Colombia, entre los pasos de gigante y el camino por recorrer

Desde hace días, lo hecho por la selección de Colombia en el Mundial Femenino es histórico. Con mucho amor propio de por medio, las futbolistas de la tricolor se ganaron su lugar entre las ocho mejores selecciones del planeta, pese a que, a diferencia de los demás equipos que clasificaron a esta instancia, en nuestro país el fútbol profesional femenino lleva muy poco tiempo en marcha.

Desde hace días, lo hecho por la selección de Colombia en el Mundial Femenino es histórico. Con mucho amor propio de por medio, las futbolistas de la tricolor se ganaron su lugar entre las ocho mejores selecciones del planeta, pese a que, a diferencia de los demás equipos que clasificaron a esta instancia, en nuestro país el fútbol profesional femenino lleva muy poco tiempo en marcha.

Mientras que naciones como Suecia e Inglaterra llevan varías décadas con campeonatos profesionales, el de Colombia nació apenas hace seis años y, en contraste con los demás países que clasificaron a las rondas definitivas de la Copa del Mundo, es el único que tiene una duración de solo un semestre.

En ese orden de ideas, las futbolistas de la selección que juegan en equipos colombianos y que en Oceanía han dejado en alto el nombre del país, no tendrán competencia en los próximos meses, salvo que participen en la Copa Libertadores, que tendrá lugar en Bogotá y Cali entre el 5 y el 21 de octubre.

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Al ser el anfitrión del certamen continental, Colombia tendrá tres equipos en el torneo y en cada uno de ellos hay jugadoras con experiencia en el Mundial Femenino. Santa Fe tiene a María Camila Reyes; Nacional cuenta con Daniela Montoya y Ángela Barón, y América, el equipo que más le aportó a la selección, cuenta con Daniela Arias, Diana Ospina, Catalina Usme, Natalia Giraldo y Elexa Bahr.

También de la Liga BetPlay Femenina llegaron jugadoras de Medellín (Sandra Sepúlveda), Júnior (Carolina Arias, que ayer anunció que se va a Santa Fe) y Pereira, donde juega Ana María Guzmán, quien por su edad y proyección tiene también la posibilidad de irse a préstamo a un equipo que compita en Libertadores, o de dar el salto al extranjero.

La búsqueda de minutos

Desde luego, hay que ver la foto completa y notar que, en la Libertadores, la competencia se resumirá a un torneo de dos semanas en el que las futbolistas pueden aspirar a disputar máximo seis encuentros.

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Al no haber un segundo semestre en la liga femenina, es frecuente que las jugadoras de selección que no clasificaron a la Libertadores se vayan por unos meses a otros equipos con el fin de mantenerse a punto.

Por ejemplo, la escarlata Diana Ospina se fue al Alianza Lima de Perú en 2021, pues ese año las Diablas Rojas no participaron en el certamen continental. Catalina Usme hizo lo mismo en 2017 y jugó para Santa Fe esa edición de la Gloria Eterna.

Cabe recordar que, así como ocurre en Colombia, la profesionalización del fútbol es un proceso relativamente nuevo en Sudamérica. Mientras ligas como las de Chile y Paraguay apenas dan sus primeros pasos, Brasil, que es el pionero continental, tiene liga profesional desde 2013. A nivel regional todavía hay mucho trabajo pendiente, pues en la mayoría de campeonatos de Conmebol, las jugadoras no pueden vivir de su pasión por jugar a la pelota.

¿Y el segundo semestre?

En 2022 hubo un momento en el que la ilusión de competir durante todo el año fue cercana, pues la Dimayor había anunciado un segundo semestre tras la final entre América y Cali. Sin embargo, días más tarde el órgano rector del fútbol colombiano aseguró que por inconvenientes económicos y la falta de equipos –solo siete habían confirmado su participación– el proyecto se cayó.

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La noticia no gustó a las jugadoras de la selección nacional, que reaccionaron con una protesta que se hizo viral, con un video en el que aparecían con los brazos en alto y las manos en forma de puño, se manifestaron contra la desigualdad y falta de apoyo. Primero publicaron el gesto en redes sociales y luego lo repitieron en el terreno de juego, durante su debut en la pasada Copa América.

En una entrevista que este diario le realizó en junio al presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, el directivo comentó que desde el punto de vista deportivo el balance era optimista, pero que en lo económico la realidad era negativa, pues “cuatro patrocinadores del fútbol colombiano, que ya estaban con contratos que íbamos a mandarles para firmar, al final decidieron no participar en el fútbol femenino”.

Con los históricos resultados de la tricolor en Australia y Nueva Zelanda 2023 puede que el panorama cambie para la empresa privada, el principal inversor. Desde el sector público también se mueven algunas cartas, ya que el presidente Gustavo Petro anunció que “por primera vez el presupuesto presentado al Congreso sustenta el fútbol femenino”.

Sin embargo, para conocer si esos proyectos van a prosperar, o no, habrá que esperar un par de meses.

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