Perú desnudó los errores de Colombia y le ganó en la Copa América
El equipo de Ricardo Gareca se impuso 2-1 en un partido con más altibajos que momentos buenos. Ahora, se viene Brasil el próximo miércoles.
El partido entre Colombia y Perú por la Copa América fue una variación constante: de la lágrimas por el gol de Sergio Peña a la carcajada por el empate de Miguel Ángel Borja. Y de nuevo a quedar pasmados por la anotación en propia puerta de Yerry Mina, que sin querer la empujó con el torso.
David Ospina hizo todo el esfuerzo en una acción que se vivió como en cámara lenta, con suspenso, pero cuando tocó la pelota y la rechazó, esta ya había pasado toda la línea. Y los peruanos, tan aplicados, festejaron. Un premio merecido, pero que llegó sin querer.
Perú mostró a la verdadera selección de Colombia, un equipo que no se asocia, que está tan lejano a la idea que tiene Reinaldo Rueda y que se olvida que en este deporte la sorpresa deja de serlo si se repite una y otra vez lo mismo.
Y que esperar a que Juan Guillermo Cuadrado solucione todo con sus gambetas es darle la ventaja al otro que ya sabe que el volante de Juventus frena, engancha y trata de sacar el centro.
En otras palabras, no hay ideas con la pelota y este juego no es de solo piernas, es de cabeza más que todo.
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El tenso escenario se sosegó un poco cuando Edwin Cardona puso un pase entre las líneas de la defensa peruana y Borja, al intentar dejar a un lado al arquero Pedro Gallese, fue derribado en el área. Cobro impecable del delantero de Júnior: el guardameta para un lado, la pelota para otro.
Pero seguido, a los nueves minutos, Mina olvidó al jugador que tenía que marcar y en esa confusión llegó el error, una equivocación que cuesta un punto, porque el empate era medianamente digno y proporcional a lo hecho, incluso un premio.
Desde ahí (64′), Colombia, al margen del talento de unos pocos, no fue diáfana en el último cuarto, bueno, tampoco en el medio. Y Rueda, que no hizo cambios en el entretiempo, movió el banco afanado, sacó a un Sebastián Pérez bastante discreto, a un Duván Zapata tan lejano del de Atalanta (ha perdido la confianza) y a Cardona, que aparece y desaparece, así, sin explicación.
Y el encuentro, que tuvo instantes de sopor, se tornó enredado, como lo quiso Ricardo Gareca con las modificaciones que realizó.
Esta vez, no se pudo mantener el arco en cero, lo que en varias ocasiones equilibró la balanza ante la falta de efectividad en el ataque, lo que disimulaba todo -como contra Venezuela-, y Colombia sufrió su primera derrota en esta Copa América.
Gareca, tan inteligente, jugó con los nervios de los colombianos, no dejó que el estremecimiento de júbilo de sus hombres obnubilara el planteamiento, y como si se tratara de una ostra, cerró sus líneas al punto de que no pasó nada, ni hombre ni balón. Se nota que hizo un análisis detallado.
Los peruanos, tan diferentes de aquel equipo que perdió 3-0 con Colombia en Lima por las eliminatorias (hace menos de un mes), sumaron tres puntos importantes luego de la derrota con Brasil en su debut (4-0).
Por ahora, se perdió y en esta situación, lo que más pesa es el resultado. No se puede seguir por el camino de pocas ideas y tantas modificaciones.
Para fortuna de la selección, el formato del torneo permite decir que se está prácticamente clasificado a los cuartos de final. Ahora se vienen Neymar y compañía, que a media máquina han ido aplastando rivales con una facilidad notable.
El partido entre Colombia y Perú por la Copa América fue una variación constante: de la lágrimas por el gol de Sergio Peña a la carcajada por el empate de Miguel Ángel Borja. Y de nuevo a quedar pasmados por la anotación en propia puerta de Yerry Mina, que sin querer la empujó con el torso.
David Ospina hizo todo el esfuerzo en una acción que se vivió como en cámara lenta, con suspenso, pero cuando tocó la pelota y la rechazó, esta ya había pasado toda la línea. Y los peruanos, tan aplicados, festejaron. Un premio merecido, pero que llegó sin querer.
Perú mostró a la verdadera selección de Colombia, un equipo que no se asocia, que está tan lejano a la idea que tiene Reinaldo Rueda y que se olvida que en este deporte la sorpresa deja de serlo si se repite una y otra vez lo mismo.
Y que esperar a que Juan Guillermo Cuadrado solucione todo con sus gambetas es darle la ventaja al otro que ya sabe que el volante de Juventus frena, engancha y trata de sacar el centro.
En otras palabras, no hay ideas con la pelota y este juego no es de solo piernas, es de cabeza más que todo.
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El tenso escenario se sosegó un poco cuando Edwin Cardona puso un pase entre las líneas de la defensa peruana y Borja, al intentar dejar a un lado al arquero Pedro Gallese, fue derribado en el área. Cobro impecable del delantero de Júnior: el guardameta para un lado, la pelota para otro.
Pero seguido, a los nueves minutos, Mina olvidó al jugador que tenía que marcar y en esa confusión llegó el error, una equivocación que cuesta un punto, porque el empate era medianamente digno y proporcional a lo hecho, incluso un premio.
Desde ahí (64′), Colombia, al margen del talento de unos pocos, no fue diáfana en el último cuarto, bueno, tampoco en el medio. Y Rueda, que no hizo cambios en el entretiempo, movió el banco afanado, sacó a un Sebastián Pérez bastante discreto, a un Duván Zapata tan lejano del de Atalanta (ha perdido la confianza) y a Cardona, que aparece y desaparece, así, sin explicación.
Y el encuentro, que tuvo instantes de sopor, se tornó enredado, como lo quiso Ricardo Gareca con las modificaciones que realizó.
Esta vez, no se pudo mantener el arco en cero, lo que en varias ocasiones equilibró la balanza ante la falta de efectividad en el ataque, lo que disimulaba todo -como contra Venezuela-, y Colombia sufrió su primera derrota en esta Copa América.
Gareca, tan inteligente, jugó con los nervios de los colombianos, no dejó que el estremecimiento de júbilo de sus hombres obnubilara el planteamiento, y como si se tratara de una ostra, cerró sus líneas al punto de que no pasó nada, ni hombre ni balón. Se nota que hizo un análisis detallado.
Los peruanos, tan diferentes de aquel equipo que perdió 3-0 con Colombia en Lima por las eliminatorias (hace menos de un mes), sumaron tres puntos importantes luego de la derrota con Brasil en su debut (4-0).
Por ahora, se perdió y en esta situación, lo que más pesa es el resultado. No se puede seguir por el camino de pocas ideas y tantas modificaciones.
Para fortuna de la selección, el formato del torneo permite decir que se está prácticamente clasificado a los cuartos de final. Ahora se vienen Neymar y compañía, que a media máquina han ido aplastando rivales con una facilidad notable.