. Pero no siempre puede solo, pues el rival le toma referencia y lo escalona. Y aún así se las ingenia para descrestar.
En contexto: Colombia terminó tercera en la Copa América 2021
Bien para él que anotó golazos: contra Brasil (el más lindo), frente a Argentina y dos ante Perú en el partido por el tercer lugar frente a Perú (3-2)
Wilmar Barrios también tuvo un campeonato destacado, con probidad en sus movimientos y en la manera de entregar la pelota. Incluso hace las veces de comodín cuando un compañero de la defensa no está bien ubicado. Doblajes, fuerza, limpieza en los quites, algo muy importante para un juego de choque.
Por esa línea estuvo, cuando actuó, Gustavo Cuéllar, quien demostró que lo de jugar en una liga lejana y secundaria no mata cualquier posibilidad de estar en la selección. El volante que actúa en Arabia Saudita mostró que su condición está intacta, que físicamente es uno de los mejores y que con la pelota brinda alternativas.
Y ahí es donde está uno de los problemas, sino el principal de Colombia. Adelante de Barrios y Cuéllar no hay quién tome el balón y organice el ataque, haga pausas cuando sean necesarias, o acelere. Uno que piense diferente, que sea el diferente. Edwin Cardona no está pasando por un buen nivel y Juan Guillermo Cuadrado, más útil de extremo, se pierde cuando intenta tomar esa responsabilidad.
Rafael Santos Borré intentó cumplir esa función, y fue acertado, por momentos, pero siempre le irá mejor actuando donde se siente más cómodo, más cerca del área, siendo él quien reciba las asistencias, no el que las dé.
Arriba, la esperanza era ver a Duván Zapata y Luis Muriel tal cual les fue con Atalanta. Pero, claro, para que salga algo muy parecido, la selección tendría que actuar como el club de Bérgamo y eso se hace muy complicado.
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Eso no quiere decir que no se pueda interpretar en qué lugar y cómo es más letal Zapata, que lo intentó por todos lados, pero que se va de esta Copa en blanco. También Muriel, que actuó menos que su compañero en la Serie A, y que de a poco fue perdiendo participación. No le fue bien cuando se le dio la responsabilidad de tener el control del centro del campo.
Ahora, haciendo un salto, hay que ir para atrás. David Ospina y Camilo Vargas -este último debutó en la Copa contra Perú- dan garantías. Y por ese lado, pensando en lo que viene de la eliminatoria, no habría problema.
Ya en la defensa Dávinson Sánchez y Yerry Mina no dan la seguridad de antes. A veces se les ve un poco lentos, desorganizados en los relevos y faltos de distancia para detener al rival. Tuvieron actuaciones buenas, sí, pero en general dejaron dudas. Por las bandas, Daniel Muñoz y Stefan Medida tienen cubierta la lateral derecha, pero por la izquierda no hay mucho a la hora de salir al ataque.
William Tesillo procura ser correcto, pero no da alternativas cuando desborda, y eso perjudica a un seleccionado que quiere explotar los corredores para ir al ataque.
En cuanto a la alternativa, Miguel Ángel Borja no es una solución clara, tampoco Yimmi Chará.
Cabe resaltar que Carlos Cuesta no jugó al igual que Jhon Lucumí y Baldomero Perlaza, Alfredo Morelos apenas ingresó nueve minutos en el primer encuentro contra Perú, y Aldair Quintana, al ser el tercer portero, no vio acción.
La Copa América deja una suma nada despreciable (alrededor de un millón de dólares), la alegría de haber terminado en el tercer puesto, pero también la duda de todo lo que hay que solucionar, o al menos tapar, para que Colombia, que tiene grandes futbolistas, pueda seguir con el buen rumbo en las eliminatorias, que es al final de cuentas de lo que todo eso se trata: de estar en Catar 2022.
El dato: El próximo partido de Colombia será el 2 de septiembre, por la eliminatoria, frene a Bolivia en La Paz.
Antes de la Copa América se dijo que vendría un tiempo para compartir con los jugadores, para implementar esquemas, probar y sacar conclusiones, para ir armando de a poco un estilo con base en la memoria táctica, con la repetición por inercia y con el orden como la base principal. Ahora, con el campeonato terminado y el tercer lugar como aliciente y premio a una entrega que siempre hubo, serán varias cosas en las que tendrá que trabajar Reinaldo Rueda.
Y lo más duro es que no habrá más concentraciones tan largas para entrenar y compartir todos los días y así seguir creando una unidad. Se puede empezar por los puntos altos que dejó el torneo. Y hay que hablar de Luis Díaz, de los goles que marcó y de la frescura que brinda en el ataque. Rápido, con desborde y recursivo. Pero no siempre puede solo, pues el rival le toma referencia y lo escalona. Y aún así se las ingenia para descrestar.
En contexto: Colombia terminó tercera en la Copa América 2021
Bien para él que anotó golazos: contra Brasil (el más lindo), frente a Argentina y dos ante Perú en el partido por el tercer lugar frente a Perú (3-2)
Wilmar Barrios también tuvo un campeonato destacado, con probidad en sus movimientos y en la manera de entregar la pelota. Incluso hace las veces de comodín cuando un compañero de la defensa no está bien ubicado. Doblajes, fuerza, limpieza en los quites, algo muy importante para un juego de choque.
Por esa línea estuvo, cuando actuó, Gustavo Cuéllar, quien demostró que lo de jugar en una liga lejana y secundaria no mata cualquier posibilidad de estar en la selección. El volante que actúa en Arabia Saudita mostró que su condición está intacta, que físicamente es uno de los mejores y que con la pelota brinda alternativas.
Y ahí es donde está uno de los problemas, sino el principal de Colombia. Adelante de Barrios y Cuéllar no hay quién tome el balón y organice el ataque, haga pausas cuando sean necesarias, o acelere. Uno que piense diferente, que sea el diferente. Edwin Cardona no está pasando por un buen nivel y Juan Guillermo Cuadrado, más útil de extremo, se pierde cuando intenta tomar esa responsabilidad.
Rafael Santos Borré intentó cumplir esa función, y fue acertado, por momentos, pero siempre le irá mejor actuando donde se siente más cómodo, más cerca del área, siendo él quien reciba las asistencias, no el que las dé.
Arriba, la esperanza era ver a Duván Zapata y Luis Muriel tal cual les fue con Atalanta. Pero, claro, para que salga algo muy parecido, la selección tendría que actuar como el club de Bérgamo y eso se hace muy complicado.
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Eso no quiere decir que no se pueda interpretar en qué lugar y cómo es más letal Zapata, que lo intentó por todos lados, pero que se va de esta Copa en blanco. También Muriel, que actuó menos que su compañero en la Serie A, y que de a poco fue perdiendo participación. No le fue bien cuando se le dio la responsabilidad de tener el control del centro del campo.
Ahora, haciendo un salto, hay que ir para atrás. David Ospina y Camilo Vargas -este último debutó en la Copa contra Perú- dan garantías. Y por ese lado, pensando en lo que viene de la eliminatoria, no habría problema.
Ya en la defensa Dávinson Sánchez y Yerry Mina no dan la seguridad de antes. A veces se les ve un poco lentos, desorganizados en los relevos y faltos de distancia para detener al rival. Tuvieron actuaciones buenas, sí, pero en general dejaron dudas. Por las bandas, Daniel Muñoz y Stefan Medida tienen cubierta la lateral derecha, pero por la izquierda no hay mucho a la hora de salir al ataque.
William Tesillo procura ser correcto, pero no da alternativas cuando desborda, y eso perjudica a un seleccionado que quiere explotar los corredores para ir al ataque.
En cuanto a la alternativa, Miguel Ángel Borja no es una solución clara, tampoco Yimmi Chará.
Cabe resaltar que Carlos Cuesta no jugó al igual que Jhon Lucumí y Baldomero Perlaza, Alfredo Morelos apenas ingresó nueve minutos en el primer encuentro contra Perú, y Aldair Quintana, al ser el tercer portero, no vio acción.
La Copa América deja una suma nada despreciable (alrededor de un millón de dólares), la alegría de haber terminado en el tercer puesto, pero también la duda de todo lo que hay que solucionar, o al menos tapar, para que Colombia, que tiene grandes futbolistas, pueda seguir con el buen rumbo en las eliminatorias, que es al final de cuentas de lo que todo eso se trata: de estar en Catar 2022.
El dato: El próximo partido de Colombia será el 2 de septiembre, por la eliminatoria, frene a Bolivia en La Paz.