El camino de la selección para llegar a la final del Mundial Sub 17
El combinado nacional disputará hoy el título de la categoría contra España, conjunto que defiende el campeonato. El partido se jugará a las 9:30 a.m. y tendrá transmisión por el Gol Caracol.
Paula Casas Mogollón
Andrés Osorio Guillott
La importancia de creer. Habrá muchas cosas en contra. Incluso momentos para dudar, para conformarse, pero hay que saber ser imprescindible, hay que luchar todos los días y creer. Habrá un día en que tantos intentos dejarán de serlo. La belleza de insistir y persistir es que tarde o temprano ese objetivo se vuelve realidad. No por eso hay que quedarse en la realización de ese propósito. Hay que ir por más. Ese mensaje ha sabido darlo el fútbol femenino de Colombia. Las protagonistas son las mujeres de la selección sub-17, pero, a lo largo de los últimos años, equipos y selecciones han demostrado valerse por sí mismas para obtener resultados que derivan en obtener las condiciones que reclaman y merecen.
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En los sudamericanos de este año, las selecciones menores empezaron a demostrar su osadía y su sed de victoria. En la categoría sub-17 fueron subcampeonas, al perder con Brasil en el último partido del cuadrangular final por 1-0. Pero por su rendimiento obtuvieron el cupo al Mundial de India, en el que jugarán hoy por el título contra España.
En la sub-20, el combinado nacional obtuvo el segundo lugar al derrotar a Uruguay por 3-0 en la última fecha del Sudamericano. En el mundial de la categoría, la tricolor pasó primera del grupo B con cinco unidades. En cuartos de final se enfrentó a Brasil, y ahí cayó por la mínima diferencia.
En el caso de la selección de mayores, el protagonismo estuvo en la Copa América, que se realizó en nuestro país en julio. Colombia pasó primera del grupo A con puntaje perfecto: 12 de 12 posibles. En semifinales venció a Argentina por 1-0 y en la final se encontró con Brasil. Allí perdió por la mínima diferencia y se quedó con su tercer subcampeonato.
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Ni hablar de los equipos de la Liga Femenina. Santa Fe fue subcampeón de la Copa Libertadores en 2020 y América en 2021. Este año, en la final del torneo local, Cali y el conjunto escarlata rompieron récord de asistencia en el Pascual Guerrero. Los dos conjuntos de la capital del Valle del Cauca se clasificaron a la Libertadores en la que fueron eliminados en semifinales, pero también dejando en alto el nombre de Colombia. Ya en los partidos hay rastros del proceso, el grado de competencia es más alto, y hay más velocidad y precisión.
Todo este recorrido para volver al origen del proceso: las jugadoras, que hoy darán otra vez de qué hablar por jugar la final del mundial sub-17, la primera de la historia en un torneo FIFA para una selección de Colombia . Una hazaña que significó un golpe sobre la mesa del balompié nacional para las mujeres. Hablar desde la cancha con el fin de que en el escritorio les otorguen las condiciones necesarias para vivir de este deporte en el país.
Colombia clasificó al mundial luego de su subcampeonato en el sudamericano. Ya en el certamen, que se juega en India, la selección nacional empezó con el pie izquierdo, justamente enfrentando a su rival de hoy, España, que quería arrancar el torneo demostrando por qué fue campeona en la pasada edición. Cayó 1-0 sobre el final. Luego, la tricolor venció a China por 2-0 y a México por 2-1. Clasificó en el primer lugar con seis unidades y dos goles a favor, uno más que las europeas, que fueron segundas, en el grupo C.
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En cuartos de final las colombianas vencieron 3-0 a Tanzania. Y en la semifinal empataron sin goles contra Nigeria, pero en la tanda de penaltis se llevaron el triunfo 6-5. Luisa Agudelo, la guardameta de apenas 15 años, atajó el último cobro de las africanas y le dio el tiquete de la final al combinado nacional. Euforia, lágrimas y algarabía. Así se hace historia. Las más pequeñas demostraron grandeza.
Hagamos énfasis en el proceso. Carlos Paniagua dirige las divisiones menores de la selección de Colombia; Nelson Abadía tiene a su cargo el combinado de mayores. En los tres planteles han pasado jugadoras como Linda Caicedo —que pelea por el Botín de Oro del mundial y fue la mejor jugadora de la Copa América— y Gabriela Rodríguez, la 10, por la que pasa la pelota e impone la creatividad.
Sobre esta última y el sentimiento de familia, habló Lorena Salazar, su mamá, que cuenta cómo en la familia hay expectativa sobre la mujer que lee, escribe y fue siempre aplicada en sus estudios, que trasladó ahora la inteligencia y la disciplina al fútbol: “Gabi dice que, además de ser la selección Colombia sub-17, que a pesar de que algunas se conocen más que otras, el cuerpo técnico ha enfatizado en que, más que equipo, deben ser una familia, que todas estén pendientes de cada una, de generar un espacio y ambiente muy sanos, en los que cada una sienta lo de su compañera. Hay líderes en muchas facetas. Han aprendido a respetar sus cualidades y características. Por eso se hace mucho más fácil la convivencia. Y todas están trabajando por un mismo objetivo. Ella se ha sentido muy bien”.
Los semilleros deportivos: la principal apuesta
En los últimos años, Jennifer Castañeda ha sido la delegada de todas las categorías de las selecciones del Valle. Ha acompañado en su proceso a Linda Caicedo, Gabriela Rodríguez y Luisa Agudelo, y se convirtió en parte fundamental de su carrera, tanto así que todas la llaman “madre”.
De su experiencia resalta que es fundamental que se siga apostando a tener estos espacios, pues, más allá de conseguir buenos resultados, es porque “podemos sacar a las niñas y adolescentes de entornos violentos, de pandillas o de drogas”, cuenta. Para lograrlo entregan una serie de herramientas que les faciliten a las jugadoras dedicarse al fútbol, como el transporte, los permisos en colegios, un constante acompañamiento y un auxilio económico.
Gabriela, Gaby Gol como es conocida, por ejemplo, vivía en Santander de Quilichao, que queda a más de una hora de Cali. “Estábamos pendientes de que tomara el bus correcto, fuera recomendada y llegara bien a su casa”.
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Con orgullo comparte dos fotos de la selección del Valle como evidencia de los primeros años de sus “niñas”, como les dice de cariño, y que hoy están en India: resalta a Linda, su negrita, con quien habla casi todos los días; Gabriela; de quien destaca su disciplina y amor por la lectura; Luisa, Lulu, a quien tiene desde que era muy pequeña; Juana Ortegón, una líder innata en la cancha; Natalia Hernández, de quien recuerda que salía a la cancha de la mano de los jugadores profesionales, ahora ella es la profesional; Jime Ospina, es una “loca” completa; Stefanía Perlaza, con quien ha compartido varios torneos internacionales; Oriana Quintero, quien es introvertida, y Fernanda Viáfara, encargada de armar las coreografías para celebrar los goles y triunfos.
Aunque la liga ha buscado diversas estrategias para apoyar a las jugadoras, Jennifer confiesa que el tema económico no ha sido fácil, sobre todo en la categoría femenina. “Nos hemos enfocado en darles el mismo trato e incentivo a todas nuestras categorías y disciplinas sin importar si son niños o niñas. Les facilitamos las cosas para que puedan tener un buen desempeño”, cuenta. Quizás en estas herramientas está la clave de que Valle del Cauca sea la cuna del semillero del fútbol femenino y que nueve de sus jugadoras, todas con trayectoria en la Liga del Valle, hagan parte de la selección sub-17 que escribe con letras doradas su historia en India.
¿Esperando el Mundial de Catar 2022? Toda la información en un solo lugar, encuéntrela aquí
Esa falta de apoyo económico se debe a una serie de factores. Patricia Vanegas, exjugadora de la selección de Colombia y experta en marketing deportivo, explica que el cultural es uno de esos. “Hay un imaginario de que lo hacen como un pasatiempo. Por eso siempre escuchamos ‘niñas’, pero no se habla con un lenguaje de respeto y altura. A los jugadores no se les dice así, porque los ven en otro nivel”. También se suma la discriminación, como el incentivo económico, un tema que va más allá de los premios, también se habla de los sueldos y de las condiciones de trabajo.
“El concepto del yo no quiero invertir, yo quiero ganar es el que debemos eliminar”, anota Patricia, pues apostarle a este cambio de modelo impulsaría a que se siguieran formando jugadoras como Linda, Gabriela, Juana y Luisa y no se desperdiciara el talento, al que, explica Isabella Echeverri, centrocampista del Monterrey Femenino y exjugadora de la selección de Colombia, se debe que en Colombia todavía no hay una estructura clara y sólida del fútbol femenino, principalmente de la liga profesional.
“Miro la foto de mi última selección Antioquia. No era la mejor del equipo, pero somos dos las jugadoras de ese plantel que somos futbolistas profesionales y nos pudimos dedicar a esto”, comenta, “a mis otras compañeras les tocó salirse porque no había oportunidades”. Por eso, insiste en la necesidad de que se sigan patrocinando equipos aficionados como Atlas CP, fundado por Carolina Pineda, jugadora del América de Cali; un semillero en donde se formaron varias de estas deportistas que hoy están ad portas de jugar la final de un mundial, la primera para Colombia
Hoy celebramos las gambetas de Linda, los goles de Gabriela, las atajadas de Luisa, las recuperadas del balón de Ana María o las jugadas de Juanita, pero no somos conscientes aún de que detrás de estas victorias hay todo un ecosistema que necesita apoyo y reconocimiento. Hoy estas jugadoras ya están en lo más alto del balompié femenino nacional y esperan seguir abriéndoles las puertas a las niñas, adolescentes y mujeres que sueñan con dedicarse al fútbol en Colombia. “Me han dicho que esa generación sub-15 está llena de talento. El cambio generacional del fútbol femenino está más sólido que nunca”, puntualiza Echeverri.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
La importancia de creer. Habrá muchas cosas en contra. Incluso momentos para dudar, para conformarse, pero hay que saber ser imprescindible, hay que luchar todos los días y creer. Habrá un día en que tantos intentos dejarán de serlo. La belleza de insistir y persistir es que tarde o temprano ese objetivo se vuelve realidad. No por eso hay que quedarse en la realización de ese propósito. Hay que ir por más. Ese mensaje ha sabido darlo el fútbol femenino de Colombia. Las protagonistas son las mujeres de la selección sub-17, pero, a lo largo de los últimos años, equipos y selecciones han demostrado valerse por sí mismas para obtener resultados que derivan en obtener las condiciones que reclaman y merecen.
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En los sudamericanos de este año, las selecciones menores empezaron a demostrar su osadía y su sed de victoria. En la categoría sub-17 fueron subcampeonas, al perder con Brasil en el último partido del cuadrangular final por 1-0. Pero por su rendimiento obtuvieron el cupo al Mundial de India, en el que jugarán hoy por el título contra España.
En la sub-20, el combinado nacional obtuvo el segundo lugar al derrotar a Uruguay por 3-0 en la última fecha del Sudamericano. En el mundial de la categoría, la tricolor pasó primera del grupo B con cinco unidades. En cuartos de final se enfrentó a Brasil, y ahí cayó por la mínima diferencia.
En el caso de la selección de mayores, el protagonismo estuvo en la Copa América, que se realizó en nuestro país en julio. Colombia pasó primera del grupo A con puntaje perfecto: 12 de 12 posibles. En semifinales venció a Argentina por 1-0 y en la final se encontró con Brasil. Allí perdió por la mínima diferencia y se quedó con su tercer subcampeonato.
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Ni hablar de los equipos de la Liga Femenina. Santa Fe fue subcampeón de la Copa Libertadores en 2020 y América en 2021. Este año, en la final del torneo local, Cali y el conjunto escarlata rompieron récord de asistencia en el Pascual Guerrero. Los dos conjuntos de la capital del Valle del Cauca se clasificaron a la Libertadores en la que fueron eliminados en semifinales, pero también dejando en alto el nombre de Colombia. Ya en los partidos hay rastros del proceso, el grado de competencia es más alto, y hay más velocidad y precisión.
Todo este recorrido para volver al origen del proceso: las jugadoras, que hoy darán otra vez de qué hablar por jugar la final del mundial sub-17, la primera de la historia en un torneo FIFA para una selección de Colombia . Una hazaña que significó un golpe sobre la mesa del balompié nacional para las mujeres. Hablar desde la cancha con el fin de que en el escritorio les otorguen las condiciones necesarias para vivir de este deporte en el país.
Colombia clasificó al mundial luego de su subcampeonato en el sudamericano. Ya en el certamen, que se juega en India, la selección nacional empezó con el pie izquierdo, justamente enfrentando a su rival de hoy, España, que quería arrancar el torneo demostrando por qué fue campeona en la pasada edición. Cayó 1-0 sobre el final. Luego, la tricolor venció a China por 2-0 y a México por 2-1. Clasificó en el primer lugar con seis unidades y dos goles a favor, uno más que las europeas, que fueron segundas, en el grupo C.
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En cuartos de final las colombianas vencieron 3-0 a Tanzania. Y en la semifinal empataron sin goles contra Nigeria, pero en la tanda de penaltis se llevaron el triunfo 6-5. Luisa Agudelo, la guardameta de apenas 15 años, atajó el último cobro de las africanas y le dio el tiquete de la final al combinado nacional. Euforia, lágrimas y algarabía. Así se hace historia. Las más pequeñas demostraron grandeza.
Hagamos énfasis en el proceso. Carlos Paniagua dirige las divisiones menores de la selección de Colombia; Nelson Abadía tiene a su cargo el combinado de mayores. En los tres planteles han pasado jugadoras como Linda Caicedo —que pelea por el Botín de Oro del mundial y fue la mejor jugadora de la Copa América— y Gabriela Rodríguez, la 10, por la que pasa la pelota e impone la creatividad.
Sobre esta última y el sentimiento de familia, habló Lorena Salazar, su mamá, que cuenta cómo en la familia hay expectativa sobre la mujer que lee, escribe y fue siempre aplicada en sus estudios, que trasladó ahora la inteligencia y la disciplina al fútbol: “Gabi dice que, además de ser la selección Colombia sub-17, que a pesar de que algunas se conocen más que otras, el cuerpo técnico ha enfatizado en que, más que equipo, deben ser una familia, que todas estén pendientes de cada una, de generar un espacio y ambiente muy sanos, en los que cada una sienta lo de su compañera. Hay líderes en muchas facetas. Han aprendido a respetar sus cualidades y características. Por eso se hace mucho más fácil la convivencia. Y todas están trabajando por un mismo objetivo. Ella se ha sentido muy bien”.
Los semilleros deportivos: la principal apuesta
En los últimos años, Jennifer Castañeda ha sido la delegada de todas las categorías de las selecciones del Valle. Ha acompañado en su proceso a Linda Caicedo, Gabriela Rodríguez y Luisa Agudelo, y se convirtió en parte fundamental de su carrera, tanto así que todas la llaman “madre”.
De su experiencia resalta que es fundamental que se siga apostando a tener estos espacios, pues, más allá de conseguir buenos resultados, es porque “podemos sacar a las niñas y adolescentes de entornos violentos, de pandillas o de drogas”, cuenta. Para lograrlo entregan una serie de herramientas que les faciliten a las jugadoras dedicarse al fútbol, como el transporte, los permisos en colegios, un constante acompañamiento y un auxilio económico.
Gabriela, Gaby Gol como es conocida, por ejemplo, vivía en Santander de Quilichao, que queda a más de una hora de Cali. “Estábamos pendientes de que tomara el bus correcto, fuera recomendada y llegara bien a su casa”.
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Con orgullo comparte dos fotos de la selección del Valle como evidencia de los primeros años de sus “niñas”, como les dice de cariño, y que hoy están en India: resalta a Linda, su negrita, con quien habla casi todos los días; Gabriela; de quien destaca su disciplina y amor por la lectura; Luisa, Lulu, a quien tiene desde que era muy pequeña; Juana Ortegón, una líder innata en la cancha; Natalia Hernández, de quien recuerda que salía a la cancha de la mano de los jugadores profesionales, ahora ella es la profesional; Jime Ospina, es una “loca” completa; Stefanía Perlaza, con quien ha compartido varios torneos internacionales; Oriana Quintero, quien es introvertida, y Fernanda Viáfara, encargada de armar las coreografías para celebrar los goles y triunfos.
Aunque la liga ha buscado diversas estrategias para apoyar a las jugadoras, Jennifer confiesa que el tema económico no ha sido fácil, sobre todo en la categoría femenina. “Nos hemos enfocado en darles el mismo trato e incentivo a todas nuestras categorías y disciplinas sin importar si son niños o niñas. Les facilitamos las cosas para que puedan tener un buen desempeño”, cuenta. Quizás en estas herramientas está la clave de que Valle del Cauca sea la cuna del semillero del fútbol femenino y que nueve de sus jugadoras, todas con trayectoria en la Liga del Valle, hagan parte de la selección sub-17 que escribe con letras doradas su historia en India.
¿Esperando el Mundial de Catar 2022? Toda la información en un solo lugar, encuéntrela aquí
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“El concepto del yo no quiero invertir, yo quiero ganar es el que debemos eliminar”, anota Patricia, pues apostarle a este cambio de modelo impulsaría a que se siguieran formando jugadoras como Linda, Gabriela, Juana y Luisa y no se desperdiciara el talento, al que, explica Isabella Echeverri, centrocampista del Monterrey Femenino y exjugadora de la selección de Colombia, se debe que en Colombia todavía no hay una estructura clara y sólida del fútbol femenino, principalmente de la liga profesional.
“Miro la foto de mi última selección Antioquia. No era la mejor del equipo, pero somos dos las jugadoras de ese plantel que somos futbolistas profesionales y nos pudimos dedicar a esto”, comenta, “a mis otras compañeras les tocó salirse porque no había oportunidades”. Por eso, insiste en la necesidad de que se sigan patrocinando equipos aficionados como Atlas CP, fundado por Carolina Pineda, jugadora del América de Cali; un semillero en donde se formaron varias de estas deportistas que hoy están ad portas de jugar la final de un mundial, la primera para Colombia
Hoy celebramos las gambetas de Linda, los goles de Gabriela, las atajadas de Luisa, las recuperadas del balón de Ana María o las jugadas de Juanita, pero no somos conscientes aún de que detrás de estas victorias hay todo un ecosistema que necesita apoyo y reconocimiento. Hoy estas jugadoras ya están en lo más alto del balompié femenino nacional y esperan seguir abriéndoles las puertas a las niñas, adolescentes y mujeres que sueñan con dedicarse al fútbol en Colombia. “Me han dicho que esa generación sub-15 está llena de talento. El cambio generacional del fútbol femenino está más sólido que nunca”, puntualiza Echeverri.
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