“Cómo preparar el mundial sin una Liga digna”: Myriam Guerrero
Myriam Guerrero, una de las pioneras del fútbol femenino, cuestiona la actualidad del fútbol en el país y señala que quienes que se atreven a hablar son vetados o sancionados.
Paula Casas Mogollón
Bucaramanga, 25 de julio de 2022. La selección femenina de Colombia, con gol de Linda Caicedo, obtuvo el pase para la final de la Copa América, un cupo para el Mundial de 2023 y el tiquete para los Juegos Olímpicos de París 2024. Una hazaña que ya había logrado en 2010 y 2014. Esta vez tenían el acompañamiento en la tribuna de un personaje muy importante para el balompié femenino en el país: Myriam Guerrero, la primera capitana y primera entrenadora mujer que tuvo el combinado nacional. (Lea: “Ya la Federación se tiene que pellizcar, mirar cómo hacer una liga sostenible”)
Guerrero fue la encargada de entregarle a Caicedo el premio a la mejor jugadora del partido, un reconocimiento que, confiesa, hubiese querido dar a todo el equipo por su buen desempeño en la cancha. Cuenta cómo vio el partido, expresa su opinión de jugadoras claves en el equipo y hace un análisis de Brasil. Además, comenta cómo ve el panorama del fútbol femenino en Colombia.
¿Cómo vivió en el estadio el triunfo?
Espectacular. En las dos derrotas que habíamos sufrido ante Argentina estuve como artista en el campo. Para mí el partido más importante de la Copa América era este y poder estar ahí fue magnífico, fue soñador, fue satisfactorio. Es como sentarse a repasar una película que has vivido y te das cuenta de que valió la pena sembrar, el trabajo realizado y atreverse a jugar fútbol para que estas nuevas generaciones disfruten como lo están haciendo.
Le entregó premio a Linda Caicedo
Fue un honor, porque ella es una de las jugadoras referentes de esta nueva generación. Aunque por mí, lo hubiera entregado a todas, porque de verdad que han hecho una Copa extraordinaria y espero que podamos cerrar con broche de oro una presentación excelente. Ver a las jugadoras en la cancha, me hizo devolver la película a Loja (Ecuador), en la Copa América de 2003, cuando todo el estadio se levantó a aplaudir a Colombia por clasificar a la fase final. Tuve un déjà vu.
Aquella vez, en 2003, la selección logró el tercer puesto.
La experiencia fue maravillosa. El tercer lugar, aparte de meritorio, dio a entender que Colombia estaba para grandes cosas y desde ese año se ha corroborado. Después surgió la generación de las chicas superpoderosas y las clasificaciones y títulos que hemos venido obteniendo y trayendo al país. (Puede leer: Linda Caicedo: velocidad, gambeta y goles)
¿Qué opina de Linda Caicedo?
Es una jugadora diferente. Es muy desequilibrante y tiene ese juego bonito que a todo el mundo enamora. Es rápida, engancha, busca el arco. Lo que ella está haciendo es impresionante, es de admirar.
Otra destacada es Leicy Santos
Es muy rápida y técnicamente es impresionante. El hecho de que esté en un equipo tan importante en Europa como el Atlético de Madrid hace que su preparación sea completamente diferente y ves que nunca está cansada.
¿Qué sensaciones le deja Colombia?
Me deja muy buenas sensaciones lo que ha logrado el profesor Nelson Abadía: organizar y hacer una amalgama perfecta de la experiencia y la juventud de las jugadoras. Considero que la jerarquía de Catalina Usme, Daniela Montoya y Sandra Sepúlveda ha sido bien combinada con la alegría, juventud, fortaleza y velocidad de Linda Caicedo, Gisela Robledo y Gabriela Rodríguez, y todas las juveniles que están ahí. Contamos con tres generaciones en el equipo.
¿Cómo ve la final ante Brasil?
Es un partido difícil. No es un secreto que Brasil es la potencia de Suramérica y reitero siempre que una de las virtudes de la Federación brasileña fue haber nombrado a Pia Sundhage como la timonel de esa selección. Le ha añadido el estilo europeo al juego bonito. Es una combinación muy fuerte. Considero que Colombia debe pararse firme, convencida, consciente del talento que tiene. Pienso que puede sacar las lecciones de los partidos amistosos con Estados Unidos, en los que Colombia digamos que fue demasiado respetuosa, mezquina a su propio fútbol y esa experiencia le sirva para que no caiga en la misma trampa de esperar a que nos avasallen, sino que nosotras propongamos.
En Mar de Plata (Argentina), en 1998, Colombia tuvo su primera participación en Copa América. Ustedes tienen una anécdota.
En la segunda fecha nos enfrentamos a Brasil y nos golearon doce a uno, pero para nosotras los doce no significaron tanto como el uno, porque era la única selección que le había podido hacer gol a Brasil. Celebramos como si hubiésemos ganado la Copa, como si hubiésemos clasificado al Mundial. Fue el premio a tanta persistencia, irreverencia de atrevernos a jugar al fútbol acá en Colombia. El gol lo anotó la delantera Claudia Patricia Díaz. (Podría leer: Carta familiar a Catalina Usme)
¿Cómo analiza el panorama del fútbol femenino en el país?
Triste. No me explico qué es lo que están viendo los directivos, qué es lo que está pasando con la Federación y la Dimayor. Yo he asemejado esta situación a la de una familia: cuando hay un hijo que se porta muy bien y no recibe todos los premios, pero, en cambio, el hijo que se porta mal sí recibe esos reconocimientos. Colombia masculina no le ha dado ninguna satisfacción a nuestro país y la escuadra femenina este año, por primera vez, clasifica al Mundial Sub-17, Sub-20, al de mayores y a Juegos Olímpicos. Y los dirigentes deciden que no hay Liga en el segundo semestre. Es como si fueran contra la corriente, es como si quisieran demostrarnos que ellos son los que tienen el poder y por encima de ellos no hay nadie, cuando a gritos enteros una nación y una disciplina deportiva, que está dando resultados, piden una Liga digna. Además, fíjate que cualquier manifestación que alguien hace, o hay un veto o hay una sanción.
Hay resultados deportivos, aún así no hay Liga estable.
No hay equidad, no hay igualdad, no hay justicia y el fútbol femenino es el que más satisfacciones le ha dado a Colombia en la última década. No entiendo por qué esa necesidad y esa persistencia de cerrar las puertas a un proceso, a una estructura. Está claro que las directivas no tienen ningún programa, no tienen nada estructurado que los respalde. No sé si es temor a quedar completamente expuestos por su ineficiencia o es que definitivamente están nadando contra la corriente. Les va a tocar a todas las jugadoras que están en equipos colombianos buscar otros clubes, porque cómo se van a preparar, cómo preparar un mundial si no hay una Liga femenina digna. (Lea también: La lucha por la profesionalización del fútbol femenino en Colombia)
Bucaramanga, 25 de julio de 2022. La selección femenina de Colombia, con gol de Linda Caicedo, obtuvo el pase para la final de la Copa América, un cupo para el Mundial de 2023 y el tiquete para los Juegos Olímpicos de París 2024. Una hazaña que ya había logrado en 2010 y 2014. Esta vez tenían el acompañamiento en la tribuna de un personaje muy importante para el balompié femenino en el país: Myriam Guerrero, la primera capitana y primera entrenadora mujer que tuvo el combinado nacional. (Lea: “Ya la Federación se tiene que pellizcar, mirar cómo hacer una liga sostenible”)
Guerrero fue la encargada de entregarle a Caicedo el premio a la mejor jugadora del partido, un reconocimiento que, confiesa, hubiese querido dar a todo el equipo por su buen desempeño en la cancha. Cuenta cómo vio el partido, expresa su opinión de jugadoras claves en el equipo y hace un análisis de Brasil. Además, comenta cómo ve el panorama del fútbol femenino en Colombia.
¿Cómo vivió en el estadio el triunfo?
Espectacular. En las dos derrotas que habíamos sufrido ante Argentina estuve como artista en el campo. Para mí el partido más importante de la Copa América era este y poder estar ahí fue magnífico, fue soñador, fue satisfactorio. Es como sentarse a repasar una película que has vivido y te das cuenta de que valió la pena sembrar, el trabajo realizado y atreverse a jugar fútbol para que estas nuevas generaciones disfruten como lo están haciendo.
Le entregó premio a Linda Caicedo
Fue un honor, porque ella es una de las jugadoras referentes de esta nueva generación. Aunque por mí, lo hubiera entregado a todas, porque de verdad que han hecho una Copa extraordinaria y espero que podamos cerrar con broche de oro una presentación excelente. Ver a las jugadoras en la cancha, me hizo devolver la película a Loja (Ecuador), en la Copa América de 2003, cuando todo el estadio se levantó a aplaudir a Colombia por clasificar a la fase final. Tuve un déjà vu.
Aquella vez, en 2003, la selección logró el tercer puesto.
La experiencia fue maravillosa. El tercer lugar, aparte de meritorio, dio a entender que Colombia estaba para grandes cosas y desde ese año se ha corroborado. Después surgió la generación de las chicas superpoderosas y las clasificaciones y títulos que hemos venido obteniendo y trayendo al país. (Puede leer: Linda Caicedo: velocidad, gambeta y goles)
¿Qué opina de Linda Caicedo?
Es una jugadora diferente. Es muy desequilibrante y tiene ese juego bonito que a todo el mundo enamora. Es rápida, engancha, busca el arco. Lo que ella está haciendo es impresionante, es de admirar.
Otra destacada es Leicy Santos
Es muy rápida y técnicamente es impresionante. El hecho de que esté en un equipo tan importante en Europa como el Atlético de Madrid hace que su preparación sea completamente diferente y ves que nunca está cansada.
¿Qué sensaciones le deja Colombia?
Me deja muy buenas sensaciones lo que ha logrado el profesor Nelson Abadía: organizar y hacer una amalgama perfecta de la experiencia y la juventud de las jugadoras. Considero que la jerarquía de Catalina Usme, Daniela Montoya y Sandra Sepúlveda ha sido bien combinada con la alegría, juventud, fortaleza y velocidad de Linda Caicedo, Gisela Robledo y Gabriela Rodríguez, y todas las juveniles que están ahí. Contamos con tres generaciones en el equipo.
¿Cómo ve la final ante Brasil?
Es un partido difícil. No es un secreto que Brasil es la potencia de Suramérica y reitero siempre que una de las virtudes de la Federación brasileña fue haber nombrado a Pia Sundhage como la timonel de esa selección. Le ha añadido el estilo europeo al juego bonito. Es una combinación muy fuerte. Considero que Colombia debe pararse firme, convencida, consciente del talento que tiene. Pienso que puede sacar las lecciones de los partidos amistosos con Estados Unidos, en los que Colombia digamos que fue demasiado respetuosa, mezquina a su propio fútbol y esa experiencia le sirva para que no caiga en la misma trampa de esperar a que nos avasallen, sino que nosotras propongamos.
En Mar de Plata (Argentina), en 1998, Colombia tuvo su primera participación en Copa América. Ustedes tienen una anécdota.
En la segunda fecha nos enfrentamos a Brasil y nos golearon doce a uno, pero para nosotras los doce no significaron tanto como el uno, porque era la única selección que le había podido hacer gol a Brasil. Celebramos como si hubiésemos ganado la Copa, como si hubiésemos clasificado al Mundial. Fue el premio a tanta persistencia, irreverencia de atrevernos a jugar al fútbol acá en Colombia. El gol lo anotó la delantera Claudia Patricia Díaz. (Podría leer: Carta familiar a Catalina Usme)
¿Cómo analiza el panorama del fútbol femenino en el país?
Triste. No me explico qué es lo que están viendo los directivos, qué es lo que está pasando con la Federación y la Dimayor. Yo he asemejado esta situación a la de una familia: cuando hay un hijo que se porta muy bien y no recibe todos los premios, pero, en cambio, el hijo que se porta mal sí recibe esos reconocimientos. Colombia masculina no le ha dado ninguna satisfacción a nuestro país y la escuadra femenina este año, por primera vez, clasifica al Mundial Sub-17, Sub-20, al de mayores y a Juegos Olímpicos. Y los dirigentes deciden que no hay Liga en el segundo semestre. Es como si fueran contra la corriente, es como si quisieran demostrarnos que ellos son los que tienen el poder y por encima de ellos no hay nadie, cuando a gritos enteros una nación y una disciplina deportiva, que está dando resultados, piden una Liga digna. Además, fíjate que cualquier manifestación que alguien hace, o hay un veto o hay una sanción.
Hay resultados deportivos, aún así no hay Liga estable.
No hay equidad, no hay igualdad, no hay justicia y el fútbol femenino es el que más satisfacciones le ha dado a Colombia en la última década. No entiendo por qué esa necesidad y esa persistencia de cerrar las puertas a un proceso, a una estructura. Está claro que las directivas no tienen ningún programa, no tienen nada estructurado que los respalde. No sé si es temor a quedar completamente expuestos por su ineficiencia o es que definitivamente están nadando contra la corriente. Les va a tocar a todas las jugadoras que están en equipos colombianos buscar otros clubes, porque cómo se van a preparar, cómo preparar un mundial si no hay una Liga femenina digna. (Lea también: La lucha por la profesionalización del fútbol femenino en Colombia)