James Rodríguez fue una de las figuras de Colombia en el empate frente a Uruguay. / EFE
Foto: EFE - Mauricio Dueñas Castañeda
Humedad. Cielo gris. La cancha es más pesada. Respirar se hace incómodo. El clima no es un factor a favor. Salen los titulares del camerino. Los niños los esperan para agarrarlos de la mano y salir a la cancha. La mirada de los pequeños es la muestra más pura de la esperanza, del futuro, de la alegría.
Jugar con la alegría de la infancia. Jugar a divertirse. Vivir con esa alegría, con esa inocencia, con esa capacidad de disfrutar con una tabula rasa, sin los prejuicios y el peso del mundo.
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