Colombia no jugará con cualquiera: la importancia de Alemania en el fútbol femenino

El fútbol no era para las mujeres en Alemania, como en la mayoría de las partes del mundo. No se trataba de una simple creencia, era una regla, pues en 1950 la Federación Alemana de Fútbol (DFB), el ente rector del balompié en territorio teutón, votó de forma unánime prohibir que las mujeres se organizaran para jugar a la pelota argumentando que se trataba de un acto “antinatural”. Ningún club podía formar un equipo femenino y la selección, por supuesto, era un sueño imposible.

El fútbol no era para las mujeres en Alemania, como en la mayoría de las partes del mundo. No se trataba de una simple creencia, era una regla, pues en 1950 la Federación Alemana de Fútbol (DFB), el ente rector del balompié en territorio teutón, votó de forma unánime prohibir que las mujeres se organizaran para jugar a la pelota argumentando que se trataba de un acto “antinatural”. Ningún club podía formar un equipo femenino y la selección, por supuesto, era un sueño imposible.

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Hoy, 73 años después, parece algo imposible. Una visión de otro mundo. Al menos, no cabe duda, de otros tiempos. Alemania, dos veces campeona del mundo, jugará contra Colombia en la segunda fecha de la fase de grupos del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Un duelo de envergadura para las nuestras, que se miden a una de las selecciones más importantes del panorama global.

“Prohibido el fútbol femenino”: un asunto real para las mujeres del mundo

La prohibición, más allá de algunos juegos clandestinos, de las miles de mujeres que, escondidas, creaban equipos y viajaban a medirse en torneos piratas contra otras mujeres del mundo, se extendió durante casi 20 años. Fue hasta en 1970, en un histórico congreso de la DFB que se organizó en Travemünde, ante el auge y la potencia que traía el balompié femenino en todo el planeta, que se tumbó la medida.

Surgió entonces en Alemania, en pleno corazón de una de las grandes potencias futbolísticas del mundo, un país cuatro veces ganador del mundial masculino, toda una revolución. El furor llegó con todo, sobre todo, en la década de los 80, cuando se creó la primera selección femenina alemana, una de las pioneras en todo el continente y que, años más tarde, en el 89, ganó su primer campeonato de Europa, el último que no fue organizado por la UEFA. Ya después, organizado el torneo como la Eurocopa desde 1991, las alemanas siete de las 10 ediciones disputadas para un total de ocho títulos, el récord de la competición.

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Además, ese auge voraz de los 80, que llevó a la explosión de los 90, trajo detrás el nacimiento de la liga femenina, la Bundesliga. Eran los mismos clubes que, cuarenta años atrás, en el 50, habían prohibido a las mujeres organizarse para crear equipos femeninos, pero que ahora, ante el apogeo del nuevo fenómeno, aprovecharon la oportunidad. Fue un torneo inédito en el mundo, de los primeros de los que haya registros y, sobre todo, de una gran potencia futbolística.

Habría que entender, claro, que el fútbol femenino en Alemania no era algo nuevo. Aunque durante dos décadas se les prohibió organizarse, las mujeres alemanas, en los 30, ya tenían clubes constituidos. De hecho, por ese entonces, ya existía un equipo, el DFC Frankfurt, una de las primeras escuadras profesionales del mundo. No duró mucho, porque, más allá de que nadie “prohibía” su existencia, veían con malos ojos la influencia que empezaba a tener en todo el territorio.

Eran, además, tiempos de conflicto, los años que vinieron después de la Primera Guerra Mundial y los que precedieron la Segunda. No obstante, el DFC Frankfurt inspiró a miles de mujeres. Tanto que, años después, la DFB llegó a la conclusión de que las mujeres debían ser frenadas, que todo intento de fútbol femenino debía ser cortado de tajo. Como si de una conspiración para derrocar al mismo Estado se tratara y no simplemente lo que era, gente que quería jugar al fútbol.

Las campeonas del mundo a las que se enfrentará Colombia

En 2003, el poderío de Alemania en Europa se extendió al mundo. Ese año, en su propia casa, las europeas vencieron a Estados Unidos, el vigente campeón, en la final de la Copa del Mundo Femenina. Cuatro años después lograron el bicampeonato, al derrotar en China a la Brasil de Marta.

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Fue la coronación de todo un proceso. El que empezó con la derogación de la infame regla, que siguió en los 80 con la formación de la primera selección, la misma que estalló casi 10 años más tarde cuando, al mismo tiempo, surgía la liga local.

El proyecto alemán llegó a su punto más alto con esa generación de futbolistas que, comandadas, entre muchas más, por Birgit Prinz, se volvieron campeonas del mundo.

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Es toda una estructura que va mucho más lejos que la selección, pues la liga alemana también es una de las más fuertes del mundo. Es más, de las 22 Champions Femeninas que se han hecho, Alemania es el país más dominador de la competición, ya que ha ganado, con sus clubes, ocho títulos. Es decir, el 36% de los títulos posibles.

La aspiración de la selección femenina de Colombia

Colombia no se enfrentará con cualquiera este domingo. Alemania es una de las grandes selecciones del fútbol femenino. Una de las cuatro campeonas del mundo, junto a Estados Unidos, Japón y Noruega, y favorita al título en este mundial.

Tal vez no tienen el favoritismo de otros tiempos, pero las respalda su proyecto histórico: siempre serán candidatas. Colombia también tiene su proceso, que es uno de los más importantes de América. Sin embargo, mientras acá la liga empezó en 2017, allá comenzó en 1990. Cuando la selección colombiana jugaba su primer mundial en 2011, Alemania ya había ganado dos. De ese tamaño es la gesta a la que aspira la selección femenina, que quiere ganarle al gigante y empezar a escribir, en letras mayores, su historia.

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